Porque has puesto al Señor, que es mi refugio,
Al Altísimo, por tu habitación. No te sucederá ningún mal,
Ni plaga se acercará a tu morada. Salmo 91:9-10
Como lo mencioné antes, muchas veces tememos “creer mucho” y ser desilusionados; pensamos en aquellos que conocíamos como creyentes y que fueron devorados por alguna plaga o tragedia, quizá aún alguien a quien amábamos. No siempre entenderemos por qué le suceden ciertas cosas a cierta gente, más nunca sabremos qué es lo que cada víctima verdaderamente creía, o en quien realmente tenían su fe y su confianza .
Dios no tiene jurisdicción en la vida de aquellos que no tienen su confianza puesta sólo en El y en la Gracia dada por su Hijo Jesucristo. Tampoco es responsable de la destrucción que los ídolos u “otros dioses” traen sobre la gente que confía en ellos, a los cuales la Biblia se refiere como “demonios”. (Deut. 32:17; 2 Cron. 11:15; etc.). Más aquellos que hayan recibido el regalo de salvación de Jesucristo, aún cuando hubieran perdido su vida, realmente la encontraron, y hoy viven para siempre en un lugar de inimaginable felicidad, donde no hay más tristeza, ni dolor, soledad o llanto, .
Si tú has sido bendecido(a) con conocer tu herencia, no la deseches por que otros no pudieron recibirla. Hoy Dios te invita a que tú te refugies en El, si aún no lo hubieras hecho y te dice “No Temas”. Aun cuando a ti mismo te hubiera alcanzado el mal o la destrucción, créeme que nunca sabrás de cuánto más Dios ya te ha librado de lo mucho que el enemigo ha lanzado contra ti: Ese carro que estuvo a punto de pegarte, ese niño que estuviste a punto de atropellar, ese asesino que no te vio, ese lugar donde no pudiste llegar, la lista es incontable. No permitas que el diablo te despoje de tu fe en su Palabra; confía en la promesa del Señor para aquellos que ponen su confianza en Él y sólo en Él .
Él es fiel y su fidelidad no depende de la nuestra, (lo cual sería devastador para nosotros):
Entonces ¿qué? Si algunos fueron infieles (incrédulos), ¿acaso su infidelidad (incredulidad) anulará la fidelidad de Dios? ¡De ningún modo! Antes bien, sea hallado Dios veraz, aunque todo hombre sea hallado mentiroso. Rom. 3:3-4
El Señor te ama y si tu confianza está en su Amor, Él te da su seguridad para que vivas sin temor y entres en su descanso.
Pues El dará órdenes a Sus ángeles acerca de ti, para que te guarden en todos tus caminos.
En sus manos te llevarán, para que tu pie no tropiece en piedra Salmo 91:11-12
Los Ángeles de Dios, espíritus ministradores, más fuertes, más poderosos y más hermosos que nosotros, fueron creados para cuidar la criatura más preciada de Dios, al hombre.
Bendigan al Señor, ustedes Sus ángeles,
Poderosos en fortaleza, que ejecutan Su mandato,
Obedeciendo la voz de Su palabra. Salmo 103:20
Aunque existe la creencia popular de que nuestros amados al morir se convierten en ángeles, la Verdad escrita nos dice que Dios creó estos seres superiores pensando en nosotros, no para hacer de ellos objeto de idolatría o adoración, sino para que ellos nos sirvan, pues leemos que los ángeles obedecen la voz de Su Palabra; no dice “La Voz de Dios” sino que dice “La Voz de Su Palabra”. Esto indica que no necesariamente esperan las instrucciones de Dios directamente, ya que Su Palabra se hizo carne, Jesús, quien hoy vive en nosotros a través de su Espíritu.
Su Palabra requerirá de nuestra boca para ser enviada y de esta manera poder sanarnos y librarnos de nuestras destrucciones (Salmo 107:20) y para hacer lo que la enviemos hacer. (Isaias 55:11)
Por tanto nos beneficia a todos llenarnos la boca de Su Palabra todos los días para tener material que nuestros ángelitos puedan usar. Si habláramos palabra contraria a Su Palabra, no solo ellos no pueden actuar, sino que le haremos creer a nuestro enemigo que está ganando la batalla sobre nuestra vida y él también es un ángel, un ángel caído, solo que él no obedece la Palabra de Dios, sino que este ser “desgraciado” (sin Gracia) se mueve usando toda palabra contraria a la Palabra de Dios.
Por consiguiente, sabiendo que la vida y la muerte están en el poder de nuestra lengua (Prov. 18:21), llenemos nuestra boca con “La Voz de Su Palabra”, sea en nuestro idioma o hablando en lenguas y así en el momento del peligro, Su palabra surgirá de nuestra boca como Su Espada del Espíritu, con la que los Ángeles de Dios podrán pelear y defendernos.
Por cierto, esta escritura (Salmo 91:11-12) fue la única en toda la Biblia que el diablo pudo citar cuando probó a Jesús en el desierto (Mat. 4:6), más no pudo citar el siguiente verso, porque se refiere a él.
Sobre el león y la cobra pisarás; Pisotearás al cachorro de león y a la serpiente. Salmo 91:13
Shalom.