- La Vara de la Disciplina
- Gracia para Nuestros Hijos
- La Punta del Iceberg
- Afirmando a Nuestros Hijos.
- Instruye al Niño en Su Camino
- En Nuestra Debilidad El Es Fuerte
- Padre, Madre, ¡No Estas Sólo!
- Secretos para Padres
- Libertando Libertadores
- Herencia del Señor son los Hijos
- Largura de Días
- La Guiansa de Los Hijos
- La Generación del Apocalipsis
Herencia de Jehová son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre. Como saetas en mano del valiente, así son los hijos habidos en la juventud. Bienaventurado el hombre que llenó su aljaba de ellos.
Salmos 127:3-5
Continuemos recibiendo Gracia para la crianza de nuestros pequeños, para saber cómo impartir la instrucción y la disciplina sin tener que usar castigo corporal; Desde luego que en ningún momento he dicho que no debemos corregir con palabras firmes de autoridad, con un “No” a tiempo, o con nuestro ejemplo; más cuando no hay instrucción, no podemos culparlos o reprenderlos por actuar en ignorancia.
Si no les enseñamos primero a lavar los trastes, no podemos reprobarlos si lo hacen mal. Si no les hemos enseñado lo que son en Cristo, no podemos culparlos si no se comportan como Sacerdotes Reales; más cuando los hemos instruido en la Palabra de Cristo con amor, ellos entenderán cuando usemos la estrategia de Pablo: “no sabes que tú eres… “: “la rectitud de Cristo”, “Hijo de Luz”, “nueva criatura en Cristo”, “el amado del Señor”; “No sabes que tu estas destinado para …” “reinar”, “para ser luz”, “para ser de bendición”. etc.
El Proverbio 22:6 nos dice
Instruye al niño en el camino que debe andar, y aun cuando sea viejo no se apartará de él.
Este es uno de los casos en que el lenguaje original nos da la clave: La palabra “instruye”, en este caso es el hebreo “chanak” que significa “entrenar”, así como se entrena un atleta, y también es usada como “inaugurar” o “dedicar”; en cuanto al hebreo para “andar”, la palabra usada es “Peh” que significa “boca”.
De acuerdo con mi raciocinio humano, la traducción debió haber sido “hablar” y no “andar”,
pues no andamos con la boca; mas desde luego que el Espíritu Santo no se equivoca, y aquí nos muestra que nuestro camino lo formamos primero con nuestra boca, con nuestra confesión de lo que verdaderamente estamos creyendo, con nuestras palabras de vida.
Este entrenamiento, esta dedicación, esta “iniciación” de nuestros hijos en la Palabra de Dios se refiere a la meditación Bíblica que aprendimos anteriormente; la Palabra de Cristo en su boca será lo que los conduzca por sendas de paz, por delicados pastos, junto a aguas de reposo, Esta es la diferencia de enseñarles religión a darles a conocer al Cristo Resucitado, lo cual va más allá del conocimiento o las prácticas religiosas.
Por tanto, no pierdas tu tiempo contándoles historietas bíblicas que enfatizan en la fortaleza, el valor, la obediencia del hombre, si no van acompañadas de la revelación del Jesús y su obra redentora en la Cruz que está escondida detrás de esas historias, Al contrario, muéstrales la Gracia de Dios en la vida de esos caracteres; cómo Dios escoge lo débil de este mundo para confundir a los sabios; muéstrale su amor al ser humano, su belleza, su poder y su victoria, de manera que logren verse en Cristo y no en sus propias fuerzas, y a temprana edad conozcan todo lo que son en El. Jesucristo no fue enviado como un ejemplo, sino como un espejo de quien eramos en un principio.
Ora con él o ella, trayéndole a Jesús las cosas que son importantes para ellos, por muy pequeñitas que parezcan. Por sus amigos, por aquellos que los persiguen en clase, el juguete que se les perdió, su examen, cierta ansiedad respeto a alguna materia y todo aquello donde ellos podrán experimentar el amor de Jesús personalmente. De esta manera aprenderán a esperar la benignidad de Dios sobre ellos y conocerán de quien proviene su provisión, su protección, su salud, etc.
Te dejo con este valioso consejo, el cual te será de mucha bendición:
“Si usted está abrumado hoy por la responsabilidad de ser padre, quiero animarle a creer que hay provisión y gracia para ser padres. En vez de preocuparse y estar ansioso por sus hijos, ore por que ellos experimenten la sabiduría, el favor y la protección de Dios por medio de Jesucristo. Antes de que se vayan a la cama por la noche, o antes de que irse a la escuela, solamente ponga sus manos sobre ellos y declare: “Porque tú eres un niño (o niña) de Jesús, día a día, estás creciendo en la sabiduría de Dios y en gracia para con Dios y los hombres! Jesús hará que tú estés en el lugar correcto en el momento correcto.” Deje su preocupación por sus hijos delante del Señor. Confíe en Él por la provisión de sabiduría para hablar palabras de aliento y vida sobre ellos, para que puedan tomar buenas decisiones en vez de ceder ante la presión de grupo. Mientras usted medita en Sus promesas de bendecir, proteger y equipar a sus hijos para los desafíos de la vida, sepa que el Señor le ha equipado y le ha provisto a usted con la gracia para ser un excelente padre!” Joseph Prince. Meditando para El Exito.
Shalom