Existen diferentes opiniones acerca del Libro de Revelación, o de Apocalipsis, por ejemplo, la de Discovery/History Channel o National Geographics, que con todo y su panel de expertos, solo refleja el pensamiento del hombre natural, sin entendimiento de las cosas del Espíritu de Dios, o aun me temo que refleja un total rechazo de la escritura, por lo cual luchan por desacreditarla.
También existe la versión de aquellos que creen que las profecías en este libro ya se cumplieron cuando Jerusalén cayó en el año 70 d.C. A esta corriente de pensamiento se le llama “preterista”.
Es un hecho que estas iglesias existieron en Asia Menor y que las palabras de Jesús eran para aquellos ministros en aquel presente, cuando existía gente como Nicolás, “que se decía ser judío pero no lo era” (Rev. 3:9), cuya obra habla contra el Evangelio más que a su favor y de cuya enseñanza surgieron los Nicolaítas. También existieron hombres como Melito, que profesaron ser cristianos, más habiendo dejado escrito lo que realmente creía su corazón, encontramos un evangelio totalmente diferente.
Sin embargo, no podemos desechar las Palabras eternas de Jesucristo tan solo por no entender el concepto de Su eternidad. Las Palabras de un Dios eterno no están sujetas al concepto humano del tiempo. De hecho, en el hebreo solo existe el tiempo presente, pues las Palabra de Dios no cambia ni pasa – es para siempre, y mientras se use en el contexto del Pacto vigente, estas cartas son aplicables a toda la iglesia hasta el día de hoy.
Mas creamos por un momento que estas cartas representan diferentes eras de la iglesia, como algunos sugieren, entonces pensaría yo que nos encontramos en la era de la iglesia de Filadelfia, pues con el resurgimiento del verdadero Evangelio, el Evangelio de Gracia, que el Espíritu Santo está activamente revelando en el corazón de muchos creyentes en todas partes del mundo, los mitos y barreras impuestas por la religión que nos impedían recibir el Amor de Jesucristo están siendo removidas, dando como fruto una fe purificadora y un amor genuino, un verdadero amor ‘filial’ en los corazones de aquellos que hemos creído, y que a través de esfuerzo nunca antes pudimos conocer o replicar.
Este amor nos ha revelado nuestra verdadera imagen e identidad, no estando basada en aquello que creíamos ser, sino en aquello que Cristo vino a persuadirnos que somos: Hijos de Dios, agradables al Padre, aceptos, amados, unidos a Dios – por tanto, herederos junto con Cristo, vestidos de su rectitud, blancos y resplandecientes, llenos de su gloria y de su honra. No más mitos, ni falsas enseñanzas de hombres, la Novia de Cristo está siendo despertada y hallada sin mancha y sin arruga, lista para las Bodas del Cordero.
Al mismo tiempo, mientras el verdadero amor aumenta, un odio exterminador y sobrenatural o una ausencia de este amor, en el no creyente, incluyendo a muchos que considerábamos hermanos en la fe, también ha comenzado a levantarse, y al igual que Isaac cuando comenzó a comer alimento sólido, la iglesia de “Amor Filial” ha dejado de ser “bebé”, por lo que ha comenzado a ser perseguida por los “hijos de la esclava Agar“, que es la Ley, por no ser ellos capaces de discernir la palabra de rectitud (Heb. 5:14).
Mas existe la promesa de que TODO ojo le verá – aun los que le crucificaron, y la palabra de Cristo de que Él pondrá bajo nuestros pies a nuestros enemigos, permanece para siempre; mas nuestro enemigo mayor es “La Ley” y aquellos que aun viven bajo esta mentalidad, referidos en el v.9 como ‘los de la sinagoga de Satanás”, sin lugar a dudas, sabrán que Dios nos ha amado, pues la Puerta que Cristo nos ha abierto, “la puerta de la fe“, nos da acceso a vivir en una ‘dimensión celestial’; no estoy hablando de la ‘dimensión desconocida’ de demonios y seres extraterrestres, estoy hablando de la ‘dimensión del Amor de Dios’ que intenta derramarse sobre toda la humanidad y traer su Reino a nuestra vida – gozo y paz en el Espíritu de Dios, – dimensión que nos es desconocida solamente cuando no conocemos el verdadero Evangelio de Gracia de nuestro Señor Jesucristo; ésta es una puerta que ningún hombre podrá cerrar, pues esta fe es la Fe de Dios; de hecho, lo que se tradujo como ‘abierta’, el griego ‘anoigō“, de ‘ana’ – arriba y ‘agō’ – llevar de la mano, guiar. Tenemos ahora acceso abierto al Lugar Santísimo sin temor de caer fulminados, como los sacerdotes del Viejo Testamento; hoy podemos entrar y habitar ahí permanentemente seguros, bajo las Alas del Altísimo, comiendo de su Mana escondido para siempre. De hecho, ya estamos ahí. Ya fuimos conducidos de la mano por Cristo y puestos ¡en Él! “Si alguno está en Cristo nueva Criatura Es” nunca fue una condición, ¡fue una conclusión!
Al leer que algunos de la sinagoga de Satanas les serían ‘entregados’, no significa para venganza; significa que los de Filadelfia obtendrían el favor de algunos gentiles que se habían convertido al judaismo (que se dicen judíos y no lo son), al grado de que vendrían y adorarían delante de y junto con ellos, porque se convencerían de que Dios los había amado. Así es como pone Dios a nuestros ‘enemigos’, delante de nuestros pies.
Así mismo, Jesús promete en esta carta librar a la Iglesia de Filadelfia de esa hora que está por venir sobre todo el mundo para poner a prueba a los que habitan sobre la tierra” (Rev. 3: 10).
¿Quiere decir que aquellos que no se llevan el nombre de Dios como Su Padre no serán librados de esa hora? Efectivamente, pues estos tiempos vienen a poner a prueba tus creencias. El fundamento de todo será sacudido, y aquello que creías no fundado en la verdad, será removido y sólo lo que es verdadero permanecerá. A todos aquellos que no conocen el Amor de Dios, ninguna de las cosas temporales de este mundo con las que intentan sustituirlo podrá suplir su necesidad del mismo, pues fuimos diseñados para vivir confiando en el Amor del Padre, y su rechazo del mismo les impedirá entrar por esta puerta, y agarrarse de las cosas eternas (1 Cor. 15:48). El no poder ver estas cosas eternas, será algo equivalente a vivir en el ‘hades’, palabra que significa ‘no ver’.
Sin embargo, en mi versión original de esta publicación, mi falta de entendimiento no me permitía ver que la preposición griega “ek” no implica que nos sacará de la tribulación o de la aflicción, sino que nos guardará, nos mantendrá seguros, dentro de la misma, y dice que lo hará pronto, esto no es “próximamente” sino ‘rápido’, inmediatamente, en un instante, en un abrir y cerrar de ojos, por lo que aquí tenemos otra alusión a lo que conocemos como “el Rapto”. Sin embargo, dicho ‘Rapto’ ya ha comenzado en aquellos que al abrir sus ojos se encuentran abrazados y entretejidos en Él, lo cual les permite vivir en esta dimensión celestial, en medio de todo lo que esté sucediendo.
Mientras todo sucede, Él nos invita a que nos mantengamos firmes en esta fe para que nadie tome nuestra corona. Tal corona representa la gloria y la honra del rey recibida como herencia. Cristo nos ha hecho Sacerdocio Real, Reyes y Sacerdotes, mas si no lo creemos viviremos como mendigos en lugar de reyes, comiendo las sobras de la mesa, o trabajando por nuestra herencia como el hermano mayor del hijo prodigo, sin saber que es el placer de nuestro Padre darnos el reino! (Luc. 12:32)
Porque la promesa a Abraham o a su descendencia (nosotros) de que él sería heredero del mundo, no fue hecha por medio de la Ley, sino por medio de la justicia de la fe. Porque si los que son de la Ley son herederos, vana resulta la fe y anulada la promesa. Rom. 4:13-14
El sistema del diablo – la Ley, tratará de despojarte durante toda tu vida de esa corona que testifica de tu herencia, haciéndote que dudes de la identidad que Cristo te ha dado, o haciéndote dudar del carácter y la fidelidad de Dios, mas mientras te mantengas ‘contendiendo por la fe’ – escuchando continuamente la palabra de Cristo del Espíritu Santo, no podrá robarte nada; por tanto,
“Ahora te encomiendo a Dios y a la palabra DE SU GRACIA, que es poderosa para edificarte y darte TU HERENCIA entre todos los santificados. Hechos 20:32
Pues si por la transgresión de un solo hombre reinó la muerte, con mayor razón los que reciben en ABUNDANCIA DE GRACIA y el don de la justicia (EL REGALO DE RECTITUD) reinarán en vida por medio de un solo hombre, JESUCRISTO.” Rom. 5:17
Tú, a quien tomé de los confines de la tierra, y desde sus lugares más remotos te llamé, y te dije: “Mi siervo eres tú; yo te he escogido y no te he rechazado: No temas, porque yo estoy contigo; no te desalientes, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré, ciertamente te ayudaré, sí, te sostendré con la diestra de mi justicia (Jesucristo). He aquí, todos los que se enojan contra ti serán avergonzados y humillados; los que contienden contigo serán como nada y perecerán.…
Is. 4:9-11
Dios te ha prometido hacerte “columna” o pilar permanente en su templo, (Rev. 3:12). Recuerda que Su templo no es ninguna estructura construida con manos de hombre; su templo eres tú! La habitación de Dios nunca se derribará y tú serás fortalecido dentro de ti para sostenerte en pie, habitando cómodamente dentro de ti mismo sin querer huir de ti mismo, al conocer que tienes la Victoria en tu filiación en Él, por ser hijo de Dios. Esta es la seguridad de todos los que creen el Evangelio de Gracia, no te conformes con menos.
Shalom
