- Cubiertos de Oro
- El Altar de Bronce – ¡NO MAS JUICIO!
- El Lavatorio de Bronce – Nuestra Santidad
- El Candelabro de Oro – Jesús es la Luz
- La Mesa de los Panes – Jesús nuestro Pan de Vida
- El Altar de Incienso – Jesús, Nuestra Intercesión.
- El Arca del Testimonio – Su Gracia
- Jesús Bajó del Cielo
- En Brazos de Jesús
- El Velo – “Y Este Es Su Carne”
Y el que me ve, ve al que me envió. Yo soy la luz, y he venido al mundo para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas. Juan 12: 45-46
¿Te está gustando el estudio del Tabernáculo? Déjame que te muestre lo que significan los utensilios dentro del mismo y quizá te fascine, como me ha fascinado a mí.
Pasando el Lavatorio tenemos el Lugar Santo, donde había tres muebles principales antes de la primera cortina: El Candelabro, el Altar de Incienso y La Mesa de los Panes de la Preposición.
Comencemos con el Candelabro de las 7 Lámparas, también conocido como Menorá, la cual fue construida por Bazalel (Exodo 37), de acuerdo al diseño que Dios le mostró en Exodo 25:31-39
Haz un candelabro de oro puro labrado a martillo. Todo el candelabro y sus decoraciones serán de una sola pieza: la base, el tronco, las copas para las lámparas, los capullos y los pétalos. Hazlo con seis ramas que salgan del tronco, tres a cada lado. Cada una de las seis ramas tendrá tres copas para las lámparas en forma de flor de almendro, con capullos y pétalos. Trabaja artesanalmente el tronco del candelabro con cuatro copas para las lámparas en forma de flor de almendro, con capullos y pétalos. También habrá un brote de almendro debajo de cada par de ramas, donde las seis ramas salen del tronco. Los brotes de almendro y las ramas deben ser de una sola pieza con el tronco, y de oro puro labrado a martillo. Luego haz las siete lámparas para el candelabro y acomódalas de tal manera que reflejen la luz hacia adelante. Las despabiladeras de las lámparas y las bandejas también serán de oro puro. Necesitarás treinta y cuatro kilos de oro puro para formar el candelabro y sus accesorios.
Esta lámpara, al igual que todos los muebles y utensilios en el tabernáculo de Moisés, es una figura de Jesús.
La Menorá es sumamente respetada en todo el mundo. Si vas a Israel, la verás representada fuera de las sinagogas, o como colguije o joyería, que muchos se llevan como recuerdo de Israel, y que la gente aprecia como un símbolo de gran valor, aún sin ser hebreos, o aún sin entender lo que este símbolo representa. Este respeto es bien merecido, pues aunque ellos no lo sepan o no lo crean, la Menorá representa a Jesús, la luz del mundo. Siendo Jesús la Palabra, ahora entendemos por qué David se refirió a la Palabra como la luz
“Tu palabra es una lámpara que guía mis pies y una luz para mi camino.”
Salmo 119:105
El oro representa su divinidad, y el que este candelabro fuera labrado a martillo representa su sacrificio vicario – cómo su cuerpo seria molido y abatido para poder darnos su divinidad. Los almendros representan Nueva Vida, no sólo su resurrección, pues esas 7 velas también representan su obra consumada en su iglesia, puesto que El es en nosotros y nosotros en El – Somos uno.
Para los hebreos que no han aceptado que Jesús es su Mesías, esta Menorá representa la omnipresencia de Dios. Esto basado en Zacarias 4:3-6, cuando un ángel sacó a Zacarías de su sueño, mientras soñaba un candelabro de oro con 7 linternas, el cual el ángel interpretó como
“..Las siete lámparas representan los ojos del Señor que recorren toda la tierra.”
¿Recuerdas las cuatro criaturas que Juan vió en su visión del Apocalipsis? (Retratos de Jesús)
Así mismo, si leíste mi página “Jesús – El Principio y el Fin”, reconocerás estas palabras en hebreo: Si colocas estas palabras sobre una menorá, ésto es lo que obtenemos:
La vela central está en el centro. ¿Recuerdas quién es Aleph-Tav? Así es, ¡Jesús, el Alfa y el Omega, el principio y el fin! Si aún te queda duda, no importa, pues Juan nos lo confirma en su visión en la isla de Patmos, registrada en el libro del Apocalipsis 1:12-13
Me volví para ver de quién era la voz que me hablaba y, al volverme, vi siete candelabros de oro. En medio de los candelabros estaba alguien «semejante al Hijo del hombre», vestido con una túnica que le llegaba hasta los pies y ceñido con una banda de oro a la altura del pecho.
Jesús es el candelabro central. La vela central era usada por el sacerdote para encender las velas de ambos lados de la menorá, por lo mismo es llamada “vela sirviente”
De acuerdo a la descripción de Juan, aunque Jesús es Rey y Señor, y aparece con ropas de lino fino blanco resplandeciente, su banda de oro a la altura de su pecho indica que son las vestiduras de un ciervo. Esa banda representa su fidelidad. Este Siervo aún vive y sigue deleitándose en servirte mi amigo, aunque es Dios, es Siervo para siempre, para suplirte lo que necesites, sea material, para tu cuerpo físico, para darte sabiduría, para aderezar tu mesa delante de ti, en presencia de tus angustiadores. (Salmo 123) y para muchas cosas más, las cuales encontrarás al tener consciencia de tu unión con Él y en Él.
Si no me crees, déjame hablarte de una ley que existía en el viejo testamento llamada la ley del Siervo en Éxodo 21:2-6
Si compras un siervo hebreo, te servirá seis años, pero al séptimo saldrá libre sin pagar nada. Si entró solo, saldrá solo; si tenía mujer, entonces su mujer saldrá con él. Si su amo le da mujer, y ella le da a luz hijos o hijas, la mujer y sus hijos serán de su amo, y él saldrá solo. Pero si el siervo insiste, diciendo: “Amo a mi señor, a mi mujer y a mis hijos; no saldré libre”, Entonces su amo lo traerá a Dios, y lo traerá a la puerta o al quicial. Y su amo le horadará la oreja con una lezna, y él le servirá para siempre.
¿Te acuerdas que te dije que en la Biblia todo es un retrato de Jesús? Jesús es ese esclavo de amor, que decidió habitar a tu lado para siempre. Habiendo podido regresar al cielo sin el sufrimiento de la cruz, él dijo: Amo a mi Señor, a mi mujer (la iglesia) y a mis hijos. Él se quedó al lado nuestro para siempre.
Esto no es invención mía. El Salmo 40:6-7 nos habla que Jesús es ese siervo cuya oreja fue abierta.
Sacrificio y presente no te agrada; Has abierto mis oídos; Holocausto y expiación no has demandado. Entonces dije: He aquí, vengo; En el envoltorio del libro está escrito de mí:
Si buscas el significado en hebreo usado para la palabra abierto, encontraras que es la palabra “karah”, que significa, perforar o cavar, abrir. En español podemos diferenciar entre oído y oreja, pero en hebreo, al igual que en ingles no hay diferencia, la palabra es la misma – “ozen”. En este caso, “has abierto mis oídos” no significa “me has dejado escuchar” sino el significado es literal – me perforaste la oreja .
Jesús se hizo siervo para siempre para que tú puedas ser hijo para siempre. El quiere ser esa luz que te alumbre en estos tiempos de incertidumbre y obscuridad. Cuando alguno de tus hijos quiera perforarse su oreja, cuéntale esta historia de amor maravillosa y hazle saber esto:
“Nada te podrá apartar del amor de Dios que está en Cristo Jesús.” Romanos 8:39
Deléitate en su amor y que éste ilumine tu vida.
Shalom.