Acabamos de ver en Apocalipsis 15 el cumplimiento de la figura profética – 7 ángeles en los cuales se consumaba ‘la ira de Dios’, es decir ‘su pasión´por redimir a su creación, lo cual significa ¡la consumación de la obra redentora de nuestro Señor Jesucristo, en el cumplimiento del juicio que se llevó a cabo en la Cruz!.
Asi mismo, vemos a ‘los vencedores’: una multitud que se identificó con su redentor, al serles revelado lo que les sucedió en la muerte y resurrección de Jesucristo y en su ascención y sentamiento a la diestra del Padre; por lo que pudieron verse a sí mismos en su imagen, en su santidad e inocencia, y principalmente, en su identidad de hijos; a ellos los vemos en este Capítulo alabando a Dios delante de su trono, totalmente persuadidos de que Él es digno de alabanza. Esta multitud llevaba la marca de Dios en su frente – el sello de Dios, la misma marca que Jesucristo llevaba (Juan 6:27), el Sello de Su Espíritu (2 Tim. 2:19, Ap. 7:2-3 y 9:4).
El Espejo de la Palabra, de Francois Du Toit, los describe en este vers. 2, como “un grupo que surgió victorioso de las garras y el reclamo del sistema de ‘acusación’ de la falsa trinidad de indoctrinación religiosa – la Bestia, su imagen, su carácter y contraseña….redimidos de la idolatría de siglos de devoción a una imagen de su propia hechura, reflejando una identidad perdida”. Por ello cantan que los juicios de Dios se han manifestado (v. 4), pues en la Cruz se consumó tal juicio y tal salvación. Por ello ven abrirse el cielo, y el tabernáculo bajando del mismo, pues ¡el tabernáculo somos ahora nosotros! Por ello los 7 ángeles vestidos de lino fino, con cintos de oro, anunciando la perfección de la obra consumada de Jesucristo por redimirnos, y la purificación que la raza humana obtuvo al haber pasado por el horno de la Cruz, de donde salía el humo que llenaba el templo de la Gloria de Dios.
De ellos se trata el el Capítulo 15 en su totalidad, el número del nombre de Dios, el número del hombre y la mujer, el número de la triple Gracia de Dios, que redimió a la humanidad, el número del Espíritu de Dios habitando en nosotros, y si pusiste atención al canto de ellos, en el mismo anuncian que todas las naciones vendrán y le adorarán. Sin embargo, en el último versículo, vemos que ¡nadie podía entrar hasta que se cumplieran las 7 plagas! ¡Recorcholis! ¿Qué quiere decir todo ésto? Que a menos que te des cuenta de lo que te sucedió en el Juicio de Jesús en la Cruz, no podrás sentirte incluído en Él, y por consiguiente, no podrás experimentar esta gloria, ni vivir en armonía con los demás.
Ellos estaban alabando y profetizando que aquellos que por su incredulidad o ignorancia, no podían identificarse con la imagen de Dios en nuestro Señor Jesucristo y por consiguiente, no podían verse incluídos en Él en inmaculada inocencia, también vendrán y alabarán a Dios en este mismo Espíritu.
Algo tendrá que suceder para que este grupo crea que el mismo Dios que sopló aliento de vida en el lodo, se convirtió en uno de nosotros por el mismo Espíritu que Él mismo nos infundió, con el único propósito de poder morir como uno de nosotros, como un humano, y poner asi a morir en su cuerpo al virus que le robó la vida de Dios a la raza adámica, y haciéndola volver al polvo, la levantó como una Nueva Creación en su cuerpo glorificado, llevándola con Él hasta la diestra del Padre, en las alturas.
Mientras nuestros ojos no nos sean abiertos, estaremos identificándonos con la Bestia, cuya mentalidad nos esclaviza a las cosas terrenales y a una vida inferior a la vida para la que fuimos diseñados, la cual es nuestro verdadero enemigo, pues nos enceguece a las realidades de la Nueva Creación que vive en las alturas.
Cuando vives bajo esta mentalidad, difícilemte podrás entender el amor de Dios, pues verás a nuestro Padre como un carcelero cruel, castigando a la humanidad, cuando Él mismo llevó los látigos desgarradores que azotaban a la raza humana, justo para que nosotros pudiéramos salir de nuestras prisiones.
Cuando estamos enceguecidos de nuestro espíritu, aun la ciencia, que originalmente fue definida como el estudio de la creación, se convierte en necedad, pues aunque las cosas del Espíritu difícilmente podrán comprobarse a través del método científico, el cual pertenece a ‘la materia’, nadie puede explicarse por qué nuestra composición humana en agua y minerales es exactamente la misma en proporción que la de la tierra; ni tampoco puede explicarse por qué nuestro ADN lleva el nombre de Dios en sus iniciales ABBA…., o por qué en el libro de Job, el más antiguo de nuestra escritura contemporanea, se nos da a conocer algunos hechos que no fueron descubiertos hasta milenios después, como el hecho de que la tierra flotaba en el espacio (Job 26:7), de cómo se origina la lluvia (Job 28:26) de las corrientes marinas )Sal. 8:8), que era redonda (Is. 40:22) y muchas otras cosas, como este ameno video de un cristiano curioso te lo mostrará (7 descubrimientos científicos que ya estaban en la Biblia).
Algunos aun llegan a desmentir la existencia de Jesús, documentada históricamente, la cual cumplió al pie de la letra más de 300 profecías bíblicas; y aun prefieren inventar a su propio Mesías, como la serie de Netflix nos hace creer. Bajo este espíritu de incredulidad, nos será básicamente imposible experimentar la evidencia del Espíritu viviendo en nosotros, dando fruto de amor, gozo y una paz que sobrepasa todo entendimiento, y todas esas cosas que solo la Revelación de Jesucristo, comunicada en el verdadero evangelio, puede producir en nosotros cuando nuestros ojos son abiertos, como lo es el verdadero descanso y la verdadera paz que hecha fuera la ansiedad, o el Perfecto Amor, que hecha fuera todo temor, por mencionar unas cuantas.
Dios ama de igual manera a los creyentes y a los no creyentes y nos ha redimido a todos por igual, mas la incredulidad te hará hacer pedazos un cheque en blanco. Por esta razón, aquellos que prefieren la identidad de la Bestia, es porque se identifican mas con su imagen, ya sea, la imagen de un ser deforme o sin valor, o la imagen del super hombre glorificándose a sí mismo, enaltecidos en su habilidad, en su talento, en su intelecto, en su desempeño, por lo que su marca en la mano o en la frente, estará reflejandolo sus pensamientos, palabras y obras; tristemente será tanta su incredulidad, que tampoco creerán que esta Bestia solo quería robarles su destino glorioso que no se encontraba en ninguno de sus logros, ni sus hazañas y aventuras. Aun con todos nuestros sueños realizados, y todas nuestras metas cumplidas en nuestra lista de cosas por hacer antes de morir, nada perteneciente a esta tierra nos servirá en la eternidad, pues “Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son las que Dios ha preparado para los que le aman” 1Cor. 2:9.
Jesús ha llevado los 7 juicios del libro del Apocalipsis. Él sudó sangre en el huerto para que ya no tuvieramos que ganar el pan con el sudor de nuestra frente; recibió los azotes por nuestras maldiciones y enfermedades; la corona de espinas para redimir nuestra mentalidad de la manera de pensar del Antiguo Pacto y devolvernos la paz mental al conocer nuestra inseparable y eterna unión con Él; los clavos en sus manos y en sus pies para que nuestros pies fueran calzados con la Buena Noticia del Evangelio, y para que las obras de nuestras manos pudieran prosperar; recibió la burla, el escarnio de todos, poniendo a morir nuestra vergüenza y nuestra deformidad; bebió las uvas amargas para que no vivamos más bajo la maldición de la Ley, y en todo ésto, dejó la carta de requerimientos que era contraria a nosotros en la Cruz,)Col. 2:14) y resucitó al tercer día para levantarnos junto con Él como una Nueva Criatura. No siendo suficiente lo anterior, nos ha escribió una carta de amor, su Evangelio, enviándonos ángeles (mensajeros), que nos hablaran de Su Perfecto Amor por nosotros, de su regalo de Justicia, de su deseo de habitar entre nosotros, en medio de nosotros, dentro de nosotros para poder tenernos a su lado, todo incluído en su nombre – Emmanuel – ¡Dios con nosotros! Mas en los próximos capítulos descubriremos que a pesar de todo lo arriba descrito, ellos se burlarán, le rechazarán y aborreceran, porque no concordaba con la imagen que tenían de si mismos, y porque prefirirán su canasta de frutas, el camino de Caín, o sus trapos de inmundicia, antes de aceptar las ropas blancas resplandecientes de lino fino, como las de los ángeles que acabamos de ver, por tanto no podrán culpar a Dios de lo que les suceda bajo la mentalidad de la vida Adámica.
Si tú lees esta página regularmente, es porque tú quizá hayas recibido la revelación de tus vestiduras de Lino Fino por causa de tu inclusión en Jesucristo; tu estarás disfrutando de la mesa de tu Amado, Jesucristo, mientras todo esto sucede. Refugiémonos en la verdad de nuestra inclusión en Cristo y en el gozo que ésta produce.
En este lugar de gozo, estás lejos del alcance de cualquier daño. El gozo le da voz a tu fe anunciándo la perfección de la salvación de tu alma. 1 Pedro 1:9 Biblia de Estudio El Espejo”.
Gracia y Paz en abundancia.