Sal de Ella Pueblo Mio

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Ley o Gracia

Pablo, fariseo de fariseos, experto en la Ley de Moisés, fue escogido para llevar el Evangelio de Gracia a los gentiles.  (Efesios 3:1).  Desde el momento en que él descubrió la Gracia de Dios y el perdón de pecados por medio de la fe en Jesucristo,  a pesar de haber perseguido y dado muerte a muchos cristianos,  dio su vida para que los gentiles conocieran este evangelio que anunciaba que  la Ley de Moisés había  expirado.

Esta Ley fue dada a los Judíos 500 años después de Abraham, por tanto  Abraham no la conoció, ni tampoco  los gentiles a los que Pablo introdujo el Evangelio de Gracia en un principio.   Por lo mismo les era fácil recibirlo,  pues no tenían  la consciencia de pecado que la Ley de Moisés crea en el ser humano (Heb. 10:2); sin embargo, aunque los gentiles no tenían la ley de Moisés,  ellos vivían bajo la Ley del árbol del bien y el mal –   esa tendencia de vivir independientes de Dios bajo  su propio esfuerzo y justicia propia.  Todos los humanos somos puestos bajo  esta ley desde el nacimiento, cuando se nos hace creer que somos lo que hacemos   y solo al descubrir la Gracia de Dios podemos dejar de luchar en nuestras propias fuerzas tratando de ‘ser’.

Muchas son las iglesias que enseñan de la Gracia de Dios, sin embargo  muchos líderes y maestros creen que la Gracia sólo aplica cuando nos caemos de la ley,  cuando fallamos, cuando nos damos cuenta que no podemos seguirla, sin considerar que  es precisamente por causa de esta mezcla de ley y Gracia por lo que caemos, pues las palabras de Pablo son claras  cuando dijo que aquellos que pretenden justificarse por las obras de la Ley ‘se han caido’ de la Gracia de Dios.  (Gal. 5:4).

No solo nuestra fe deja de operar al querer tratar de obtener el favor de Dios por nuestras obras, sino que al vaciarnos de Cristo, Él queda sin efecto. De manera que  un Cristo sin efecto y una fe sin efecto producen una combinación letal que nos hace ‘devorables’ ante el devorador, quien viene a matar, robar y destruir.

Es por esta razón que esta mezcla de Gracia y ley es llamada por Pablo como “el Ministerio

El Gólgota- Cerro de la Calavera

El Gólgota- Cerro de la Calavera

de Muerte”   y con ello se refiere a aquella ocasión en la cual Moisés recibió la Ley por segunda vez,  después de haber presenciado la Gracia de Dios, lo cual hizo que su rostro brillara (2 Cor. 3:7-9).

Este ministerio, también llamado “de condenación”,  aun teniendo gloria,  producía la muerte,  más Pablo llamó al ministerio del Espíritu Santo, que acabamos de estudiar,  el Ministerio de Justicia.  La palabra Justicia y Rectitud en la Biblia son intercambiables.   Quiere decir que la Ley aunque es recta, no produce rectitud.  Muchos religiosos fieramente se oponen a aceptar que la Ley mata,  mas Pablo lo dijo en este mismo capítulo,

Lee 2 Corintios 3,  para que lo entiendas dentro del contexto que Pablo lo usa:

“Porque la letra (la ley) mata, pero el Espíritu da vida.” 2 Cor. 3:6

No es coincidencia que Cristo dijera que en los últimos días la maldad llegaría a ser mucha y que por causa de esta maldad el amor de muchos se enfriaría  (Mat 24:12). . Siendo la Ley la que le da la fuerza al pecado,  no nos sorprende que la maldad  aumentaría tanto, aunque yo siento que se tradujo al revés, pues  lo contrario sucede, la maldad ha aumentado porque el amor se ha enfriado, pues la Ley no produce amor en el corazón, sólo cansancio y muchas obras de la carne  (Gal 5:19-20).

Por lo mismo, es en el interés del sistema del diablo que las congregaciones continúen en Babilonia (confusión por mezcla). Mas Cristo dijo:

Sal de ella mi pueblo, para que no participes de sus plagas”   Ap. 18:4

Shalom.

Revisión Mar. 2024