Continuando con nuestro estudio de la Epístola de los Romanos, si te diste tiempo de leer el Capitulo 7, habrás comprendido por qué la Ley de Moisés no es para el cristiano. Y no es porque la ley haya muerto, al contrario, la Ley quedó confirmada (Mat. 5:17, Rom. 3:31), fuimos nosotros los que morimos a la Ley cuando nacimos del Espíritu:
¿Acaso ignoran, hermanos, (pues hablo a los que conocen la ley), que la ley tiene jurisdicción sobre una persona mientras vive? Pues la mujer casada está ligada por la ley a su marido mientras él vive; pero si su marido muere, queda libre de la ley en cuanto al marido. Así que, mientras vive su marido, será llamada adúltera si ella se une a otro hombre; pero si su marido muere, está libre de la ley, de modo que no es adúltera aunque se una a otro hombre. Por tanto, hermanos míos, también a ustedes se les hizo morir a la Ley por medio del cuerpo de Cristo, para que sean unidos a otro, a Aquél que resucitó de entre los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios.
Porque mientras estábamos en la carne, las pasiones pecaminosas despertadas por la Ley, actuaban en los miembros de nuestro cuerpo a fin de llevar fruto para muerte.
Rom. 7:1-5
Como lo hablé en el mensaje anterior, Pablo nos acaba de confirmar que bajo la Ley, el fruto que se produce es “para muerte”. Cuando atas este verso a Gal 3:1-10 y a Gal. 5, donde Pablo nos describe cuales son estos frutos, (a los cuales llama “obras de la carne”) te das cuenta que vivir bajo la carne es un sinónimo de vivir bajo la Ley:
Digo, pues: anden por el Espíritu, y no cumplirán el deseo de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne, pues éstos se oponen el uno al otro, de manera que ustedes no pueden hacer lo que deseen. Pero si son guiados por el Espíritu, no están bajo la Ley. Ahora bien, las obras de la carne son evidentes, las cuales son: inmoralidad, impureza, sensualidad, idolatría, hechicería, enemistades, pleitos, celos, enojos, rivalidades, disensiones, herejías, envidias, borracheras, orgías y cosas semejantes, contra las cuales les advierto, como ya se lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. Gal. 5:19-21
Lo anterior te explicará por qué Pablo llama a la Ley “el Ministerio de Muerte” (2 Cor. 3:7); de esta manera, el cristiano no será juzgado por la Ley de Moisés, pues al ya no vivir bajo este pacto, esta Ley queda sin efecto.
Pero ahora hemos quedado libres de la Ley, habiendo muerto a lo que nos ataba, de modo que sirvamos en la novedad del Espíritu y no en el arcaísmo de la letra. (de la Ley) Rom. 7:6
No que seamos suficientes en nosotros mismos para pensar que cosa alguna procede de nosotros, sino que nuestra suficiencia es de Dios, el cual también nos hizo suficientes como ministros (servidores) de un NUEVO pacto, no de la letra (de la Ley), sino del Espíritu. Porque LA LETRA MATA, pero el Espíritu da vida.
2 Cor. 3:6
Si teníamos duda alguna de que Pablo, al referirse a la Ley, o a la Letra, o a la carne, o al Ministerio de Muerte, se está refiriendo a los Diez Mandamientos, aquí nos lo vuelve a confirmar:
¿Qué diremos entonces? ¿Es pecado la Ley? ¡De ningún modo! Al contrario, yo no hubiera llegado a conocer el pecado si no hubiera sido por medio de la Ley. Porque yo no hubiera sabido lo que es la codicia, si la Ley no hubiera dicho: “No codiciaras.” Pero el pecado, aprovechándose del mandamiento, produjo en mí toda clase de codicia. Porque aparte de la Ley el pecado está muerto.
Rom. 7:7-8
Si tu has creído en Jesucristo como tu Señor y Salvador, tu has muerto al pecado en el Cuerpo de Cristo y El vive hoy en ti, y tu en El. Como nueva criatura nacida de nuevo, tu esposo es el Señor Jesucristo y no el Señor Ley. Si aun estas casado(a) con los dos, estás en adulterio. Aquellos que se rehúsan a enseñar el Evangelio de Gracia como el Pacto que sustituyó al anterior, es porque su misión es contraria a la misión de este evangelio de impartir vida y libertad.
¿Te das cuenta del engaño y la confusión bajo el que la iglesia cristiana ha caído?
Tristemente, estos ministros han tenido a la novia de Cristo viviendo en adulterio, por tanto, el cristiano de hoy vive pecando bajo la Ley, y corriendo a la Gracia cuando da fruto de muerte bajo la Ley; recibiendo vida bajo el Espíritu, para morir bajo la piedra de la Ley; queriendo ganar el perdón y el favor de Dios por su mérito y corriendo a pedir perdón y misericordia a la Gracia cuando el mérito le falla; intentando vivir la vida cristiana bajo su esfuerzo, y escondiéndose en la Gracia cuando el esfuerzo le falla; disculpándose con su marido Gracia, y corriendo a su marido Ley para que lo siga esclavizando en el intento por obedecerlo, caído de la Gracia de Dios, mientras espera que la Gracia lo saque de aprietos y si esto no sucede pronto, culpa a su Padre Dios (Prov. 19:3).
Esta es la razón por la cual la Novia de Cristo es un cuerpo enfermo, disfuncional y estéril que vive estancada en el desierto sin poder heredar, pues solo por la Gracia heredamos y no por la Ley (Rom. 4.14); Cuando la iglesia abra los ojos y reciba el Evangelio de Gracia sin añadiduras, todo lo que Cristo murió por darle le será añadido. Sal de Babilonia amado(a) (confusión por mezcla).
“Salgan de ella, pueblo mío, para que no participen de sus pecados y para que no reciban de sus plagas.” Apocalipsis 18:4
Shalom