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- La Identidad Original
La semana pasada te pedí que buscaras el significado de anatema. Cuando la ocasión lo amerita, me detengo a examinar la palabra original de algunos versículos cuyas malas interpretaciones han manchado el carácter de nuestro Padre celestial, o han dado lugar al error que nos condujo a un “evangelio diferente”; especialmente cuando nuestra palabra de hoy es la seria consecuencia de enseñar un “evangelio diferente”, expandiré en su significado.
Si buscaste esta palabra, habrás encontrado que “anatema” significa “maldito” o “apartado”; mas sabemos que en Cristo no hay mas maldición, ni separación, sino solo bendición, pues somos uno con Cristo, entonces ¿cómo puede ser?
Dejemos que la Biblia nos interprete la Biblia y lo primero que encontramos en ella es que el griego “anathema” (G331) se refiere al falso creyente, 3 de sus únicas 6 instancias se refieren a “los maestros de la Ley”, quienes fueron los únicos que se opusieron al Evangelio con furor, como lo veras en Hechos 23:14, en donde la palabra “anathema” es usada por primera vez.
Ciertamente, el capítulo 23 de Hechos habla de un gran alboroto entre los maestros de la Ley, quienes enfurecidos por lo que Pablo predicaba, hicieron un “anathema”, que fue traducida como “juramento solemne” de no comer ni beber nada hasta que mataran a Pablo; de aquí la connotación de “auto-destrucción” de esta palabra, aunque no sabemos si la llevaron a cabo, pues Pablo aun vivió muchos años después de este incidente.
La concordancia Strongs la define:
Anathema:
- Algo que se aparta, específicamente una ofrenda que resulta de un juramento, la cual después de haber sido consagrada a un dios, se colgaba en las paredes o columnas del templo o se colocaba en un lugar conspicuo.
- Algo dedicado a Dios sin esperanza de ser redimido, sea un animal para ser sacrificado, o una persona o cosa que estaría destinada a la destrucción.
– Una maldición
– Un hombre maldito, dedicado a las peores de las aflicciones.
En efecto, esta palabra era mas significativa para el judío maestro de la Ley, que para el gálata (no judío), pues era el maestro de la Ley quien clasificaba a todos los no judíos como “anatemas” (Juan 7:49), por lo que debió haber sido una “indirecta” muy ofensiva de Pablo hacia aquellos que estaban tratando de poner a los gálatas bajo la Ley de Moisés.
También debió haber sido un shock para aquel judío o grupo de judíos, pues ellos sabían su significado en el contexto de su propia Ley, como lo ilustra Deut. 21:23, pues todo aquel que era colgado de “un árbol” por haber cometido un pecado digno de muerte, era considerado “maldito de Dios”.
¿Por qué de un árbol ? ¿No acaso la muerte fue introducida a la humanidad al comer de un árbol? ¿No acaso este Árbol de llamaba “del conocimiento del Bien y el Mal? ¿no acaso este conocimiento se encierra en La Ley?
Bajo la Ley de Moisés, todos éramos dignos de muerte, pues “la muerte es el aguijón del pecado y el poder o la fuerza del pecado es la Ley” (ver 1 Cor. 15:56).
Esta Ley fue dada por Dios al Pueblo de Israel para que tanto ellos, como la humanidad entera se convencieran de que bajo La Ley no se puede hallar la vida “Zoe” de Dios, por el contrario, bajo la Ley solo se puede garantizar la muerte y la maldición, ya que de no seguirse en todos sus puntos, traía maldición (Deut. 28:15), pues si se rompe en uno solo de sus puntos, se rompe toda (Santiago 2:10)
Pablo lo expresa así:
Porque todos los que son de las obras de la Ley están bajo maldición, pues escrito está: “Maldito todo el que no permanece en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas.” Y que nadie es justificado ante Dios por la Ley es evidente, porque “El justo vivirá por la fe.” Sin embargo, la Ley no se basa en la fe. Al contrario, “El que las hace, vivirá por ellas.” Gal. 3:10-12
Mas si no vivimos por la fe, vivir por la Ley es una ilusa pretensión. La Buena Noticia es que Jesús fue dedicado desde antes de la fundación del mundo para colgar de ese lugar conspicuo llamado La Cruz y sufrir la peor de las aflicciones sobre si mismo, en lugar de toda la humanidad. Esta Cruz, también llamada en la Biblia “el madero”, representaba a ese árbol que nos maldecía a todos; de hecho, durante la ocupación Romana en Jerusalén, la cruz era un símbolo de maldición e insignia, pues estaba reservada para los peores criminales, cuyas ofensas eran “dignas de muerte”.
Fue en esta Cruz donde Jesús clavo esa “lista de requerimientos contraria a nosotros” – la Ley” (Col. 2:14) y después de haber confirmado esta Ley “muriendo”, resucitó de entre los muertos, lo cual declaraba victoria sobre el mismo sistema que lo había declarado “culpable” – la Ley de Moisés.
El Dios de nuestros padres (antepasados) resucitó a Jesús, a quien ustedes mataron y colgaron en una cruz (un madero). Hechos 5:30
Justamente ésto es lo que la Epístola de los Gálatas afirma,
Cristo nos redimió de la maldición de la Ley, habiéndose hecho maldición por nosotros, porque escrito está: “Maldito todo el que cuelga de un madero a fin de que en Cristo Jesús la bendición de Abraham viniera a los Gentiles, para que recibiéramos la promesa del Espíritu mediante la fe. Gal. 3:13
Nota al final del capítulo (v.23), Pablo llama lo que él predica “la fe” que él mismo intentaba destruir. Nuestra fe está en ese Evangelio que él predicaba – la Gracia, y no en la Ley.
Pero cuando vino la plenitud (el cumplimiento) del tiempo, Dios envió a Su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la Ley, a fin de que redimiera a los que estaban bajo la Ley, para que recibiéramos la adopción de hijos. Gal. 4:4-5
Así fue amado(a), aquellos que intentaban agregarle la Ley al Evangelio, estaban haciendo volver a la gente a ese lugar de maldición que es la fábrica del pecado. Pecado en el griego es “Hamartia”, y su primera definición, que raramente se menciona, es: “no ser partícipe”. No podemos ser participes de la Vida de Cristo bajo la maldición. Este era el pecado “voluntario” al que se refiere Hebreos 10, pues bajo ese árbol NO HAY esperanza de ser redimidos, porque ya fue echado al fuego y estaríamos invocando nuestra propia destrucción (Heb. 10:29) ya que habiendo sido Jesús el sacrificio máximo, ya no queda mas que ofrecer.
¿Te das cuenta por qué se pervierte el Evangelio al re-introducir la Ley?
Shalom