Gracias por regresar a esta página y a este estudio del Apocalipsis. Nos encontramos en el Capítulo 17 y a punto de conocer quien es esta mujer llamada “Babilonia la Grande”.
Puesto que es un tema que toca muchas susceptibilidades, me fue necesario explicar los orígenes de esta ciudad y las creencias detrás de su origen, que a la luz de este Libro son de mayor importancia , ya que el Libro de Apocalipsis es simplemente una “corrección amorosa” a nuestras creencias, para que no tomemos parte de la destrucción que el mundo experimentará por causa de su incredulidad en este hermoso Evangelio de Gracia. Si recordamos que el primer Jinete del Apocalipsis es “Falsa Doctrina“, siendo éste el precursor de todas las plagas y de toda la destrucción subsecuente, el recibir esta corrección puede ser la diferencia entre la vida y la muerte.
Por lo anterior, durante las últimas dos semanas quise llevarte en mi Cápsula del Tiempo, a ese lugar en la antigüedad en cuyo fundamento se ha fincado la sociedad que tenemos hoy, no sólo en nuestro país y continente, sino en el mundo entero.
Te preguntarás: ¿pero qué problema hay en el legado tan valioso que Babilonia le dejó al mundo?
Desde el punto de vista humano, realmente Babilonia era una civilización admirable, quizá aún más avanzada que la nuestra; el problema está en que Babilonia fue la continuación de “la Torre de Babel”, que simbolizaba el intento del hombre de “hacerse un nombre por sí mismo y de llegar al cielo” (Gen. 11:4), confiando en su habilidad propia, independientes de su Creador.
Esta torre y la ciudad del mismo nombre, Babilonia fueron fundadas por Nimrod, cuyo nombre significa “Rebelión”, quien fue “cazador ‘delante’ de Dios” (frente a Dios o en Su Cara, en sentido desafiante). Su abuelo Cam, el Padre de Canaán, fue el Hijo rebelde de Noé, quien lo exhibió ante sus hermanos al encontrarlo desnudo, lo cual revelaba su corazón entenebrecido y el carácter acusador del diablo; sus hermanos, por el contrario, mostraron el carácter de nuestro Padre amoroso, quien no mira nuestras transgresiones, sino que aun cubre nuestra desnudez y todas nuestras faltas.
Babilonia equivale a la canasta de frutas de Caín, la cual fue como una risa burlona en la cara de Dios, con la voz de la serpiente detrás de la misma: “¿De verdad dijiste que moriría? ¡Mira como vivo! ¿De verdad dijiste que la tierra sería maldita y que solo produciría cardos y espinos? ¡Mira lo que me produjo a mí!”.
No es coincidencia que Babilonia fuera edificada a un lado – si no aún en el mismo lugar donde el Jardín del Edén se ubicaba, lo cual declaraba ante Dios que el hombre efectivamente era capaz de producir por su propia habilidad y esfuerzo la calidad de vida que tenía al lado de Dios, basado en la misma creencia que despojó a Adán de todo lo que poseía– la creencia de que el hombre puede en efecto llegar a “ser como Dios” mediante sus obras el conocimiento del bien y el mal, árbol que Dios les aseguró que les produciría la muerte.
Esta palabra “mal” en el hebreo es “rah”, que además de significar “malo”, “aflicción”, “angustia”, “agotamiento”, también significa “roto” o “romperse en pedazos”. Esta palabra fue traducida al griego como “poneros”, que significa: “lleno de labores, irritabilidades, o dificultades; presionado y acosado por labores, trayendo fatigas, molestias, peligros, dolores, problemas”. Este último significado nos aclara más aún qué es lo que corrompe la vida del hombre – su labor o su esfuerzo por “llegar a ser” porque se la ha olvidado que ya “Es” . (contrario a lo que se cree, de que si no trabajamos no podemos disfrutar de mucho, pues no lo merecemos). Curiosamente, hoy en día la labor ardua ya no nos es suficiente para disfrutar de mucho, gracias al sistema babilónico actual en el que los Awilum han despojado casi de todo a los wardu, y los wardu sólo existen para producir lo que los Awilum necesiten sin aspirar a mucho y solo siendo Mushkenu – sirviéndole a los Awilum, podemos aspirar a un poco más.
Por lo anterior, Babilonia se convirtió en el imperio de “las obras muertas”, que son las obras producidas por este árbol. Si te confundo, te ruego que leas las secciones referentes a La Ley en el Mapa del Sitio, para que entiendas sus efectos y por qué fue que Dios dijo que “El Justo” viviría por la fe y no por la Ley, después de haberle demostrado al Pueblo de Israel que el hombre no puede vivir por la Ley; esto se debe a que el hombre fue creado para vivir descansando en el Amor de Dios y en su cuidado, y no fue diseñado para vivir de su propia fuerza, que es la esencia de la Ley.
Tristemente, la humanidad quedó condenada a vivir de su propia fuerza cuando Adán firmó básicamente un contrato con “su habilidad”, el cual el diablo (la mentalidad caída) refuerza justamente a través de LA LEY, pues su nombre es Ha-Satán que significa: “El perseguidor”, o el abogado acusador, en el contexto de una corte legal. Entender este concepto te ayudará a entender por qué Dios trató de proteger a Israel de las creencias de los moradores de Canaán, mismas que amenazaban a su pueblo Israel, a quien Dios tomó como una muestra de lo que haría con la humanidad entera, por Su Gracia y gran amor por nosotros, por ello mismo escogió a Israel de entre todos los pueblos, por sus números insignificantes (Deut. 7:7), para mostrarnos que no es por nuestra fuerza sino por la de Su Espíritu que podemos ser fuertes.
Fue por todo lo anterior que Dios entregó la tierra de Canaán en manos de Israel, pues sus pobladores venían de Babilonia:
No es por tu justicia ni por la rectitud de tu corazón que vas a poseer su tierra, sino que por la maldad (poneros) de estas naciones el Señor tu Dios las expulsa de la tierra. Deut. 9:5
Fue por la misma razón que entregó a Babilonia a destrucción después de la cautividad de Israel, como lo volverá a hacer al final del tiempo de la humanidad, cuando la gente despierte de su supor y quiera salir de Babilonia.
Gracia y Paz en Abundancia
Rev. Marzo 2020