Continuando con nuestro estudio de la Epístola de los Romanos, retomando en el capítulo 10, seguiremos hablando del pueblo de Israel. En los últimos días he escuchado comentarios de cristianos que creen o enseñan que no debemos apoyar a Israel y aun se atreven a maldecirlo. Mas antes de dar mi opinión acerca de su opinión, me gustaría que encontremos la verdad en la escritura, ¿Cuál es la opinión del Espíritu Santo al respecto?
En paréntesis encontraras el énfasis de Kenneth S. Wuest, un escolar griego que tradujo el Nuevo Testamento al inglés de manera amplia.
Hermanos, el deseo (ardiente) de mi corazón y mi oración (suplicación) a Dios por ellos (Israel – énfasis mío) es para (con respecto a) su salvación. Porque yo testifico a su favor de que tienen celo de Dios, pero no conforme a un pleno (y acertado) conocimiento. Pues desconociendo la justicia (rectitud) de Dios y procurando establecer la suya propia, no se sometieron a la justicia (rectitud) de Dios. Porque Cristo es el fin (la terminación) de la ley para justicia (rectitud) a todo aquél que cree. Rom. 10:1-4
Me gusta como describe la versión “El Mensaje” el versículo 3,
Ahí frente a la calle ponen sus propias tiendas de salvación y ruidosamente pregonan sus mercancías. Después de todos estos años de rehusarse a realmente tratar con Dios en los términos de Él, insistiendo en su lugar en hacer sus propios tratos, no tienen nada que mostrar a cambio.
Lo anterior me recuerda tantas sectas de tantas religiones y denominaciones, que creen que la salvación es algo que podemos obtener a través de esfuerzo, o mérito/justicia propio(a) de acuerdo a nuestra propia opinión, siguiendo un código de reglas o haciendo una serie de rituales y obras muertas. Ellos no han entendido que por ello vino Jesús a darnos su justicia/rectitud como un regalo, porque nosotros nunca podremos adquirirlo por mucho que tratemos; nuestras creencias no pueden salvarnos, sino sólo su creencia. Lo mismo le sucedió al pueblo de Israel. Ellos no entendieron que los rituales que hacian representaban a Jesucristo, mas hoy muchos que tienen a Jesucristo ¡estan regresando a las sombras!
Ahora, te pido que leas de nuevo el versículo 4 en tu Biblia: “Cristo es el fin de la Ley”, Este verso se usa en muchas iglesias para justificar la enseñanza y la impartición de la Ley como la rectitud del cristiano, pues en nuestro idioma, “el fin” también puede significar “el objetivo”, “la finalidad”, el propósito, mas al igual que en el griego, este es su significado secundario;
Esta palabra es el griego “telos” y su principal significado es simplemente EL FIN – como el de las películas – THE END – La Terminación.
- El límite en el que algo cesa de ser
- El último en una sucesión de series, eterno,
- Aquello por lo que algo es terminado, asunto cerrado
En el contexto de Romanos y del Nuevo Testamento, esta escritura es clara y transparente: Jesús vino a terminar/finiquitar la Ley.
Aunque la finalidad de la Ley era traernos a Cristo, la Ley fue dada para hacer salir lo peor en el hombre para que se diera cuenta cuanto necesita a Cristo, no para que se volviera a la Ley.
Tú mismo podrás leer el capítulo 3 de Gálatas para que veas el énfasis con el que Pablo comienza a hablarles a aquellos que se volvieron a la Ley, llamándolos “Gálatas estúpidos, quien los ha embrujado para no obedecer la verdad” ¿Cuál es la verdad? ¿La Ley? ¡NO!, el Evangelio de Gracia es la verdad, si lo dudas, te pido que retrocedas a Gálatas 1:6-7
Me maravillo de que tan pronto (de tal manera de repente) ustedes hayan (cambiado de opinión y) abandonado (desertado) a Aquél que los llamó por la gracia (en la esfera de la Gracia) de Cristo (el Mesías), para seguir un evangelio diferente (a un mensaje de buenas noticias diametralmente opuesto al evangelio), que en realidad no es otro evangelio, sino que hay algunos que los perturban a ustedes y quieren pervertir el evangelio de Cristo….
Continúa leyendo hasta el verso 9 para que sepas las repercusiones de esta osadía y enseguida vuelve a leer Gálatas 3 y entenderás que la Ley es este “evangelio opuesto” que pervierte el evangelio de Cristo.
Por ello cuando llegamos al versículo 24-25 leemos lo siguiente:
De manera que la Ley ha venido a ser nuestro guía (tutor) para conducirnos a Cristo, a fin de que seamos justificados por la fe. Pero ahora que ha venido la fe, ya no estamos bajo el guía
Shalom