- La Vara de la Disciplina
- Gracia para Nuestros Hijos
- La Punta del Iceberg
- Afirmando a Nuestros Hijos.
- Instruye al Niño en Su Camino
- En Nuestra Debilidad El Es Fuerte
- Padre, Madre, ¡No Estas Sólo!
- Secretos para Padres
- Libertando Libertadores
- Herencia del Señor son los Hijos
- Largura de Días
- La Guiansa de Los Hijos
- La Generación del Apocalipsis
Hoy concluiré esta sección para aquellos padres que conozcan la libertad del verdadero Evangelio de Gracia de nuestro Señor Jesucristo. Resumiendo, aprendimos que esta Gracia será la clave para crear hijos “plenos” cuya paz será excedentemente grande.
Todos los principios publicados en este blog hasta el día de hoy te ayudarán a darles a conocer su identidad en Cristo, y a establecerlos en Su Gracia para que aprendan a descansar, caminar y resistir la guerra espiritual descansando en ella, para que superen toda condenación y culpa, y para que aprendan a vivir de toda palabra que sale de la boca de Dios, esta palabra es acerca de ellos, fue dada a Jesus, pues Jesus es el representante de la nueva “Raza”, pues la humanidad entera fue puesta en Jesus en su muerte para que al ser levantado ya no estuvieramos mas en Adan sino en Jesus. Estas son solo unas cuantas de las maneras en que puedes bendecir a tus hijos.
Desde luego, no convirtamos la Gracia en Ley, tu guia sera el Espiritu Santo, por lo mismo, no necesariamente les tienes que dar todo, o todo fácilmente, no necesitas darle un iPhone a tu hijo menor de edad para mostrarle tu amor y que se sienta valioso, ni ponerle una computadora en su cuarto, especialmente si tú mismo no sabes cómo usarla. El confiar en su buen juicio “de su carne” sin ser entrenados en su “Justicia”, es insensato; por tanto esperar que ellos serán fuertes sin recibir la fortaleza del Espiritu, es como enviarlos al matadero
Porque nosotros somos la verdadera circuncisión, que adoramos en el Espíritu de Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no poniendo la confianza en la carne. Fil. 3:3
Tampoco tienes que tolerar su falta de respeto. Ellos necesitan ser instruidos primero en sus creencias, y lo que ellos crean que tu eres, asi te trataran. Los niños que son corregidos con amor pero con firmeza, con persistencia y consistencia logran ser personas plenas, del interior al exterior.
Enseña y corrige a tus hijos con sabiduría y amor, señala lo que no pertenece a su identidad. La Escritura es capaz de hacernos sabios, cuando el Espíritu que la escribió está presente en nuestra vida; solo de esta manera:
Todos tus hijos serán enseñados por el Señor y grande será el bienestar de tus hijos. Is. 54:13
Aprendamos del Rey David, un hombre tras del corazón de Dios, poderoso en batalla, quien mató al gigante, y al león, y a los miles y diez miles, y nunca se atrevió a levantar la mano contra el ungido de Dios; sin embargo, nunca quiso aplicar la disciplina y la corrección en su propia casa y por ser un padre indulgente, los atropellos y las indulgencias de sus hijos los llevaron a la muerte prematura, incluyendo el Rey Salomón, quien aparentemente sólo tenía 52 años cuando murió.
¿Y qué hago si mi hijo se rehúsa a escuchar?
Ten la seguridad de que ahí donde él o ella se encuentre ahí lo(a) encontrará Jesús y ahí le revelará su Gracia, aunque esto requerirá toda tu fe y confianza. Mas créeme que Él sabe que es lo que necesitan, y como traerlos a Él. Tus palabras aquí aún serán importantes, pues el hablarles palabras contrarias a la Gracia de Dios significará poner lazos sobre ellos y dejar heridas profundas que pueden alterar su futuro.
No importa la edad que tengan, ellos siempre necesitarán escuchar que aunque desaprobemos o reprobemos sus acciones, ellos siempre serán aceptos y amados. Ellos también necesitan el regalo de “No Condenación”. El decirle, “te lo dije”, “eres igual que tu padre/madre”, “siempre fuiste xyz”, “te lo mereces”, solo les permitirá ver lo que son en su carne, y ya no juzgamos a nadie por la carne (2 Cor. 5:16). Si solo los hacemos ver sus fallas “bajo la Ley” y no su perfección en Cristo, la Gracia que les prediquemos solos será “vana palabrería”.
Al contrario, en esos momentos ellos necesitan algo que los desate: “Tu no eres lo que haces” lo que haces no eres tu, tu carne es la que hace esas cosas porque te has olvidado de que eres la rectitud de Dios en Cristo”…
Ese momento glorioso a nosotros nos llegó y todas las promesas de Dios son para nosotros y nuestros hijos, más cuando somos los padres los que nos tardamos en recibirlas, nada es más doloroso que ver que nuestros hijos ya no quieren ser parte de ellas, porque ya dejaron de creer, porque lo único que vieron en nuestra vida fue religión, la cual no tuvo el poder para librarlos de lo que los esclavizó, o porque no es tan deseable para ellos como aquellos placeres que hallaron mas reales.
La vara del Espíritu Santo no es una vara mágica, es una vara divina – es la misma que Dios uso con su hijo – pues es el mismo Espiritu en El. Él te dará la sabiduría de cómo usarla y si nada pareciera ayudar, deja que El mismo lo haga, Él es quien prometió “Nunca te dejaré ni te desampararé” (Heb. 13:5) y que “ninguna oveja me será arrebatada” (Juan 10:16)
Por el único hecho de que uno de los padres haya creído en Jesús, la Gracia de Dios se derramará sobre su familia y sus hijos la verán tarde o temprano pues El los buscará sin descanso y los conquistará porque El prometió hacerlo.
“Cree en el Señor Jesús, y serás salvo, tú y toda tu casa.” Hechos 16:31
Shalom