Desvaneciendo las Tinieblas.

Con su Luz Admirable

Desvaneciendo las Tinieblas

Vimos ayer que El Espíritu Santo redarguye al creyente de Justicia.  Nuestra carne tiene tanta propensidad a la auto-justificación, que se necesita  el Espíritu Santo para  “convencernos”  que somos la rectitud de Cristo por fe, sin las obras de la Ley. (Rom. 3:28)

Mas de alguna manera la consciencia de pecado que el Sacrificio Perfecto vino a eliminar, (Hebreos 10:2) se ha convertido en “un requisito” para permanecer sentados junto con Cristo, en el cristianismo moderno.  Por ejemplo, existe la teoría de que en el momento de pecar, pasamos de la luz a la obscuridad, quedando bloqueada nuestra relación con Dios.  En ese momento, de acuerdo a esta teoría, dejamos de ser Hijos de Luz,  nuestro mal olor es mayor que el aroma agradable de nuestra ofrenda, Jesucristo, y Dios no nos acepta más, ni nos oye hasta que nos arrepentimos y confesamos, lo cual es necesario para permanecer “limpios”.

Lo anterior totalmente contradice las palabras que  Jesús le dijo a Pedro:

El que está lavado, no necesita sino que lave los pies, mas está todo limpio: y vosotros limpios estáis, aunque no todos. Porque sabía quién le había de entregar…. Juan 13:10-11.

Anteriormente vimos que  el lavado de pies que  Jesús efectua en nosotros cuando leemos su palabra diaria es lo único que se necesita para limpiar el polvo de nuestro caminar diario. Mas de acuerdo a la teoría arriba mencionada, un nuevo velo se vuelve a poner entre la presencia de Dios y nosotros hasta que nos arrepintamos y confesemos, aun cuando el Velo ya fue rasgado con la muerte de Jesús. De esta manera, en un solo día podemos salir y entrar al Lugar Santísimo innumerables veces, a través de un velo que se cierra y se abre continuamente cada que no le atinamos a la marca, como si hubiera sido nuestra rectitud la que rasgó el velo.

Si esto fuera verdad, no creo que podríamos permanecer en la presencia de Dios ni siquiera la hora que nos acercamos a Él con nuestra religiosidad.  ¿Como podríamos orar sin cesar de esta manera?  ¿Cómo podríamos acercarnos confiadamente al trono de su Gracia con el temor de que en cualquier minuto  se nos bloquea el paso?

Esta doctrina fue totalmente desconocida para el Apóstol Pablo, quien predicó el Evangelio a los gentiles. Tampoco era conocida entre los israelies del tiempo de Moisés.

El Sacerdote examinando a la oveja

En aquel tiempo, cuando ellos se acercaban a Dios con su animal para el holocausto, nunca se detenían a examinarse a sí mismos. Tampoco el Sumo Sacerdote examinaba al ofrendador, sino era el animal de sacrificio el que debía ser perfecto, sin mancha o defecto.

walk in righteousness

Caminando en Su Rectitud

Tampoco era el ofrendador el que confesaba sus pecados – era el Sumo Sacerdote el que confesaba sus pecados y los de Israel, sobre la cabeza de una cabra. (Lev. 16:21).

El ofrendador mostraba su arrepentimiento al acercarse a Dios con su oveja,  lo que le hacía estar consciente de su pecado.  Dios halló defecto en este Pacto(Heb. 8:7),  el cual creaba “consciencia de pecado”  (Hebreos 10:2)  Mas al menos cuando salía de ahí, el ofrendador caminaba en la inocencia de la oveja por un año entero.

Creo que su camino era menos complicado que el nuestro, a pesar que el Velo no se había rasgado.  Nosotros, de acuerdo al camino que la religión enseña,  solo podemos caminar en esa inocencia ¡hasta el siguiente pecado! Por consiguiente, si la ley es la fuerza del pecado,  nuestro pecado va a ser cada día más fuerte y más frecuente.

Espero que  si nunca habías reflexionado en ésto, ya te hayas comenzado a dar cuenta que ¡algo anda mal!

Recordemos lo que dice la escritura:

Así que, hermanos, tenemos libertad para entrar en el Lugar santísimo por la sangre de Jesucristo,  por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne.  También tenemos un gran sacerdote sobre la casa de Dios.  Acerquémonos, pues, con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia y lavados los cuerpos con agua pura.  Hebreos 10:19-22

Ambos, el arrepentimiento como la confesión tienen su lugar en la Biblia,  mas no son determinantes del perdón   de pecados que Cristo nos dió, ni de nuestra posición en Cristo.  La obra redentora fue llevada a cabo por uno sólo, Jesús, y la perfección de su Trabajo no puede depender de nuestra fragilidad.

Sabemos que la verdad nos hará libres.  mas la verdad que no conocemos nos mantiene en esclavitud.    Durante el resto de esta semana, la escritura te dará a conocer la verdad que te hará libre.  El no conocerla no te transfiere de la luz a la obscuridad,  mas si te roba tu paz y el gozo y seguridad de  tu salvación, haciéndote “vulnerable” a ser devorado por el que anda buscando a quien devorar.   (Cubiertos de Oro).

Shalom.