Al haber hablado del amor a nuestro próximo, no quisiera que quitaras el enfoque del amor personal y especial que Dios tiene por ti individualmente, pues aunque vimos que Dios nos ama a todos, tanto a nosotros como a los demás, es tu consciencia de su amor por ti en particular lo que te hará amar a los demás y lo que te mantendrá despierto, recibiendo de su amor.
Es porque no conocemos el amor personal que Dios tiene por cada uno de nosotros, que nos llega a parecer una figura legendaria que vive lejos y que nunca se ocuparía de nosotros o escucharía nuestras oraciones. Esta creencia errónea nos hará volver a nuestro esfuerzo y a vivir enfrascados con los asuntos del mundo, como si ahí se encontrara nuestra vida, más escuchamos la exhortación de Pablo para el día de hoy.
Y hagan todo esto, conociendo el tiempo, que ya es hora de despertarse del sueño. Porque ahora la salvación está más cerca de nosotros que cuando creímos. La noche está muy avanzada, y el día está cerca. Rom. 13:11-12
Estas fueron las palabras del Apóstol Pablo para los creyentes de hace 2000 años, cuando vivían conscientes del regreso el Señor, pues ellos lo vieron todo, ellos vieron cuando el Señor Jesús camino entre ellos, ellos conocían lo que la Ley producía, pues lo vivieron entre ellos mismos cuando los encontró Jesús todos oprimidos, pobres, enfermos y esclavos del pecado bajo el poder de la Ley.
Ellos fueron víctimas de ese sistema auto-infligido bajo el cual habían vivido por casi 1500 años. Ellos vieron la furia de los fariseos contra los que recibieron La Vida y ellos experimentaron la primera persecución, que fue para muerte; sin embargo, vemos aquí que a ellos Pablo les dijo ¡que se despertaran! ¿De qué salvación estaba hablando? ¿No acaso somos salvos al creer el Evangelio?
Desde luego que está hablando de la salvación de nuestros cuerpos físicos que bajo esta vida son mortales, pero que en la resurrección de los santos serán inmortales, cuando la muerte- el postrer enemigo de Dios será por fin derrotada para siempre.
Dos mil años han pasado y muchos Hijos de Dios anhelamos ese día, sin embargo muchos otros ya no esperan el regreso del Señor, pues no quieren ser ellos una generación más que lo deja todo por esperar a un Señor que no parece nunca regresar, y han preferido caer en el ensueño del mundo moderno con sus exuberancias y sofisticaciones, aspirando al siguiente juguete, al siguiente bocado, a la siguiente bendición, sin querer que tanta diversión se nos acabe; más nuevamente, las palabras de Pablo son para nuestros tiempos modernos.
Sabemos que la noche ya está muy avanzada porque la obscuridad en la que vive el mundo nunca había sido tan obscura y sabemos que la obscuridad llega a su máximo justo cuando está a punto de amanecer. Mientras que toda bendición y sueño realizado y toda buena dádiva vienen de lo alto (Sant. 1:17), mientras que todo ello ya ha sido pagado a un precio inalcanzable, no debemos olvidar que todo esto es temporal y perecedero, más las cosas que nos esperan cuando el Señor regrese por nosotros serán para siempre.
Pues he aquí, yo creo cielos nuevos y una tierra nueva, y no serán recordadas las cosas primeras ni vendrán a la memoria. Is. 65:17
En contra de los esfuerzos de nuestro enemigo común, el evangelio de Gracia se sigue extendiendo, a pesar de que Pablo y todos esos discípulos a quienes les hablaba hace 2000 años, no realizaron sus sueños, pues la mayoría de aquel entonces murieron como mártires, comenzando con Pablo.
Esto debe de convencernos de que la Gracia no es un movimiento de los hombres, pues aun cuando los hubieran matado a todos aquellos hombres y mujeres de Dios, el Espíritu Santo que cayó en ellos nunca podrá ser silenciado ni detenido. Él se siguió moviendo entre aquellos que no lo conocieron, aun entre aquellos que solo conocieron un evangelio corrompido, como Martín Lutero, o entre aquellos que recibieron un evangelio adulterado con la Ley como lo fueron los que hoy predican la Gracia; el Espíritu Santo continua abriendo los ojos de aquellos que escucharon el llamado de Dios y continua penetrando todos los círculos, convenciendo al hombre del Evangelio que declara que Cristo ha muerto una vez y para siempre en nuestro lugar y que ha resucitado y que hemos sido perdonados, que nuestras iniquidades y hechos rebeldes Dios ya no los recuerda, para que nos acerquemos con confianza al trono de la gracia para que recibamos misericordia, y hallemos gracia para la ayuda oportuna (Heb. 4:16) y para que muchos más la hallen también.
Me maravilla que justo hoy cuando el hombre está conociendo lo que realmente significa el Nuevo Pacto, es cuando la convergencia de todos los sucesos que debían de acontecer antes de que Jesús regresara, está ocurriendo. Por tanto esta palabra no puede estar más a tiempo que hoy y el Espíritu Santo nos mantendrá alertas como lo hacía el asistente del Sr. Frodo en la película “El Señor de los Anillos”, recordándonos quienes somos y a que hemos sido llamados o enviados, para mantenernos enfocados en Cristo y no dejarnos caer en el engaño de todo lo temporal y que al final mata, o de todo lo que se ve brillante pero que no es oro ni piedras preciosas, pues ese día se encuentra más cerca que nunca, aquel día en que todo ojo le vera, y los que le traspasaron harán lamentación por él. (Rev. 1:7)
Cabe aclarar que no existe condenación por querer realizar tus sueños que Dios mismo puso en tu corazón, más si el día del que Pablo hablaba llegara mañana, o el próximo año, o en 3 años, lo que acumulemos aquí no podremos llevárnoslo, y lo que nos espera a su lado por toda una eternidad será mayor que todos los sueños y todas las cosas que podamos alcanzar en este mundo; sin embargo, si tu soñar está lejos de Cristo, tu despertar podría ser una pesadilla de la que querrás despertar y no podrás. No permitas que eso te suceda, no lo pienses más y recibe su Regalo de Redención.
Shalom