La semana pasada te invité a descubrir en Gálatas 2 qué es exactamente lo que Pablo llama “pecado” bajo el Nuevo Pacto. Este capítulo es la llave para entender muchos de los escritos de Pablo y es de suma importancia, porque mientras que la Gracia del Evangelio apenas está siendo desenterrada de entre los escombros de la religión, el legalismo, la tradición y la imaginación, muchos nuevos ministros de rectitud aun se refieren al “pecado” como si éste consistiera en las cosas pecaminosas que hacemos, sin entender que estas cosas son sólo el fruto de este pecado que veremos hoy.
Para ello dejaré que Pablo mismo nos lo muestre, verso por verso de 4 versiones diferentes de la Biblia: la Reina Valera Actualizada 2015 (RVA2015), La Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy, (NBLH), la versión en inglés “The Message” (MSG), que te traduciré al español, y El Espejo de la Palabra de Francois Du Toit (Mirror), todo con el propósito de que todo argumento contrario al Evangelio de Gracia sea derribado.
A partir de Gal.2:11 leemos que Pablo, estando en Antioquía, tuvo que confrontar a Pedro por su hipocresía”(Mirror), porque fue hallado “reprensible“ (RVA2015), “digno de ser censurado” (NBLH), o fuera de linea (MSG).
¿Cual era esta hipocresía? Pablo describe que mientras que Pedro disfrutaba de comer en gran compañerismo con los gentiles, recibió una visita de inspección de parte de los de Jacobo (Santiago), el hermano de Jesus; aquí nos dice Pablo que los de Jacobo eran “de la circuncisión”, quizá ellos eran los mismos que venían a checar a los de Pablo para ver si estaban circuncidados (Gal. 1), los de la Ley; quizá ésto nos ayude a entender por qué la epístola de Santiago tiene un trasfondo legalista, a pesar de que él mismo tuvo la visita de Jesús resucitado (1 Cor. 15:7) y conoció que en Él se encuentra la vida y no en la Ley.
¿Y cual es la gravedad de ésto que Pedro hizo? ¿No acaso Pablo cayó en la misma tentación cuando se rasuró la cabeza para no tener problemas con los de la Ley? ¿No acaso fueron los de Santiago, quienes preocupados por los judíos no creyentes , lo persuadieron a que se rasurara y se purificara (se bañara) para que los judíos vieran que vivía “ordenadamente guardando la Ley” (ver Hechos 21:18-24)? Hablaremos de aquel incidente en otra ocasión, mas quizá la experiencia de Pablo fue la base para reprender a Pedro, conociendo qué tan fácil, qué peligroso y qué inútil es caer en la trampa de colocarse bajo los rudimentos de la Ley para agradarle a los hombres.
“Tanto miedo tenia del cliche judío conservativo que ha estado forzando el viejo sistema de la circuncision” (MSG)
¡Entonces su lealtad a la Ley mostró su verdadero color! ¡Su fingimiento fue bochornoso! (Mirror)
Lo mas grave del asunto es que leemos que por causa de su jerarquía, los judíos que estaban con Pedro lo siguieron en su hipocresía, aun Bernabé, y a ésto Pablo lo llama:
“No andar en rectitud en cuanto a la VERDAD del Evangelio (RVA2015) y (NBLH).
“Su interpretación del evangelio era claramente distorsionada.” (Mirror)
¿Te das cuenta amado(a) que la “Verdad del Evangelio” no es la Ley? ¿Te das cuenta que la interpretación distorsionada del Evangelio nos hará caer bajo la Ley y no podremos andar “en rectitud en cuanto a la verdad del Evangelio? ¡Estaremos pecando!
“De espalda a tus colegas pretendes vivir como gentil como si tus costumbres Judías no fueran relevantes; Ahora de repente estas imponiendo reglas Judías anticuadas sobre estos creyentes gentiles, para presumirle a tus amigos Judíos!” (Mirror)
“The Message” lo dice con humor
Si tu, un judío, vives como no-judío cuando no estás siendo observado por los perros guardianes de Jerusalén, ¿qué derecho tienes para requerir a los no-judíos que se ajusten a las costumbres judías sólo para hacer una impresión favorable en tus viejos compinches de Jerusalén? ” (MSG)
Y a ésto precisamente es a lo que enseguida llama ¡pecado!; mientras lo lees en tu version favorita, (v. 15 y 16), te invito a compararlo con lo que yo te presento a continuación:
Nosotros los judíos sabemos que no tenemos ventaja de nacimiento sobre los “pecadores no judíos.” Sabemos muy bien que guardar una regla no nos pone bien con Dios, sino sólo a través de la fe personal en Jesucristo. ¿Cómo sabemos? ¡Ya lo intentamos! – nosotros teníamos el mejor sistema de reglas que el mundo ha visto jamás, Convencidos de que ningún ser humano puede agradar a Dios por su propia mejora personal, creímos en Jesús como el Mesías, para que podamos ser puestos bien con Dios al confiar en el Mesías, no tratando de ser buenos. (Gal. 2:15-16 MSG)
Mira como lo parafrasea el Espejo:
2:15 ¡El pecado no hace acepción de personas! El pecado es pecado aunque seas Judío o Gentil. 2:16 Como Judíos deberíamos ser los primeros en saber que nadie alcanzará una posición intachable delante de Dios a través de su conducta personal siguiendo los requerimientos de la ley. Lo que Jesucristo cree acerca de nuestra inocencia es lo más importante; él está persuadido que hizo lo suficiente para declarar al hombre justo. Nuestras mejores intenciones de hacer el bien no añaden nada a nuestra justicia. La justificación no es la compensación por nuestro buen comportamiento. ¡Cómo creyentes Judíos sabemos esto! No tenemos ventaja sobre ninguna otra persona. ¡Judíos y Gentiles eran igualmente culpables, ahora somos igualmente justificados por Jesús; y no por ninguna otra razón!
Como el Apóstol Pablo nos mostró en Gal. 2:11-16, el pecado al que Pablo se refiere en el versículo 15 fue el de querer vivir bajo la Gracia sin dejar de confiar en la Ley, lo cual equivale a no andar en “rectitud” en cuanto a la verdad del Evangelio, en otras palabras: basarnos en la Ley para nuestra justificación o mejora propia, como si la Cruz nunca hubiera existido. Oremos a nuestro Padre Celestial que continúe persuadiéndonos de nuestra justicia/rectitud perfecta en Cristo, para que nuestro enemigo “La Ley” no logre echarnos la mano.
Shalom.
