Por lo demás, fortalézcanse en el Señor y en el poder de su fuerza. Ef. 6:10
Después de haber hablado desde hace varias semanas acerca del sufrimiento y la aflicción como parte de esta lucha espiritual que existe contra nosotros, llegamos a la parte que nos muestra como prevalecer en esta batalla y salir victorioso.
Mas cómo nos fortalecemos en el Señor y en el poder de su fuerza. La respuesta está, una vez más, en 2 Cor. 12:9
“Te basta Mi gracia, pues Mi poder se perfecciona en la debilidad.”
De manera que nuestras áreas fuertes, aquellas donde nos consideramos “bien dotados” porque así nacimos, o porque nuestro trabajo nos costó, realmente pueden llegar a ser nuestra debilidad, ya que en esas áreas Dios no puede ayudarnos, pues en donde somos fuertes no dependemos de Él y contrario a lo que se piensa, lejos de glorificar al Señor, le quitamos la gloria cuando no reconocemos que
Toda buena dádiva y todo don perfecto viene de lo alto, desciende del Padre de las luces, con el cual no hay cambio ni sombra de variación. Santiago 1:17
El mundo nos exhorta a fortalecer nuestros puntos débiles por medio de disciplina o fuerza de voluntad.
Algunos otros sugieren que son nuestros puntos fuertes en los que debemos de trabajar, pues los débiles por mucho que nos esforcemos seguirán siendo los más débiles. Mas el camino de Dios es “Por Gracia”, sin esfuerzo del hombre o mérito nuestro y de esta manera, cuando en nuestra debilidad somos fortalecidos sabemos que fue Dios y no nosotros.
En cada área de nuestra vida, en nuestro matrimonio, en nuestra relación con nuestros hijos o padres, en nuestras carreras, en nuestras decisiones, entre más estamos dispuestos a reconocer nuestra debilidad y pequeñez y a aceptar que sus caminos son más excelentes que los nuestros, mas pronto pediremos ayuda y esas áreas mostrarán su fortaleza en nuestra vida. Así es como nos fortalecemos en el Señor al depender de su Gracia, al humillarnos ante él. Él quiere ser nuestra fortaleza.
Joseph Prince, Pastor de la iglesia Nueva Creación en Singapur, comparte
que desde su infancia hasta sus años de adolescente era tartamudo y narra la manera en que cierto maestro de su secundaria disfrutaba avergonzarlo diariamente, haciéndolo leer al frente de la clase, mientras sus orejas se enrojecían al oír las risas de sus compañeros de clase.
Sin embargo, después de más de 20 años de ser Pastor y autor reconocido, con una iglesia de más de 30,000 miembros y cientos de miles de gente en todo el mundo fascinada con la manera tan simple en que presenta la belleza del evangelio de Gracia de nuestro Señor Jesucristo, el Señor está siendo glorificado, pues todos aquellos que se reían de él, comenzando con aquel profesor cruel, no tienen la menor duda ahora de la manera en que Dios exalta al humilde, al menor y al último, y que fortalece al débil, al inepto e insignificante. Asi mismo, los que lo envidian y lo difaman no se lo pueden explicar.
Sino que Dios ha escogido lo necio del mundo para avergonzar a los sabios; y Dios ha escogido lo débil del mundo para avergonzar a lo que es fuerte. 1 Cor. 1:27
Cuando pensamos que podemos solos, Dios no puede ayudarnos. En palabras de Joseph Prince:
“Cuando dices, yo puedo con mi problema”, el Señor dice: “Ok, hazlo entonces” más cuando le decimos “Señor, ayúdame, no puedo hacerlo solo” Dios dice:, “estaba esperando que dijeras eso, ahora obsérvame” , el ama que dependamos de Él”. (Inspiraciones Diarias. Dios es tu Fortaleza)
En mi vida personal, en aquellas areas que yo me consideraba fuerte, hoy he tenido que humillarme y reconocer que en mis propias fuerzas no soy nada; hoy sé que necesito de su Gracia no sólo para las tareas difíciles y todo lo que logre cada día será por su Gracia. En todo momento el me recuerda que en la debilidad El me fortalece. Al igual que Pablo hizo, por El lo he perdido todo y lo considero como basura (Fil 3:8) para que mi Dios me fortalezca en cada área de mi vida y poder darle la gloria en privado y en público, cuando la gente vea su favor inmerecido en mi vida y quizá le quieran conocer a El.
Por tanto mi hermano(a), si estas batallando con un hábito o una adicción incontrolable, con una situación indeseable, si algún área de tu vida te está desgastando, es tiempo de reconocer que no puedes sólo(a) y que le pidas al Señor su Gracia para resolverla.
Ya sea el cigarro o la droga que no puedes dejar, o la dieta que comienzas todos los lunes y rompes los jueves, tu manera de conducir, tus problemas matrimoniales, o ese pecado en el que siempre caes, no trates más, date por vencido(a) y pídele a Dios ayuda. Dile que sin su Gracia no puedes. Sáciate de su Gracia y de ahi recibirás lo que te falte. Enfócate en lo que eres en El y no en tu debilidad. Cuando te des cuenta, eso que ejercía dominio sobre de ti dejará de hacerlo, pues bajo su Gracia el pecado no tienen dominio sobre nosotros. (Rom. 6:14)
Shalom