- Cubiertos de Oro
- El Altar de Bronce – ¡NO MAS JUICIO!
- El Lavatorio de Bronce – Nuestra Santidad
- El Candelabro de Oro – Jesús es la Luz
- La Mesa de los Panes – Jesús nuestro Pan de Vida
- El Altar de Incienso – Jesús, Nuestra Intercesión.
- El Arca del Testimonio – Su Gracia
- Jesús Bajó del Cielo
- En Brazos de Jesús
- El Velo – “Y Este Es Su Carne”
El propósito de recorrer el Tabernáculo de Moisés no es simplemente entender la cultura de los Hebreos, sino el poder contemplar como Jesús les dio vida, uno por uno, a cada mueble o utensilio, revelándonos una faceta de si mismo y de nosotros. Este recorrido nos dará una mayor apreciación de su trabajo consumado y de su significado en nuestra vida, pues todo en el tabernáculo es la representación de lo que pasó con nosotros por la redención que nos dio Jesús.
Su sacrificio, su luz, su alimento, su intercesión, y todo en el tabernáculo, es el patrón de vida que nuestro Padre diseñó para sus hijos; por lo mismo Dios nos llamó “tabernáculos” o “templos vivos”. A esto se refería Jesús cuando dijo, “Venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el Cielo” Esta es la manera en que la voluntad de Dios comienza en la tierra, en nuestro interior.
El tabernáculo de Moisés tenía dos cámaras interiores, una de ellas el Lugar Santo, el cual acabamos de estudiar en los días pasados, y que nos representa a nosotros. La otra cámara, llamada El Lugar Santísimo, era donde la presencia de Dios habitaba. Ahi se encontraba el Arca del Pacto, la cual era una réplica del trono de Dios en el cielo. Estas dos cámaras estaban separadas por el Velo, una cortina gruesa, diseñada conforme a lo establecido en Éxodo 26:31-35
Para el interior del tabernáculo, confecciona una cortina especial de lino de tejido fino. Adórnala con hilo azul, púrpura y escarlata, y con querubines hábilmente bordados. Cuélgala de ganchos de oro, que estarán sujetos a cuatro postes de madera de acacia. Recubre de oro los postes y colócalos en cuatro bases de plata. Cuelga con broches la cortina interior y coloca el arca del pacto en la sala detrás de la cortina. Esta cortina separará el Lugar Santo del Lugar Santísimo.
Excepto por el Sumo Sacerdote una vez al año, (Hebreos 9:7) nadie podía pasar al Lugar Santísimo del otro lado del velo. Aquel que lo lograra, caería muerto. Aun el Sumo Sacerdote, si no entraba al Lugar Santísimo purificado y observando meticulosamente todo lo que le había sido instruido, con la vestimenta específica, con la ofrenda de sangre y con la ofrenda de incienso para que el humo le cubriera los ojos de todo contacto directo con Dios, él mismo podía caer muerto. Por lo mismo, entraba con una cuerda atada a uno de sus pies, y con una campana colgando de su vestimenta, la cual al dejarse de oír era indicación de que el sumo sacerdote había muerto, y sus asistentes sólo podían sacarlo jalando de esa cuerda.
Hablamos antes que para venir a Dios, solo podemos hacerlo a través de la única entrada, por su Altar de Bronce, por la cruz, (el Altar de Bronce – ¡No Más Juicio! ), de igual manera, Jesús, para venir a nosotros, habiendo bajado del cielo, – donde el Arca del Pacto se encontraba- solo podía hacerlo por un lugar: por el velo.
Este velo de 10 cm de grueso, (nada fácil de cortar ni aun con una tijera), 10 m. de ancho y una altura de 20 metros, fue el mismo que en el momento en que Jesús murió después de haber gritado ¡CONSUMADO ES! , fue rasgado en dos, de arriba hacia abajo, suceso que confirmó las palabras de Jesús, que efectivamente el trabajo de redención había sido completado. Dios rasgó este velo simbolizando que no habría más separación entre un Dios Santo y seres humanos, gracias al trabajo de uno solo, Jesús, por medio del cual ahora podemos venir a Dios con todas nuestras imperfecciones sin caer muertos; por esto Pablo se refirió a esto como
“..el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, es decir, de su propio cuerpo,” Hebreos 10:20
Este versículo nos dice que este velo es su cuerpo. Ahora entendemos por qué el cuerpo de Cristo fue tan brutalmente destrozado en la cruz, para poder hacernos un camino hacia su Padre, para podernos traer a su presencia y ponernos “Bien con El”, “en Paz con El” para siempre y para que el hombre venga a Dios sin obstaculos ni impedimentos, sin temer la muerte, sino esperando vida de Amor, gozo y paz.
Esta fue la única razón por la cual El Verbo se hizo carne. Es por ésto que la celebración de su nacimiento NO debe pasar por alto, contrario a lo que muchos líderes religiosos han promovido, independientemente si nació el 25 de diciembre o no. Su nacimiento tenía el único propósito de morir por nosotros, y traernos a su Padre a traves de su muerte. Los regalos de los sabios del oriente anunciaban su muerte redentora. Su mismo lugar de nacimiento, un pesebre, anunciaba su muerte. no sólo eso sino que fue dado por SEÑAL:
Y lo reconocerán por la siguiente señal: encontrarán a un niño envuelto en tiras de tela, acostado en un pesebre Lucas 2:12 NTV.
¿Cual era esa señal? El pesebre hebreo, el cual es usado como comedero de animales, no se encontraba sólo en los establos, sino en cada casa donde se tenía un animal, ya sea para alimento o para transporte. ¿Como supieron en cual pesebre encontrarían al Bebé del Cielo?
Alfred Edersheim, en su libro “Vida y Tiempos de Jesús el Mesías” explica que el lugar profetizado en Miqueas 4:8, llamado Migdal Eder (Torre del Rebaño), en Belém Efrata, en donde Jesús nació, era en aquel tiempo un lugar dedicado exclusivamente para criar ovejas destinadas a ser animales sacrificiales. Por lo mismo, al nacer estas ovejitas, puesto que no podían tener absolutamente ninguna mancha, herida, o laceración, eran envueltas en tiras de tela y colocadas en un pesebre, semejante al que aqui muestro, hasta que se calmaran y pudieran caminar hacia su madre para alimentarse sin causarse daño alguno. Por lo mismo, puesto que estos pastores eran los que cuidaban de las ovejas para el sacrificio, cuando oyeron estas noticias, la imagen del bebé envuelto en tiras de tela en un pesebre, les dijo exactamente donde encontrar al bebé, quien sería finalmente nuestro cordero.
La Tumba que se cree fue el lugar indicado en la Biblia, donde colocaron el cuerpo de Jesús, fuera de la pared, debajo del Monte Gólgota.
El nacimiento de Jesús no habría sido registrado en la escritura si no fuera tan relevante para nosotros. Quizá habría sido oculto como lo fue el cuerpo de Moisés, o como lo fueron los años de la infancia de Jesús cuando fue llevado a Egipto. Mas fue dado como una SEÑAL, al menos es lo que leo en Lucas 2:12. fue el cumplimiento de muchas profecías, no sólo la registrada en Miqueas, sino la registrada en Isaias 9:6
Porque un niño nos ha nacido, ¡un hijo nos ha sido concedido! Sobre sus hombros llevará el principado, y su nombre será «Consejero admirable», «Dios fuerte», «Padre Eterno» y «Príncipe de paz»
Esta señal fue anunciada por los mismos ángeles de Dios, con cántico y ruido de trompetas que anunciaban REDENCION,
El mundo entero tiene que saber que EL VERBO SE HIZO CARNE, en la forma inocente de un bebé nacido de una Vírgen, lo que muestra que no fue nacido de voluntad de varón sino de Dios, (Juan 1:13) un bebé con sangre divina, “cuyos orígenes se remontan al principio mismo, a los días de la eternidad” Miqueas 5:2. Nuestro Jesús se hizo carne exclusivamente para ser razgado por nosotros y poder traernos a su Padre. Celebrémos dicho acontecimiento con gozo, con ruido glorioso, con luces y algarabía, para que todos sepan el regalo que nos ha sido hecho.
El esx`piritu anticristo está contento con que este evento pierda su relevancia y significado, por lo mismo la atención se ha desviado a Santa Claus, a los duendes , o hasta los renos de Santa Claus, o a muchos otros personajes, para minimizar o diluir éste acontecimiento sobrenatural, o para robarle la gloria al único al que debemos dársela. Aún en algunos lugares dicha celebración está tratando de ser removida, pues se ha vuelto ofensiva para los que no creen, por razones obvias. Si este evento fue secuestrado por el diablo, como todo, es hora de que sea restaurado y una vez mas dedicado a su original propósito: anunciar las buenas noticias de salvación.
No necesariamente celebramos el cumpleaños de Jesús, pues ¡El es eterno, sin principio, ni fin!, más celebramos el regalo de amor mas grande, El Dador de la Gracia, El Salvador de nuestra alma, El que vino a morir para darnos vida, el dador de un Nuevo Pacto, donde no hay más muerte, ni condenación. Cuando comprendemos ésto, la navidad toma un nuevo significado, y produce en nosotros un acto de adoración genuina desde el fondo de corazones agradecidos ya que su sacrificio fue la última ofrenda, la máxima ofrenda, no más sacrificios de animales. no más ofrendas de nuestro esfuerzo mis hermanos, nuestras ofrendas son ahora de amor, de agradecimiento, de fruto de alabanza de labios limpios, pues Él quizo ser razgado para poder limpiarnos con su sangre.
Pues Cristo no entró en un lugar santo hecho por manos humanas, que era sólo una copia del verdadero, que está en el cielo. Él entró en el cielo mismo para presentarse ahora delante de Dios a favor de nosotros; y no entró en el cielo para ofrecerse a sí mismo una y otra vez, como lo hace el sumo sacerdote aquí en la tierra, que entra en el Lugar Santísimo año tras año con la sangre de un animal. Si eso hubiera sido necesario, Cristo tendría que haber sufrido la muerte una y otra vez, desde el principio del mundo; pero ahora, en el fin de los tiempos, Cristo se presentó una sola vez y para siempre para quitar el pecado mediante su propia muerte en sacrificio. Y así como cada persona está destinada a morir una sola vez y después vendrá el juicio, así también Cristo murió en sacrificio una sola vez y para siempre, a fin de quitar los pecados de muchas personas… Hebreos 9:24-28
Así que, amados hermanos, podemos entrar con valentía en el Lugar Santísimo del cielo por causa de la sangre de Jesús. Por su muerte, Jesús abrió un nuevo camino —un camino que da vida— a través de la cortina al Lugar Santísimo. Ya que tenemos un gran Sumo Sacerdote que gobierna la casa de Dios, entremos directamente a la presencia de Dios con corazón sincero y con plena confianza en él. Pues nuestra conciencia culpable ha sido rociada con la sangre de Cristo a fin de purificarnos, y nuestro cuerpo ha sido lavado con agua pura. Hebreos 10:19-22
Esta esperanza es un ancla firme y confiable para el alma; nos conduce a través de la cortina al santuario interior de Dios. Jesús ya entró allí por nosotros. Él ha llegado a ser nuestro eterno Sumo Sacerdote, según el orden de Melquisedec. Hebreos 6:19-20
Por tanto, acerquémonos confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para cuando necesitemos ayuda.Hebreos 4:16
¡Feliz Navidad!