Habiendo entendido mejor el contexto de Gálatas 6:6-10, podremos darnos cuenta de que cuando el Apóstol Pablo habla de ‘sembrar y cosechar’ se refiere a la enseñanza de su Evangelio y al fruto que éste produce.
Creéme amado(a) que la enseñanza de que ‘sembrando dinero cosecharemos dinero’ no vino de Pablo, ni tampoco de nuestro Señor Jesús, aunque en muchas congregaciones siempre te harán escuchar el testimonio de esa persona que dio $100 y recibió $1000. Asimismo, creéme que tampoco cosecharemos amor sembrando dinero; tristemente, muchas veces ni aun amando cosechamos amor, pues sin conocer el amor de Dios, nuestro amor humano siempre será imperfecto; solo recibiendo el amor de Dios podemos recibir la habilidad y la capacidad para amar verdaderamente sin temor y sin egoísmos, demandas o condiciones, como un fruto y no por obligación o interés propio; por consiguiente, si queremos cosechar amor verdadero, sembremos La Palabra de Gracia y de Verdad que vino por Jesucristo y dejemos que el Espíritu dé el crecimiento. Este es el tema principal de este capítulo de Gálatas.
Leámos Gal. 6:6 en el lenguaje del Espejo de la Palabra de Francois DuToit:
Estudiantes y maestros beban de la misma fuente; ellos igualmente participan en todo lo bueno. La palabra que comparten resuena distintivamente dentro de ellos.
¿Cual es la fuente aquí? ¿No acaso lo es ‘La Palabra’ que comparten? ¿No lo es el Espíritu que los une al creer la misma cosa?
¿De qué maestros habla Pablo, no acaso él es su maestro?
¿A qué se refería cuando decía ‘compartan toda cosa buena’? ¿No acaso sería ‘La Palabra’ que él les comparte, o quizá los frutos que esta Palabra produce, siendo el mas grande “el Amor? ¿No acaso la generosidad es una forma de amor?
En efecto, al hablarnos del ‘ Amor’ expresado como generosidad o liberalidad, sabemos que no habla del ‘esfuerzo por amar o por ser generoso de vez en cuando’, sino del fruto que el Espíritu de Gracia produce cuando se escucha y se cree la Palabra de Gracia declarada en el Evangelio de Gracia – ésta es la semilla sembrada en tierra fértil que produce fruto al 100, 60 y 30 por uno.
El hacer partícipes de toda cosa buena a los que nos dan el alimento sin adulterar idealmente será parte de esta cosecha de amor que ellos sembraron, y no resultado de la manipulación, como lamentablemente lo es en nuestros días. De hecho, este ‘compartir’, que en algunas versiones de la biblia en inglés se ha traducido como ‘comunicar’, es la palabra griega “koinōneō, que aunque también se define como ‘distribuir’, y ‘ser o hacer participe’, su significado principal es el de tener “compañerismo”. En Romanos 15, Pablo narra la manera en que este compañerismo se ‘comunicaba’ o “koinōneō-aba’ en la iglesia primitiva, y en el Capítulo 16 expresa su agradecimiento a varios hermanos que le habían ‘comunicado’ su amor y generosidad de muchas maneras, no sólo con dinero. Mas sea como sea como tu quieras comunicar tu cosecha con el que te ministra “La vida de Dios”, le estarás comunicando tu aprecio, tu agradecimiento y el valor que tiene para ti.
Existe gente que nace con el ‘don de la generosidad’ y nada reemplaza en ellos su gozo de dar; mi hija es una de ellas, desde pequeña yo me deleitaba mirando su carita feliz, mientras ella me hacia obsequios, o mientras repartía sus golosinas, quedándose con muy poquito. Otros llegamos a descubrir este gozo cuando seguimos los deseos del Espíritu moviéndonos a dar en cierta ocasión, para cierta causa o cierta persona y entonces entendemos por qué Pablo dijo “mejor es dar que recibir” (2 Cor. 9:7).
Por cierto, quiero invitarte a leer esta escritura en su contexto, también del Espejo de la Palabra:
9.6 Todos nosotros conocemos la ley natural que dice, “El que poco siembra, poco recoge: ¡Por lo tanto siembra abundantemente!” 9:7 ¡Cada uno de ustedes piense sobre esto concienzudamente con su corazón, no con pensamientos de culpa o con un sentido de deber legalista! ¡El amor-ágape de Dios inspira una gozosa exuberancia de grandes proporciones! ¡Es imposible exagerar las dimensiones de cada detalle de la gracia de Dios! ¡Arrójense a la abundancia donde Él exhibe el poder de su bendición para con nosotros! ¡Ya estamos bendecidos mucho más allá de cualquier mérito personal, para que seamos autosuficientes en todo tiempo y en toda situación que podamos enfrentar! ¡Ésta sobreabundancia provee ampliamente las necesidades de los demás, en muchas formas creativas de hacer el bien!….
9:11 Ustedes están mutuamente enriquecidos en todo el sentido de la palabra e ¹inseparablemente unidos unos con otros en un sólo corazón, sin segundas intenciones. ¡Y juntos a nosotros, los portadores de su ofrenda, haremos una gozosa celebración de la gracia a Dios! 9:12 Ésta es una situación de beneficio mutuo: ¡no solamente los santos están respaldados en su “unidad,” a través de esta práctica manifestación de su generosidad, sino también esto causa un abundante agradecimiento a Dios cuando el testimonio de su bondad encuentra una expresión tangible en vuestra ofrenda! 9:13 ¡Y ese efecto se propaga! El evangelio que ustedes comunican ha encontrado una muy clara voz en vuestro dar, y produce una rica cosecha de la gloria de Dios. Vuestra unión con ellos promueve y transmite la naturaleza integral del compañerismo del cual participamos. 9:14 ¡Se pueden imaginar que vuestra abundante generosidad hacia ellos los ha unido con un profundo afecto en sus oraciones por ustedes! 9:15 ¡La gratitud es el lenguaje de la gracia! ¡Vuestro dar ha dado voz a su don, más allá de las palabras!
2 Cor. 9:6-15
Francois Du Toit, El Espejo de la Palabra, traducción en Español.
Dios es nuestro Padre y Dador, y su Hijo fue Su ‘Dador mas alegre’ y cuando tu aceptes que como Él es tu también eres en este mundo, no podrás evitar dar. El es quien nos da no solo ‘el querer’ sino también ‘el hacer’. Mas nuevamente, el énfasis en este párrafo de Gálatas 6:6-10 no está en la cosecha, es decir, en el fruto de generosidad, sino en la semilla que se siembre, es decir, en la ‘enseñanza’ – ese es el contexto de Gálatas 6, el de no albergar otra enseñanza que la que Pablo enseña. Él está exhortando a los Gálatas a no alimentarse de otras fuentes, que en esta Epístola vimos que son los maestros de la Ley, y a no enseñar algo diferente, pues de no ser del Espíritu de donde ellos siembren, cosecharán “corrupción” – es decir, las obras de la carne, al volver a enseñar la Ley. Pablo mismo nos lo mostrará la próxima semana.
Shalom y Gracia en Abundancia