Cuando tu liquidas una nota de Crédito o una hipoteca, ningún acreedor podrá perseguirte por falta de pago. Mas supongamos que un millonario secreto paga tus balances en todas tus tarjetas de Credito y el saldo de tu auto nuevo, y de tu casa, mas el banco no te avisa que alguien finiquitó tu deuda, por supuesto que tu vas a seguirla pagando, hasta que sepas que ya no es necesario.
Por el contrario, imaginemos que tu recibes un estado de cuenta que dice PAGADO TOTALMENTE; además de ello, tienes un balance en tu banco que dice “Un billón de dolares”. Se que te va a hacer brincar de gozo, o tal vez enloquecer por un tiempo, mas puedo asegurarte que cuando regreses a tus cabales, difícilmente podrás gastarlo o disfrutarlo con libertad, pues siempre te quedarás con la incertidumbre de que alguien te lo venga a cobrar si todo fue un error, como sucedió recientemente con una cuenta de Paypal.
Que tal si por dejar de pagar tu hipoteca, alguien viene y te quita tu casa, o te acusan de robo por el dinero que te gastaste, como le sucedió a un adolescente en Georgia, quien se compró un BMW cuando vio su balance bancario de $31,000 dolares, depositados en su cuenta por error; o que pasaría si alguien lo depositó en tu cuenta para lavar dinero y después te busca para cobrártelo.
Sin embargo, sería diferente si recibieras una nota de un familiar a quien nunca conociste, diciéndote que te ha dejado toda su herencia, que podrás cobrar en cuanto llegues a cierta edad, con lo cual se hizo cargo de que nunca te falte nada, dejando tu casa pagada y todo lo que debías. En ese momento sabrás que el dinero es tuyo legalmente y lo podrás usar liberalmente sabiendo que nadie vendrá a cobrártelo o a quitártelo.
Al haber hecho el ejercicio de Deut. 28 y 29, te diste cuenta de todo lo que hoy puedes gozar legal y libremente, y que tu nunca habrías podido obtener tratando de cumplir la ley; por tanto, si aun estuvieras tratando de pagar tu deuda, sabrás que estas pagando doble, pues TODA tu deuda ya fue pagada por Jesús y nadie te la va a venir a cobrar. Siéntete con derecho de reclamar, usar y declarar tu bendición a los 4 vientos, pues te fue dada “justa y legalmente” por tu Padre Celestial.
No eres bendecido sólo porque le caías bien a Dios o porque eras muy bueno o muy virtuoso; fuiste bendecido simplemente porque al creer en Jesús y recibir lo que El te dio en la Cruz, te convertiste en Hijo de Dios y co-heredero con Cristo (Rom. 8:17), por tanto no eres simplemente adoptado, como fue traducido en Ef. 1:5 o en Gal. 4:4-7, sino que de verdad has sido hecho “Hijo”, conectado a El por su Espíritu que ha nacido en ti, como lo estuvo Adán antes de que se separara de Dios.
Por lo anterior, tampoco tendrás que hacer nada para convertirte en Hijo Maduro de Dios; ya te diste cuenta de que la aflicción y todo el sufrimiento son parte de la maldición y no algo dado por Dios para traerte a la madurez pues el “quedar unido a El en su sufrimiento”, quiere decir que al morir El en la Cruz en tu lugar, estabas muriendo tu en su cuerpo y si el ya sufrió y tu quisieras ofrecer tu sufrimiento sería decir que el suyo no fue suficiente.
Estoy asumiendo que tu has recibido este regalo invaluable. Sin embargo, tu podrías estar entre aquellos que una vez que saben que tienen un Padre Rico, su orgullo o indignación por los años que sufrieron por su ausencia no les permiten recibir nada de él, por el contrario, quieren demostrarle que no lo necesitan y le dicen, “¡no quiero nada de ti, yo me basto solo!” y rechazan su herencia, prefiriendo seguir pagando sus deudas ellos mismos. Esto seria la peor herida y ofensa que un padre pudiera recibir de un hijo a quien ama, no lo crees?
Lamentablemente, eso es lo que mucha gente “religiosa” hace por no saber, o por rehusarse a creer que el trabajo consumado de Jesús fue suficiente para finiquitar su deuda ante su Padre; al ofrecer sus penitencias, mandas, auto-castigos, sufrimientos, abstinencias temporales, obras muertas o aun su propia muerte, como lo hizo Judas, ellos están prefiriendo seguir pagando o intentando comprar su bendición en lugar de aceptar el pago que su Padre ya dio por ellos; otros lo harán porque no creen que su deuda es imposible de pagar en sus propios términos. Esto, lejos de ser un acto de humildad o de piedad, desprecia el amor de Dios y su regalo de vida que fue su Hijo Jesucristo, cuyo trabajo consumado en la Cruz fue tan perfecto que nada le puede ser añadido.
Mas cuanto gozo le trae al Padre el saber que sus deudores recibimos con verdadera humildad esa nota cancelada como un regalo y vernos prósperos, sanados, restaurados, felices, libres y agradecidos, usando nuestra herencia a través de la fe – nuestra chequera, y mucho mas el vernos agradecidos eternamente. Hazlo feliz y se feliz.
Shalom