En blogs anteriores te he compartido mi perspectiva, basada en la vieja perspectiva de la Escritura, de lo que ‘posiblemente’ signifique la simbología del Capítulo 9 de Apocalipsis, y cómo la expectativa de lo que interpretamos como la “Ira de Dios”, ha moldeado cada area de nuestra vida, alcanzando aun nuestra tecnología y ciencia. Con respecto a esta ira también hablé previamente en el mensaje “La Pasión de Cristo“, para demostrarte que no será realmente Dios, sino el sistema de su enemigo ‘el diablo’ lo que desate la destrucción sobre la humanidad, precisamente debido a tal perspectiva equivocada, al grado que podrá parecer que Dios ha volteado Su rostro de su creación, mientras las paredes de la incredulidad y del esfuerzo humano son derribadas aquí en la tierra.
Por la misma razón enfatice en el personaje “Apolo”, para deshacer el argumento tan trillado que muchos repiten como autómatas: “¿cómo un Dios de Amor puede permitir tanto sufrimiento?”. De esta manera, podrás tirar tal argumento a la basura y quizá le permitas a tu corazón creer en un Dios que te ama, quien te ha redimido y quien será bueno hasta el fin del tiempo, aun con aquel que le aborrece y quizá quieras recibir su regalo de Amor y de Gracia – su Hijo Jesucristo.
Así mismo, te he compartido una nueva perspectiva, bajo un nuevo lente, la cual nos permite ver que tal ‘estrella’ que había caído en la tierra era Jesucristo, a a quien se le dio la llave del abismo, como Él mismo lo dijo a Juan en Ap. 1:18. Asimismo, de esta misma simbología nos es fácil entender que el humo que salió del abismo aun huele en la tierra, y que de este humo surgieron las langostas de la incredulidad, y de todo lo que aguijonea nuestra mente a diario cuando nos sentimos abandonados por Dios, cuando no creemos que Él nos ha abrazado en su imagen y semejanza y ha redimido nuestra inocencia, lo cual resulta en nuestra auto-destrucción: mala auto imagen, agotamiento, desesperación, ira, violencia y todos los comportamientos de una auto imagen distorcionada, descritos en Gal. 5:19-21.
Habiendo visto quien es el tal “Apolo”, (el destructor) a quien las últimas generación adorará como su rey, cuya corona le robó al hombre desde el principio y de la cual ha sido despojado en la Cruz, veamos una perspectiva de este carácter ‘apocalíptico’ en Ap. 9:11
Su rey gobernante era el pastor-mensajero del abismo; su nombre en hebreo era 1Abaddon y en griego, Apollyon, ¡el que rompe los lazos! Rev. 9:11
(1Abaddon de ‘abad’ -alejarse, “todos, como ovejas nos hemos extraviado”.
Él (Jesucristo) nos encontró y nos libró de nuestro abandono. ¡Él no dejó piedra sin voltear, buscando y encontrando a cada oveja perdida! ¡Él fue hasta las profundidades mas extremas de nuestra perdición e infierno! A él se le llama “el Buscador de los que se han extraviado”. Ver 2 Cor 2:15.
Este desfile de victoria es un anuncio público de la derrota de los sistemas y estructuras religiosas, basados en la ley de las obras. Así como en cualquier juego público, donde la celebración de la victoria del equipo ganador es una vergüenza para el equipo perdedor. ¡La muerte de la maldad es anunciada en la vida de resurrección!
La palabra ‘Apollumi’, se deriva de apo, ‘lejos’ y de luo, ‘aflojar’, ‘deshacer’, ‘disolver’. El mensaje que comunicamos es una fragancia con una asociación inmediata; para la oscuridad, es olor a perdición [la muerte de la muerte]. Véase también mi comentario en Juan 3:16, así como en 1 Juan 3: 8 , ¡El origen del pecado es una mentalidad caída, desde el principio! Para este propósito, ¡el Hijo De Dios ha sido revelado! ¡Su misión era deshacer [apollumi] las obras del diablo! La palabra, diabolos, de ‘dia’ – para y ‘ballo‘, derribar, arrojar. Isaías 54:16) Comentario en apocalipsis 9:11.
Du Toit, Francois. Biblia de Estudio El Espejo.
Mientras que el árbol del conocimiento del bien y el mal” trajo la muerte de la humanidad entera, Jesús vino a deshacer y a ‘desatarnos ‘ de las obras del diablo.
Habiéndote mostrado los significados anteriores desde ambas perspectivas, la que se tuvo durante 2000 años y esta ‘nueva’, la cual ciertamente, era la que existía desde antes de la caída del mundo, no te será difícil comprender el “Sexto Ay”, que comenzará cuando el sexto ángel toque la sexta trompeta, siendo el numero 6 el número de hombre y del esfuerzo del hombre.
El sexto ángel tocó la trompeta, y oí una voz que salía de los cuatro cuernos del altar de oro que está delante de Dios, y decía al sexto ángel que tenía la trompeta: “Suelta a los cuatro ángeles que están atados junto al gran Río Éufrates.” Y fueron desatados los cuatro ángeles que habían sido preparados para la hora, el día, el mes, y el año, para matar a la tercera parte de la humanidad.
El número de los ejércitos de los jinetes era doscientos millones; yo escuché su número. Rev. 9:13-16
Recuerda que un ángel en la Biblia es un “mensajero”; éste puede ser tanto un ser angelical de luz, un demonio, o aún un ser humano, todo depende del contexto. El contexto en esta escritura es de destrucción, y aunque originalmente me incliné a pensar que eran demonios, conociendo lo que te he presentado como ‘el diablo’ y ‘la mente abatida’ estos 4 ángeles pueden ser humanos en los 4 puntos cardinales, forzando mensajes contrarios al mensaje de Vida eterna, mensajes destructivos sobre todo aquel que no tenga su mente sincronizada con la de Dios, lo cual sucede con mayor alcance a través de todos sus sistemas y medios de comunicación y tecnología, los cuales lejos de liberarnos y hacer nuestra vida mas fácil, nos están desintegrando, como sociedad, como familia y como individuos.
Así mismo, vemos que el Rio Éufrates está rodeado por 4 países: Irán, Irak, Siria y Turquía, justamente estos países se encuentran en gran conflicto desde finales del siglo pasado, por lo que estos ángeles pueden ser los líderes de estas naciones alrededor de este río. Sin embargo, Eufrates significa: “Aguas Dulces”, lo cual es un contraste con las aguas que ‘la estrella’ amargaría; por consiguiente, no esperemos mas que el planeta ‘Nibiru’, o que la Estrella de Ajenjo nos cambie nuestras aguas dulces por amargas.
Sería aventurado para los profetas del apocalipsis creer por un momento que la muerte que estos ángeles traerían sobre la tercera parte de la humanidad sería la que Jesucristo llevó, quien al beber el vinagre estaría endulzando nuestras aguas.
Sin embargo, el sexto sello desata a una nueva plaga, 2 miríadas de miradas (aproximadamente 200 millones) de jinetes que intentan hacer morir a otra tercera parte de la humanidad, que en mi opinión son los ‘incrédulos, pues de acuerdo con Ap. 9:4, la destrucción solo podrá alcanzar a aquellos hombres (y mujeres) que no tengan el sello de Dios en la frente, es decir, cuya mentalidad y lógica no se encuentren en sintonía con la de Dios. Si tú has creído el Evangelio de Gracia, tu ya tienes ese sello (Ef. 1:13).
Contrario al primer Ay, al principio de este mismo capítulo, descritos como “semejantes a caballos dispuestos para la batalla, con caras como rostros humanos, cabellos como de mujer y dientes como de león, corazas de hierro y el ruido de sus alas como el estruendo de muchos carros (carruajes) o de muchos caballos que se lanzan a la batalla”, los jinetes que serían soltados por “el Segundo Ay”, alrededor del Rio Éufrates, al final del mismo capítulo, son descritos como llevando:
corazas color de fuego, de Jacinto y de azufre. Las cabezas de los caballos eran como cabezas de leones, y de sus bocas salía fuego, humo, y azufre.
La tercera parte de la humanidad fue muerta por estas tres plagas: por el fuego, el humo, y el azufre que salían de sus bocas. Porque el poder de los caballos está en su boca y en sus colas; pues sus colas son semejantes a serpientes, tienen cabezas y con ellas hacen daño. Ap. 9:18-19
Lo anterior me hace pensar que las langostas que hicieron morir a una tercera parte de la humanidad alcanzaron a los que creyeron en Cristo en aquel tiempo y el ejército desatado por estos 4 ángeles alrededor del Éufrates, persuadirá a los incrédulos modernos de que realmente han muerto en Cristo. Realmente el capítulo entero habla de muerte, pero recordemos que Cristo ya ha muerto la muerte de la humanidad entera. Mientras que si los dos tercios restantes representan a los creyentes o a los no creyentes, mi percepción es que el fuego y el humo y el azufre (el olor del juicio, de la acusación y de la perdición que éstos provocan, nos han alcanzado hasta nuestros días. Una cosa es cierta, todo estará bajo el control de Apolion –“El Destructor” , cuyo poder es limitado y ciertamente mínimo, comparado con el poder de aquel que ha desecho y nos ha desatado de las obras del diablo.
Shalom
Rev. Sep. 2019