El Pectoral – Grabados en su Corazón

Grabados en Su Corazón

Cuarto de Jerusalén, desde el Templo de San Pedro

Como vimos ayer,   los nombres de las Tribus de Israel son llevados en la vestimenta del Sumo Sacerdote: en las Piedras de Ónix,  y en su Pectoral, grabados  en piedras preciosas.

 Incrusta sobre el pectoral cuatro hileras de piedras preciosas. La primera hilera tendrá una cornalina roja, un peridoto de color verde pálido y una esmeralda. 18 La segunda hilera estará compuesta por una turquesa, un lapislázuli de color azul y una adularia blanca. 19 La tercera hilera consistirá de un jacinto anaranjado, una ágata y una amatista púrpura. 20 La cuarta hilera estará formada por un berilo azul y verde, un ónice y un jaspe verde. Todas estas piedras estarán incrustadas en filigranas de oro. 21 Cada piedra representará a uno de los doce hijos de Israel, y el nombre de la tribu que representa estará grabado en ella como un sello.  Éxodo 28:17-21

Todo en el Efod del Sumo Sacerdote habla de seguridad. No solo nuestro Sumo Sacerdote nos lleva cargados en sus hombros,   cuando entraba a la presencia de Dios – el cargaba a lahp breastplate gente representada en su corazón.   Por lo mismo esta pieza no sólo es la más valiosa en valor material, sino la más preciada en significado, pues representa lo que valemos nosotros para Jesús y el amor con el que nos presenta ante su Padre.

De esta manera, Aarón llevará los nombres de las tribus de Israel cerca de su corazón, en el pectoral sagrado, cuando entre en el Lugar Santo. Esto servirá para recordarle continuamente que él representa al pueblo cuando entra a la presencia del Señor.   Éxodo 28:28

Tu eres como las piedras preciosas en el pectoral de tu Sumo Sacerdote

Estas piedras preciosas al igual que nosotros, salieron de Egipto, y el Sumo Sacerdote las usaba para adornar su corazón y llevarnos tan cerca de Dios como Jesús lo está de su Padre.  El mismo amor que Jesús disfruta lo disfrutamos nosotros.

En las piedras de Ónix, en sus hombros todos tenemos el mismo lugar, a todos nos sostiene de la misma manera y con la misma fuerza, sin embargo en cuanto a su amor, cada uno de nosotros es único,  unidad en sus hombros y diversidad en su corazón.  Dios te ha amado individualmente.  Él te conoce individualmente y te llama por tu nombre.  Eres el objeto de su Amor y su cuidado.

Este pectoral era conocido como el Pectoral del Juicio, lo cual nos habla de lo que el Juicio realmente significa para Dios y nos demuestra cómo juzga Dios a SUS HIJOS,  no con el  juicio de destrucción que corresponde al sistema de la Ley, requerido por la falsa identidad,  sino  como joyas preciosas que reflejan su luz y su perfección.  Esta luz no nos es dada para exhibir nuestros ‘pecados’ o imperfecciones, sino únicamente para mostrar la perfección y completitud del trabajo consumado de Jesús.

Jesús es la Luz

Jesús es la Luz

Esto no es sólo lo que yo quisiera creer,  Jesús afirmó ser la Luz,  y con dicha afirmación el también afirmó que su luz no es para condenar sino para hacernos salir de las tinieblas –aun en lo natural es difícil salir de las tinieblas hasta que al menos una chispa de luz nos alumbra.   El vino a ser esa luz admirable que puede hacer salir a la gente de sus tinieblas y a las tinieblas de su gente.

Yo soy la luz, y he venido al mundo para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas.  Al que oye mis palabras, y no las obedece, no lo juzgo; porque no he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo.  Juan 12:45-47

Recuerdas el episodio de la mujer adúltera,  esa fue la primera vez que Jesús dijo: “Yo soy la Luz” justo después de haberle dicho a ella “ni yo te condeno”.  Le estaba diciendo, en mi nunca más estarás en tinieblas. Juan 8:11-13

Estas tinieblas se refieren a toda mentira acerca de Dios y acerca de nosotros. Esas tinieblas son las que nos hacen vivir en este mundo como si estuvieramos perdidos,  buscando la salida en medio de tropezones porque no vemos a  través de su luz, como yo misma viví antes de que su luz alumbrara mi entendimiento, de lo cual hablé antes.

Jesús dijo que  Todos los que hacen el mal odian la luz y se niegan a acercarse a ella porque temen que sus pecados queden al descubierto,  (Juan 3:20)     Por mucho que así lo creamos, no necesariamente está hablando  de los  que están perdidos en las tinieblas;  aunque muchos puede que estén contentos ahí, por lo general es porque nadie les ha mostrado la luz verdadera, o porque jamás podrán salir de ellas por su propia fuerza de voluntad; o simplemente, porque las tinieblas es lo único que conocen y lo que han oído acerca de Jesús – la única luz auténtica, es mentira. Más Él hablaba del incrédulo, el que no viene a Él porque no cree necesitarlo,  porque es bueno en su propia opinión, o pretende serlo, como era el caso de los fariseos, quienes usaba la ley para justificarse y para condenar a los demás cuando ellos no la podían seguir sin quebrantarla.  La luz de Cristo siempre los exponía en aquello donde fallaban, por lo mismo lo rechazaron.   Al que rechaza a Cristo como su justificación, su luz le será siempre incomoda y por lo tanto cerrarán sus ojos a ella, y por consiguiente seguirán en tinieblas como si la Luz nunca les hubiera alumbrado.

Más aquellos que venimos a El atraídos por su luz, ésta  no hace más que irradiar su belleza en nosotros.

Si Dios te ha dado un ministerio, es muy importante que tu aprendas no solo a ver a las ovejas del Buen Pastor como “Piedras Preciosas”  sino que les hagas verse como tales. Pablo,  quien fue arrebatado al cielo mismo para serle revelado el Evangelio inalterado de Gracia de Nuestro Señor Jesucristo,  advierte a todo aquel a quien Dios ha dado un ministerio:

Según la gracia que Dios me ha dado, yo, como perito arquitecto, puse el fundamento, mientras que otro sigue construyendo encima, pero cada uno debe tener cuidado de cómo sobreedifica.  Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo.  Y si alguno edifica sobre este fundamento, y pone oro, plata, judgement firepiedras preciosas, madera, heno, u hojarasca,  su obra podrá verse claramente; el día la pondrá al descubierto, y la obra de cada uno, sea la que sea, será revelada y probada por el fuego.  1 Cor 3:10-13

Si has seguido todo el estudio del tabernáculo, quizá hoy tengas una mejor idea de lo que estos materiales significan, dejemos que la Escritura interprete la Escritura

Aquel que usa el evangelio para edificar a la gente causando que se vean como oro – la justicia y rectitud de Cristo, plata – redimidos por su sangre sin las obras de la ley,  y piedras preciosas – amados y aceptables, presentados por Cristo como  preciosos, hermosos, radiantes y reflejando la luz de Dios, , el día que el fuego pruebe su obra – su obra permanecerá.

Mas todo aquel  que usa el evangelio  para derribar a la gente usando: madera – predicando la fealdad del hombre, la debilidad e imperfección del hombre, su debilidad;  heno –  las doctrinas de hombre como el humanismo,   la gloria del hombre que pasa y se marchita, u hojarasca – todo lo que es  falso, vano y temporal, y que no le ayuda al hombre mas que a perder el tiempo, aquí leemos que  no permanecerá.  El mismo juicio que el use será el combustible que encienda fuegos a su alrededor para consumir todo lo que no esté edificado en oro.

Si lo que alguno sobreedificó permanece, ése recibirá su recompensa.  Si lo que alguno sobreedificó se quema, ése sufrirá una pérdida, si bien él mismo se salvará, aunque como quien escapa del fuego.  1 Cor. 3:14

Este versículo no se refiere al juicio final, y no tiene que ver con la salvación.  Tampoco se refiere a las ovejas  y sus obras, como muchos ministros lo usan, sino a ellos mismos,  a las obras de los hombres llamados “de Dios”, de los pastores, maestros de biblia, líderes espirituales y todos aquellos que han sido puestos por Dios, o por si mismos para edificar al Pueblo de Dios.  ¿Que te gustaría obtener como cosecha de tu ministerio mi hermano, mi hermana, oro refinado  o cenizas?

Proclama el evangelio que libera, aquel que proclama que somos la rectitud de Cristo y que la Sangre de Cristo fue suficiente para hacernos como piedras preciosas ante sus ojos.

Shalom.

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