- El Vientre de la Gracia
- El Drama de un Vientre Hostil
- El Misterio de la Gracia
- Adios al Viejo Sistema
- Pacto de Vida
- Pacto de Vida o de Muerte
- La Lógica de Dios
- ¿Estás en Cristo?
- No Más Separación
- El Hombre del Nuevo Pacto
- El Año de Placer y Deleite
- Como Reconocer La Verdad
- Mentiras Que Matan
- Creer o no Creer
- La Ultima Palabra
Después de haberte mostrado lo que el Nuevo Pacto realmente es, y que este Pacto nos hizo a TODOS Nuevas Criaturas, ¿a que se debe que no todas las Nuevas Criaturas vivan como tales?
Esto se debe a que no saben, no entienden, no creen o rechazan el Nuevo Sistema proclamado por el Evangelio de Gracia, el cual es el único “edicto” que da a conocer nuestra Nueva Raza en una Nueva Patria – Jesucristo, con una Nueva Constitución – Su Gracia, y una nueva ciudadanía que nos fue otorgada a todos por el mérito de Jesucristo y no por la justicia del hombre, ciudadanía que lamentablemente no todos adquirirán.
Un buen ejemplo es el hombre esclavo que salió de Egipto, quien pasó por el mar Muerto y llegó al desierto como un “nuevo hombre” – ¡un hombre libre!; mas este nuevo hombre nunca dejó de verse como esclavo, pues en su corazón seguía añorando la seguridad de su vida de esclavo, lloraba por “los pepinos, los melones, los puerros, las cebollas y los ajos” (Num. 11:5), que requieren trabajo arduo para poder comerse, cuando Dios tenia preparados para él “una tierra de trigo y cebada, de viñas, higueras y granadas” (Deut. 8:8) -alimentos cuya cosecha solo requiere alcanzar con la mano.
Al final, solo aquellos que creyeron la promesa de “Vida Nueva en Patria Nueva” pudieron entrar en ella. Los que no creyeron murieron quejándose en el desierto; sin embargo, aquellos que lograron entrar, poco tiempo después demandaron reyes (1 Sam. 8), como los tenía Egipto y las naciones babilónicas, sin pensar que esos reyes tomarían sus impuestos, tomarían a sus hijos para sus guerras, a sus hijas para sus palacios, aun sus tierras, y cuando el rey fuera malo (muy a menudo), el pueblo gemiría. En resumen, Israel nunca aceptó la Gracia de Dios por causa de su mentalidad esclava que les robó el gozo de su nueva patria, aun después de haber entrado, hasta que fueron llevados cautivos a Babilonia y finalmente se convirtieron en lo que nunca dejaron de creer ser: esclavos, y “así como el hombre piensa en su corazón, tal es él” (Prov. 23:7).
Un ejemplo contemporáneo es el pueblo de Sudáfrica, que vivió los horrores del Apartheid, hasta que un libertador se levantó: Nelson Mandela, quien siendo de cuna noble, peleó contra este sistema que afligía a su pueblo de su mismo color, por lo que fue condenado a cadena perpetua; mas 27 años después recibió su libertad y fue elegido presidente. Una vez firmada la Nueva Constitución, el hombre del Apartheid murió, y una nación libre nació en un día que daba a TODOS en Sudáfrica una nueva ciudadanía y un nuevo comienzo.
Bajo este nuevo sistema de libertad, el “nuevo sudafricano”, sin importar su color, ha heredado derechos y libertades, por causa de lo que Nelson Mandela sufrió, sin que cada hombre de color tenga que ir a sufrir a la cárcel 27 años para disfrutarlos; ahora ellos pueden tomar decisiones, realizar sus sueños, caminar en la calle de noche en la zona que quieran sin ser arrestados, tener propiedad, o comenzar su propio negocios.
La labor de este nuevo gobierno ahora es proclamar que el Apartheid ha sido nulificado, lo cual hace inundando las vías de comunicación, la radio, la televisión, a través del sistema académico, de programas comunitarios, etc. para que nadie se olvide que ya no existe “separación” entre ellos, que es el significado de “Apartheid”.
Esto no ofrece la garantía de que todos en Sudáfrica creeran en el nuevo sistema, comenzando por aquellos que ejercían el poder durante el viejo; tristemente, muchos de los oprimidos tampoco han creído en su libertad, al vivir esclavos de sus recuerdos y al resentimiento o la ira que que la ley antigua les dejó, la cual descargan contra si mismos o contra los demás, por lo que aun sufren mucho.
Igualmente, en los Estados Unidos, la esclavitud se abolió en 1865, mas 100 años después los hombres de color seguían siendo maltratados y menospreciados como seres humanos, como lo verás en muchas películas. Hoy, en 2016, aun existen grupos blancos supremacistas y gente que se opone al Nuevo Sistema no solo de su Tierra, sino el de Dios, esto es, El Nuevo Pacto que dice que ya no hay mas separación entre los hombres (Col. 3:11).
Mas los Estados Unidos no es el único ejemplo: el japonés blanco menosprecia al japonés de Okinawa, cuya piel morena revela su clase campesina; el mismo mexicano blanco ve al moreno como una “clase inferior” y aun el moreno claro llega a menospreciar al moreno obscuro, dentro y fuera de México.
Mas el hombre blanco también llega a encontrar este muro de separación en lugares como en las Islas Hawaianas, debido al resentimiento que existe por parte de los nativos hawaianos contra sus colonizadores blancos y a su oposición a la anexión de su territorio a los Estados Unidos, misma que ellos consideran una invasión ilegal que los humilló y les robó su identidad, en la cual ellos han puesto su valor.
Por esta razón muchos nativos Hawaianos viven rehusándose a participar del nuevo sistema, mostrando su indignación con rechazo hacia lo que el nuevo gobierno les ofrece , quemando la propiedad pública, pintando las paredes, ensuciando las calles, y con actos de violencia aun entre si mismos, aunque algunos de ellos se gozan de tener agua caliente y de los privilegios que su nueva ciudadanía les otorga.
El Nuevo Pacto que derribó el muro de separación fue declarado en el año de la resurrección de Jesús y ofrece una herencia que es por Gracia (Rom. 4:13-17; He. 20:32; Gal. 3:18; Tito 3:7; Ef. 2:8-9 ) para TODA la humanidad (Gal. 3:28; Col. 3:11; Rom. 10:12, Ef. 2:4-18), para que no vivamos mas trabajados y cansados con nuestra confianza puesta en la carne, esto es, en lo que podemos ser por mérito propio, por nuestros talentos, habilidades, virtudes, títulos nobiliarios, nombre de abolengo, color de piel, etc. sino descansando en el gran amor de Dios, su rectitud, integridad y buena voluntad revelada en su hermoso Evangelio de Gracia.
Es por ello que sin creer el Evangelio, no podremos entrar en este descanso y la pared imaginaria continuará levantando nación contra nación (ethnos vs ethnos) y reino contra reino.
Y tu amado(a), ¿lo has creído?
Shalom