“y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.” Filipenses 2:8
Si aún estás conmigo, quizá este recorrido por el Tabernáculo te ha maravillado. Ahora déjame que te asombre otro poquito mi amigo o amiga.
En mis artículos pasados “Jesús Bajo del Cielo” y “En Brazos de Jesús” habrás recorrido, junto con Jesús, el Tabernáculo con sus muebles, como lo describe el Evangelio de San Juan. Este recorrido no es nada más, ni nada menos que el camino de la cruz. Si no me crees, observa lo siguiente:
Esta foto describe la posición de los muebles del Tabernáculo de acuerdo al patrón que Dios le mostró a Moisés.
Esto nos muestra que la Cruz estaba en la mente de Dios desde mucho tiempo antes de que Jesús se hiciera carne. La Cruz fue destinada en el momento en que el hombre escogió la muerte, al ser envenenado por la serpiente. Antes de que Dios cubriera a Adán y Eva con la piel de un animal, los cubrió con la sangre del animal sacrificado para obtener su piel. Dios no nos quería vestidos de hojas de higuera, cuando Él nos había diseñado para vestir de Gloria, por lo mismo su plan era devolvernos esa gloria al ponernos en Jesucristo a través de la Cruz.
De acuerdo con el diseño del Tabernáculo, el Altar de Bronce que simboliza la cruz, era la única entrada hacia la presencia de Dios. En este patrón Dios estaba estableciendo que la humanidad vendría a Dios por la Cruz – ¡NO PODEMOS VENIR A DIOS SI NO ES POR LA CRUZ! – Jesús dijo en Juan 14:6
“Yo soy el camino, y la verdad, y la vida: nadie viene al Padre, sino por mí“.
El no dijo “Yo soy Un Camino”, él dijo: “Yo soy EL CAMINO”. Es mentira que haya muchos caminos y Jesús sea sólo uno de ellos; si hubiera varios caminos, su muerte habría sido solo una burla, o una mala broma de un Dios cruel hacia su hijo. Mas el diablo ha tenido éxito en hacer creer a la gente que hay muchos caminos a través de la religión, por lo mismo solo el verdadero camino, el de la Cruz, es el que levanta oposición.
Jesús también dijo: ” Yo soy la puerta de las ovejas… Les digo la verdad, el que trepa por la pared de un redil a escondidas en lugar de entrar por la puerta, ¡con toda seguridad es un ladrón y un bandido!… yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que vinieron antes que yo eran ladrones y bandidos Juan 10:1, 7-8
Casi todos los cristianos sabemos que dentro del Tabernáculo, detrás del Velo, en el Lugar Santísimo, se encontraba el Arca del Pacto, a la cual sólo el sumo sacerdote tenía acceso; muchos también sabemos que esta Arca, también conocida como “Arca de la Propiciación, representaba a Jesús. Si pudiéramos encontrar esa arca, y desarmarla, encontraríamos esto:
Más la cruz no sólo estaba en el tabernáculo o dentro del mismo, sino que aún el diseño del mismo campamento registrado en Números 2 encontramos esta Cruz. Observa su ubicación conforme al número de las tribus. Dios estaba enfatizando que la Cruz sería su vida y supervivencia. De manera que cuando Balám subió a la montaña a maldecir al pueblo de Israel contratado por Balak, al mirar hacia el campamento, esta imagen cerró su boca, por lo cual entre lo único que pudo exclamar oímos : “Él no ha observado iniquidad en Jacobo, Ni ha visto malicia en Israel; En él está el Señor su Dios, Y el júbilo de un rey está en él.” Num. 23:21
Vista del Campamento desde la Montaña
La cruz estuvo ahí cuando el pueblo moría mordido por serpientes – que representan todas las cosas que entraron a la humanidad a través de su mordida – su sabiduría diabólica. Dios le instruyó a Moisés que levantara una serpiente en una vara, y que todos los que miraran a ella no morirían, profetizando el poder redentor de la Cruz (Num. 21:9). El simple cruzar del Río Jordán y el Mar Muerto nos habla de la Cruz de Jesús, con lo cual el Pueblo de Israel se identificó con su muerte al entrar en el agua y con su resurrección, al salir del otro lado, al igual que nosotros lo hacemos cuando somos bautizados.
Mas antes del Tabernáculo, antes de que el pueblo de Israel acampara en el desierto, la noche que Dios sacó a su pueblo de Egipto, esta cruz manifestó su poder para librarlos de la muerte que azotaría a los primogénitos de Egipto, cuando pintaron su puerta con la sangre del cordero de su primera pascua. Estos primogénitos simbolizaban al sistema de Babilonia – la herencia por linaje, la gloria y la fuerza de la carne,
De la misma manera, el diablo y sus huestes no pueden entrar a destruir a aquellos que están cubiertos con la sangre del verdadero cordero – Jesucristo, en su consciencia.
Mucho antes que ésto, recuerdas cuando Jacobo bendijo a los
Jacob bendice a los hijos de José
hijos de José, cuando puso la mano derecha en el menor y la izquierda en el mayor, aquí vemos la Cruz, el segundo tomando el lugar del primero, bendición en lugar de maldición, vida en lugar de muerte, inocencia en lugar de culpa, baile en lugar de lamento, protección en lugar de destrucción, el último Adán en lugar del primero. A ésto se refiere Jesús cuando dice:
“Si alguno quiere seguirme, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame” Lucas 9:23
¡Tu le entregas tu vida bajo la Ley y El puede vivir la suya en ti, abundante y eterna, por su Gracia!
A través de la cruz hemos sido bendecidos con bendiciones eternas, mayores que las que esta tierra caida nos ofrece- la vida de Dios -tu propia tierra prometida a través de la cruz, no conforme a tus esfuerzos, no por tus logros, sino por tu fe en lo que sucedió en la Cruz.
Toda enseñanza que indique que tenemos que ofrecer un sacrificio por nuestros pecados, que no sea el que ya El ofreció, o que podemos obtener la bendición por nuestras buenas obras, o por seguir cierta instrucción, cierto ritual, o cierta ilusión, menosprecia el regalo de Dios y ofende a Dios, pues esto sugiere que la Cruz de su hijo fue innecesaria o que no fue suficiente. La herejía más grande que existe hoy en día en la iglesia es el enfocarnos en nuestras acciones y en nuestra obediencia para ser bendecidos, para ser promovidos, para ser exaltados, cuando el Evangelio dice que fue por la obediencia de Jesús.
La cruz es el lugar donde el Amor de Dios y la Justicia de Dios se “unieron” en favor de la humanidad, donde la Santidad de Dios y su Gracia nos fueron otorgados, donde las demandas o requerimientos de la Ley fueron colgados en el madero (Col. 2:14); donde la ira que el sistema de la Ley produce en el hombre quedó exhausta al caer la Gracia de Dios sobre la humanidad, todo gracias a la Cruz.
La obra consumada de Jesús a nuestro favor ha satisfecho la demanda de la Ley que gritaba “El alma que pecare, esa morirá”. Esa justicia hoy nos asegura que estamos a salvo en Él, donde su perfección es la nuestra, su pureza, su sanidad, su protección, su provisión, con mayor seguridad que la sangre sobre la puerta de los egipcios en la tierra de Gosén. El rechazo de la Cruz y del sacrificio de Jesús es una blasfemia contra el Espíritu Santo, cuya misión es la de persuadirnos de Su Justicia Perfecta y no de nuestra justicia corrupta bajo la Ley.
A ustedes se les perdonará todo pecado y blasfemia, excepto la blasfemia contra el Espíritu. Cualquiera que hable mal del Hijo del Hombre, será perdonado; pero el que hable contra el Espíritu Santo no será perdonado, ni en este tiempo ni en el venidero.
Mateo 12:31
Shalom