Hoy comenzamos con el capítulo 14 de Romanos, el cual expande nuestro tema acerca de la consciencia acerca de los demás – como relacionarnos con otros de la fe.
Acepten al que es débil en la fe, pero no para juzgar sus opiniones. Uno tiene fe en que puede comer de todo, pero el que es débil sólo come legumbres. El que come no desprecie al que no come, y el que no come no juzgue al que come, porque Dios lo ha aceptado. Rom. 14:1-3
Este tema es largo y delicado, por tanto trataré de ser breve y de no herir susceptibilidades, además de las que herí en el pasado al haber ignorado esta palabra, más es algo que nos conviene a todos entender en este tiempo de tanta controversia religiosa.
La fe es un tema sobrenatural, no me refiero a la fe del mundo, la cual es simplemente un deseo intenso basado en la creencia de que si deseamos algo con todo el corazón o con los ojos apretados se nos hará realidad, me refiero a la fe bíblica, la cual no se basa en la intensidad de nuestro deseo por las cosas, sino en la magnitud de la revelación que recibimos de Jesucristo, la cual nos hace descansar y confiar en El para todo lo que recibimos, desde la salvación, hasta nuestra manera de conducirnos con los demás y que produce fruto. Es a través de esta revelación que podemos tener la certeza de lo que esperamos y la convicción de lo que no vemos.
Por ejemplo, Pablo recibió una revelación muy grande de Jesucristo. El testifico en 2a Cor. 12:2 haber sido arrebatado ¡hasta el tercer cielo! Él fue uno de los pocos discípulos que recibió la palabra directamente del Cristo resucitado, por tanto, su revelación de Jesucristo será mucho mayor que la de muchos de nosotros que no siempre entendemos de que nos habla. Esa revelación de Jesucristo hizo su ministerio lleno de poder y el poder que se manifestaba a través de él era tal, que no tenía que ir en persona a poner manos sobre los enfermos para que sanaran, simplemente enviaba sus pañuelos. (Hechos 19:11-12).
Sin embargo, a Pablo la fe lo tomo por sorpresa, pues en ningún momento él estaba tratando de tener fe, pues el vivía bajo la Ley y la Ley como él afirma, NO ES DE FE (Gal. 3:12). Bajo la Ley, él se sentía completo y seguro tanto de conocer a Dios como de saberlo todo acerca de Él. Sus intenciones de matar a aquellos que vivían por la fe eran buenas: servir a Dios ejecutando a todo aquel que no creyera como él , más que doloroso debió haber sido descubrir a quien realmente le estaba sirviendo.
Al igual que Pablo, cuando recibimos la Gracia de ver cuán equivocados estámos, aunque doloroso y a veces vergonzoso, ya no podemos regresar atrás para poder revertir los daños, o para resucitar relaciones muertas o enmendar lazos rotos, para cambiar opiniones en la gente acerca de nosotros o para sanar las heridas que causamos en otros o en nosotros mismos al creer equivocadamente; sin embargo, en ese momento comenzamos a tener paciencia con otros que no han visto lo que a nosotros por Gracia nos ha sido mostrado, recordando como nosotros fuimos como ellos en algún tiempo no lejano.
Este fenómeno religioso de creer saberlo todo es solo temporal y pronto descubrimos que nunca terminaremos de conocerlo o entenderlo todo hasta que estemos con El y asi podremos caminar las jornadas de otros a su nivel basados en la pura Gracia y el Amor de Dios sin demandarles “perfección doctrinal”.
En este caso, Pablo se refiere a algo tan simple como comer, refiriendose a aquellos que solo comen legumbres como “débiles”, pues su ley era muy específica de que comer y que no comer, por tanto aquellos que comenzaban a entender la Gracia de Dios comían sin condenación, mas existían aquellos que aunque comían de todo, aun seguían bajo esta condenación en su pensamiento, y esto les hacía juzgar a los demás que no comían de todo, por el contrario, aquellos que les era difícil dejar de vivir bajo la Ley, juzgaban al que comía de todo.
Te pido que por tu propia cuenta leas el capítulo 14 un par de veces, y que regreses para que meditemos juntos en ello
Shalom.