Habiendo descubierto cuál es la victoria en nuestro estudio pasado, y estando convencidos de que nuestro Padre nos da sueños y deseos porque El planea hacerlos realidad, tomemos una pausa y meditemos en este extracto del nuevo libro del Pastor Andrés Neira, “Entrenados Para ¡Reinar En Vida! con una fe simple y sencilla” el cuál acaba de salir a la venta.
“Mientras escribía este capítulo me ausente de mi oficina y me fuí a la calle para ir a buscar algo para comer. Estaba tratando de encontrar un estacionamiento disponible. Me llamó mucho la atención una pequeñita que iba cruzando la calle de la mano de su madre, ella iba bien agarrada de la mano de su mamá, sin embargo cruzaba la calle con su mirada hacia el suelo, ni por un momento levantó la vista para ver si venían vehículos por la vía, ella simplemente confiaba que estaba segura en las manos de su madre.
Ese fue un gran ejemplo para mi de lo que significa creer como un niño. Esto a su vez remontó mi mente a la infancia de uno de mi hijos, él se llama Mauricio. Mi hijo no sólo es el menor de mis cuatro hijos, él también es el más bajito de estatura. Por esa época Mauricio tenía alrededor de cuatro años. Unos de mi pasatiempos favoritos los días domingos era salir a solas con él. Yo tenía uno de esos automóviles viejos sin aire acondicionado ni lujos de ninguna clase.
Yo solía decirle: “Maury, ¿quieres que vayamos a volar en el auto?” en ese momento él corría hasta entrar a su asiento, mi hijo era tan chiquito que ni siquiera se veía por las ventanas del vehículo. Yo apretaba ciertos “botones” de mi automóvil y salíamos a volar por las nubes. Mauricio no veía nada, él sólo me creía y disfrutaba el vuelo. Su fe en mis palabras lo hacían soñar. Después de unas cuantas vueltas al barrio llegaba la hora de “aterrizar”, yo volvía a apretar los mismo controles y botones misteriosos y le decía en voz alta “ todo listo para el aterrizaje”, al llegar al estacionamiento, lo primero que él hacia era salir corriendo y gritar “fuimos a las nubes, fuimos a las nubes”.
Déjeme preguntarle algo: ¿Hace cuanto que usted no se monta el el auto de la fe de papá Dios y sale a soñar? Quizás el sueño sea esa relación rota o inestable, a lo mejor ese sueño es volver a recuperar esa salud que tanto necesita; puede ser que su sueño tenga que ver que la provisión que debe llegar en forma urgente, hay quienes han dejado de soñar con su llamado ministerial debido a circunstancias adversas, hay otros que el mejor sueño para ellos es ver sus hijos convertidos, tal vez haya quienes simplemente su sueño sea poder gozar de la paz de Dios en medio de una vida deprimida y sin esperanza. Cualquiera sea su caso, lo único que usted necesita es una fe simple y sencilla que dice “Lo recibo en el nombre de Jesús, Dios me ama y eso es todo lo que necesito saber. No tenga miedo de entrar al automóvil de la fe, papá Dios le ama y lo quiere poner a soñar.”
Te animo a que sigas trayéndole a Abba Padre tus peticiones con una fe como de niño, sabiendo que:
El que no negó ni a Su propio Hijo, sino que Lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también junto con El todas las cosas? Rom. 8:32
Shalom