Aprendimos en el blog anterior que el propósito del Evangelio de Gracia era originalmente el de otorgarnos una ‘consciencia pura’ y que tal consciencia no solo revela en nosotros una identidad sólida y verdadera individualmente, sino en compañerismo con otros (‘ver completamente en conjunto’). Para ello es el ‘Fruto del Espíritu’, que no solo incluye nuestra paz y gozo interior sino que también nos habilita a disfrutar a los demás en el amor de Cristo, mucho mas allá del respeto y tolerancia mutuos, sino con una genuina estima y apreciación del valor de los demás como portadores de la imagen de Dios, lo cual es algo invaluable.
De no haber quedado este Evangelio bajo una pila de ruinas de religiones, doctrinas y filosofías humanas que Pablo llamaba ‘La Ley’ – el arma favorita del diablo contra la humanidad, no tendríamos en este momento esta guerra que la humanidad tiene contra si misma por su falsa identidad (color, etnicidad, ideología, clase social, orientación sexual, etc.), y que amenaza su auto-aniquilación.
Esto se debió a que el Cuerpo de Cristo fue paralizado con un ‘evangelio diferente’ – el veneno de la serpiente, convirtiendo su propósito como “piedras de edificación’ en fábrica de ‘piedras de acusación, juicio y condenación’, lo cual dio como resultado que la gente menosprecie y rechace el verdadero Evangelio, comenzando por los mismos cristianos.
Mas el antídoto se encuentra en el mismo; al haber creído y entendido la verdad acerca de nosotros, declarada a través de este hermoso Evangelio de Gracia, ya no necesitamos nuestra vieja identidad con la que la Ley nos clasificó para validarnos, o para validar a los demás, independientemente de si han creido o todavía no.
Pablo enfatizó acerca de esta consciencia de pureza y amor mutuo en todas sus epístolas, por mencionar algunos ejemplos:
Rom 12:3 nos dice que nadie tenga más alto concepto de sí que el que deba tener y del verso 9 al 21 nos da una hermosa descripción detallada de este ‘amor sin fingimientos’ que solo siendo un fruto podría cumplirse.
En Filipenses 2:1-4 también nos da una bonita fotografía de este tipo de amor, estimando humildemente a los demás como superiores a nosotros.
En la Epístola a los Efesios (4:20-32) nos habla de no contristar al Espíritu Santo (Ef. 4:30), y de esta manera nos ayuda a evitarlo:
Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros….. Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. (Ver Ef. 4:25 y 29)
¿De que verdad crees que hable? Desde luego que de la verdad que Dios cree acerca de nosotros declarada en su Hijo Jesucristo, “Como es Cristo, así somos también en este mundo”. ¿Cual seria entonces la palabra ‘corrompida’? Todo lo que contradiga lo que Jesús declaró acerca de nosotros al levantarnos en Él y sentarnos junto al Padre.
Por último, en Isaías 54:17, ese verso que tanto amamos:
Ningún arma forjada contra ti prosperará, condenarás toda lengua que se alce contra ti en juicio. Esta es la herencia de los siervos del Señor, y su justificación procede de Mí,” declara el Señor. (NBLH)
¿De qué arma crees que nos hable? De la misma arma con la que el diablo nos destruye: ‘La Ley’. Esta Ley que nos dio nuestra vieja identidad ya no hará lo que promete hacer en nosotros – matarnos (ver 1 Cor. 15:56), porque esta arma ya fue ‘desarmada’; ¿o no acaso así lo dice Col. 2:14-15?
Permíteme mostrarte esta escritura de varias versiones:
Col.2: 14
La ley escrita estaba en contra de nosotros, pero Dios le puso fin por medio de la muerte de Cristo en la cruz. (Traducción de Lenguaje Actual – TLA)
Él anuló el acta con los cargos que había contra nosotros y la eliminó clavándola en la cruz. (Nueva Traducción Viviente, NTV)
Habiendo cancelado el documento de deuda que consistía en decretos contra nosotros y que nos era adverso, y lo ha quitado de en medio, clavándolo en la cruz. (Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy – NBLH)
Y leamos Col.2:15 – resultado del 2:14
De esa manera, desarmó a los gobernantes y a las autoridades espirituales. Los avergonzó públicamente con su victoria sobre ellos en la cruz. (NTV)
Dios les quitó el poder a los espíritus que tienen autoridad, y por medio de Cristo los humilló delante de todos, al pasearlos como prisioneros en su desfile victorioso. (TLA)
Él desnudó en la Cruz a todos los tiranos espirituales en el universo, de su falsa autoridad, y los hizo marchar desnudos por las calles. (El Mensaje)
Su brillante victoria hizo un público espectáculo de cada regla y autoridad facultadas por la caída de Adán. ¡La voz de la cruz nunca será silenciada! El Espejo, de Francois Du Toit.
El Evangelio de Gracia declara la pureza, inocencia y perfección del hombre por causa de estos 2 versículos. Ésta es la única consciencia que la Iglesia de Cristo fue llamada a crear en conjunto, pues el único antídoto que existe contra el veneno de la serpiente es la Palabra que Dios ya envió – Jesucristo, para que haga en nosotros, todo lo que Él dijo que haría.
¿Y qué hacemos con la palabra que otros nos envían y que pertenece a nuestra vieja identidad, o que nos la recuerda? Leímos en Isaías que nuestra herencia o porción es “condenarlas”, veamos ahora lo que esta palabra ‘condenar’ significa en el hebreo
rä·shah‘ – declarar como equivocado, como ‘malvado’, como injusto, como culpable.
No condenamos a las personas sino ‘su lengua’, es decir, sus palabras que hablan contra nosotros las declaramos ‘equivocadas’, ‘injustas’, ‘mentira’; mientras tu justificación venga ‘de Él’, y te hayas aplicado ‘el antídoto’, ninguna palabra contraria a la verdad tendrán efecto sobre de ti.
Shalom y Gracia en Abundancia.