Gracia Soberana

Praying in the spirit

Romanos 5 termina diciéndonos que donde la transgresión o el pecado abundó, la Gracia sobreabundó.(5:20) Es aquí cuando las mentes hacen corto circuito, y los espíritus religiosos brincan, tal y como lo hicieron con el Apóstol Pablo:

¿Qué diremos, entonces? ¿Continuaremos en pecado para que la gracia abunde? Rom. 6:1

Al escuchar que una vez justificado, no hay mas  imputación de pecado, o condenación sino solo abundancia de Gracia, algunos creen o malinterpretan  que el Evangelio de Gracia promueve una vida de libertinaje o de sobre-indulgencia y abuso, sin sentirnos culpables, lo cual en nuestra sociedad se conoce como “psicopatía”.

 ¡De ningún modo! Nosotros, que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? ¿O no saben ustedes que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en Su muerte?  Rom. 6:2-3

 Siendo éste un intercambio divino, en el que Jesús toma el lugar que merecíamos en la Cruz y nosotros tomamos su lugar que solo El merecía, podremos entender mejor lo que significa “tomar nuestra Cruz”,  “ser crucificado con Cristo”, o “morir al pecado”, para vivir una nueva vida en Cristo, o  que Cristo Resucitado viva su vida en nosotros. Esta es la Justicia de Dios.

Por tanto, hemos sido sepultados con El por medio del bautismo para muerte, a fin de que como Cristo resucitó de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en novedad de vida. Porque si hemos sido unidos a Cristo en la semejanza de Su muerte, ciertamente lo seremos también en la semejanza de Su resurrección.

Sabemos esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado con Cristo, para que nuestro cuerpo de pecado fuera destruido, a fin de que ya no seamos esclavos del pecado;  porque el que ha muerto, ha sido libertado del pecado. Y si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con El, sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de entre los muertos, no volverá a morir; la muerte ya no tiene dominio sobre El. Porque en cuanto a que El murió, murió al pecado de una vez para siempre; pero en cuanto El vive, vive para Dios. Así también ustedes, considérense muertos para el pecado, pero vivos para Dios en Cristo JesúsRom. 6:4-11

 Para tratar de hacerlo mas claro, quise traducirte estos mismos versículos directo de la versión de la Biblia “El Mensaje”:

Entonces que hacemos? Seguimos pecando para que Dios nos siga perdonando? Espero que no! Si hemos dejado el país donde el pecado es soberano, como podemos aun vivir en nuestra vieja casa ahí? O no nos damos cuenta que empacamos y dejamos ese lugar para siempre? Eso es lo que pasa en el bautismo. Cuando entramos al agua, dejamos atrás el viejo país de pecado; cuando salimos del agua, entramos al nuevo país de la Gracia – ¡una nueva vida en una nueva tierra! Esto es lo que el bautismo en la vida de Jesús significa. Cuando somos bajados dentro del agua, es como el entierro de Jesús; cuando somos levantados fuera del agua, es como la resurrección de Jesús. Cada uno es levantado por nuestro Padre a un mundo lleno de luz, para que podamos ver hacia donde nos dirigimos en nuestro nuevo país de Gracia soberano. Puede quedar mas claro? Nuestra vieja manera de vivir fue clavada a la cruz con Cristo, un final decisivo a esa vida miserable de pecado – no mas a disposición del pecado. 

Lo que creemos es esto: Si somos incluidos en la muerte conquistadora del pecado de Cristo, también quedamos incluidos en su vida salvadora de resurrección. Sabemos que cuando Jesús fue resucitado, fue señal del fin de la muerte como el final. Nunca mas la muerte tendrá la ultima palabra. Cuando Jesús murió, se llevó al pecado con el al infierno, pero vivo nos trae a Dios del cielo. Desde ahora, piensa de esta manera: El pecado habla un lenguaje muerto que ya no significa nada para ti; Dios habla tu lengua materna y tu te aferras a cada palabra. Tu estas muerto para el pecado y vivo para Dios. Eso fue lo que Jesús hizo.

Rom. 6:1-11

Por que entonces seguimos tan preocupados con el pecado  y no con el antídoto?

Te espero el jueves para que lo descubramos.   

Shalom