Uno de los bienes que te son distribuidos al tomar la Santa Cena es el de tu prosperidad. Me temo decirte que ésta también está incluida en tu herencia. Digo “me temo” porque al igual que con la sanidad, muchos cristianos tienen problema para creer que Dios no los quiere enfermos, ni pobres.
Yo espero que tú no estés entre ellos y que lo que leas aquí afirme tu fe para ser bendecido(a) no solo en tu salud sino también en tu habilidad para producir riquezas, más si tú estás entre los que se oponen, la escritura te dará paz para que recibas tu prosperidad. Puesto que todo lo que creemos es lo que recibimos, y nuestra fe debe venir por escuchar la Palabra de Cristo, hoy veremos que dice la palabra de Cristo respecto a la prosperidad.
¿Recuerdas la carta de Juan a Gayo?
Amado, ruego que seas prosperado en todo así como prospera tu alma, y que tengas buena salud. 3 Juan 1:2
Juan creía en orar conforme a la voluntad de Dios (1 Juan 5:14). Juan no habría rogado algo a Dios que no fuera su voluntad. La prosperidad también es una de las bendiciones de Abraham. Él fue un hombre extremadamente rico en posesiones materiales:
Y Abram era riquísimo en ganado, en plata y oro. Gen. 13:2
El Espíritu Santo clarificó que no era riquísimo en bendiciones espirituales, o en su alma. Él era riquísimo en ganado, plata y ¡oro!
Esta prosperidad fue con Jacob (Gen. 30:25-43) y después con José, en Egipto. Su prosperidad se veía en todo lo que hacía, y fue esa prosperidad la que hizo notar a los que lo habían esclavizado que Dios estaba con El. (Gen 39:2-6) La confianza de José estaba en la Gracia de Dios y esa fe preservó al mundo de aquel entonces de perecer de hambre, al guardar el 10% de todo lo que la tierra producía, salvando también a sus hermanos que lo vendieron a los egipcios.
De esa prosperidad vivieron hasta que cayeron en manos de un faraón injusto y opresor, mas era tanta y tan obvia la prosperidad de los hebreos, que los egipcios les temían. Este faraón, movido por celos, quiso herir la fuerza del pueblo de Israel deshaciéndose de los bebes varones, más las parteras egipcias que quiso usar para ello, reverenciando al Dios de las hebreas, no lo obedecieron y Dios prosperó a sus familias por ello (Éxodo 1).
Los mismos celos de faraón causaron que Moisés, quien sería el libertador de su pueblo, terminara dentro de su palacio. Tristemente, sus celos le costaron la vida a todos los primogénitos de Egipto, comenzando con el suyo, la noche en que la sangre del cordero fue derramada, trayendo justicia sobre Faraón,
Por el contrario, un día después de que los israelitas tomaron la pascua, 2 millones de esclavos salieron de Egipto con el oro y la
plata de los egipcios; no porque ellos se los hubieran robado, sino porque Dios puso en el corazón de los egipcios dárselo para no traer más juicio contra sí mismos. Mas este juicio trajo justicia a los hebreos, cuando el Juez Supremo sentenció a Egipto a pagarle a Israel por 400 años de trabajo pesado sin paga y todo lo que hicieron esa noche fue comer de la pascua.
Mas todo ha cambiado por causa de la Cruz, pues el Espíritu Santo nos dice por boca de Pablo que nosotros los que recibimos su Gracia provocaríamos a celos al pueblo de Israel,
“Yo los provocare a celos con un pueblo que no es pueblo; con un pueblo sin entendimiento los provocare a ira” Rom. 10:19
¿Acaso el pueblo de Dios tropezó y cayó sin posibilidad de recuperarse? ¡De ninguna manera! …Él quería que su propio pueblo sintiera celos y la reclamara para sí. Rom. 11:11
Créeme que nadie va a estar celoso de tus enfermedades, de tus maldiciones, o de tu pobreza, si esta fuera la voluntad de Dios para su pueblo, mas no es así, para ello alguien murió para pararse en la brecha entre Dios y los hombres para que nosotros pudiéramos presentarnos ante Dios como perfectos y aceptables ante sus ojos, recibiendo el honor de ser hechos Sus Hijos junto con Cristo y sus posesiones… ¡desde luego que no todas! sólo en las que tu creas.
Dios se deleita en la prosperidad de sus Hijos.
Canten y alégrense los que están a favor de mi justa causa,
Y digan siempre: Sea exaltado Jehová, Que ama la paz de su siervo. Salmo 35:27
Recuerda que paz – Shalom- incluye salud y prosperidad, tu total bienestar. Como aprendimos la semana pasada, Jesús proveyó primero para nuestra paz antes de proveer para nuestra salud física, por lo mismo él dijo: “Mi Paz les dejo, mi Paz les doy” (Juan 14:27). Su paz es tu bienestar absoluto y total, incluyendo tu chequera, tus negocios, tu propiedad, la Paz de tus hijos, y todo lo que hagas.
Porque conocen la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que siendo rico, sin embargo por amor a ustedes se hizo pobre, para que por medio de Su pobreza ustedes llegaran a ser ricos. 2: Cor.8:9
Shalom.