Por fin regresamos a nuestro estudio de los Efesios. El capítulo 4 nos pinta la foto del Hijo de Dios surgido de la Gracia de Dios. Si no entiendes la rectitud por Gracia, te sentirás tentado a intentar en tu propio esfuerzo sus muchos “debes y no debes” o “has y no hagas”, más si ya has entendido la Gracia de Dios, estas cosas saldrán de tu nueva identidad en Cristo
“…ya no vivan como los que no conocen a Dios, porque ellos están irremediablemente confundidos. Tienen la mente llena de oscuridad; vagan lejos de la vida que Dios ofrece, porque cerraron la mente y endurecieron el corazón hacia él. Han perdido la vergüenza. Viven para los placeres sensuales y practican con gusto toda clase de impureza…. (Ef. 4:17-20 NTV)
Pablo nos dice que los gentiles están confundidos y en obscuridad porque no conocen a Dios, por consiguiente la Luz de Jesucristo no puede alumbrar su entendimiento. Puesto que su espíritu no ha nacido de nuevo, aún tienen el corazón de piedra que teníamos tú y yo antes de que recibiéramos vida eterna, cuando El Espíritu de Dios nos resucitó junto con Cristo, para que pudiera escribir sus leyes en nuestro corazón.
Pero eso no es lo que ustedes aprendieron acerca de Cristo. Ya que han oído sobre Jesús y han conocido la verdad que procede de él, desháganse de su vieja naturaleza pecaminosa y de su antigua manera de vivir, que está corrompida por la sensualidad y el engaño. En cambio, dejen que el Espíritu les renueve los pensamientos y las actitudes. Pónganse la nueva naturaleza, creada para ser a la semejanza de Dios, quien es verdaderamente justo y santo. (Ef. 20-24)
¿Cuál es la vieja naturaleza? el hombre bajo la Ley, bajo su propio esfuerzo, lo cual da fuerza al pecado y a los deseos de la carne. (1 Cor. 15:57) ¿Y cuál es la nueva naturaleza creada para ser a la semejanza de Dios? Te voy a dar una clave: Esta naturaleza es traducida en otras versiones como “La vestidura del Nuevo Hombre”. ¡Exacto! es nuestra nueva vestidura de rectitud bajo la Gracia de Dios, bajo la cual el pecado no tiene dominio sobre nosotros. (Rom. 6:14)
Esta vestidura nos ha creado a su semejanza: justos y santos. Mas nota que este cambio de vestidura viene al conocer la verdad que procede de Jesucristo.
Por lo mismo Pablo dijo que dejemos a un lado toda falsedad (4:25) y que hablemos verdad con nuestro prójimo. Jesucristo es la Verdad, mas dejar la Gracia a un lado lo hace solo mitad verdad, pues la Gracia y la Verdad son una sola y una misma:
Porque la ley por Moisés fue dada: más la gracia y la verdad por Jesucristo fue hecha. Juan 1:17 RVA (Reina Valera Antigua)
Este versículo, en su griego original dice: “La gracia y la verdad vino”. Muchas traducciones han querido corregir la gramática del Espíritu Santo, al escribir “la gracia y la verdad vinieron” más el griego original nos dice que la Gracia y la Verdad son una sola persona y ambas se encuentran en una sola persona: Jesucristo, quien es “lleno de Gracia y de Verdad”. (Juan 1:14)
Por lo mismo aquellos que claman tener la verdad pero se oponen a vivir o a que otros vivan, o crean en la Gracia de Dios, realmente solo tienen la verdad a medias, y una verdad a medias es una mentira. Nota que la verdad esta del lado de la Gracia, no del lado de la Ley.
Enseguida Pablo nos da una idea detallada de como actuaremos cuando creamos y hablemos la verdad: nos enojaremos pero no pecaremos, pues bajo la Gracia, el pecado no tendrá dominio sobre nosotros, el que robaba no robara más, y entonces estaremos habilitados a hacer lo bueno, pues de la abundancia de lo recibido por Gracia daremos.
Ninguna palabra corrompida saldrá de nuestra boca, sino sólo la que sea buena para edificación, según la necesidad del momento, para que imparta gracia a los que escuchan (4:29 Reina Valera)
La palabra de Dios es clara y específica, la palabra corrompida es aquella que contradice la Gracia de Dios, la que se opone a ella o la ataca, mas la palabra que edifica es aquella que imparte Gracia, no la que imparte temor, no la que imparte culpa o condenación, no la que imparte demandas y reglas.
Finalmente, Pablo nos exhorta:
Y no entristezcan al Espíritu Santo de Dios, por el cual fueron sellados para el día de la redención.
Hemos sido enseñados que el pecado entristecerá al Espíritu Santo, pero aquí Pablo nos aclara una vez más lo que significa entristecer o contristar al Espíritu Santo: Todo lo que digamos que no imparta Gracia, todo lo que hagamos menospreciando la Sangre que nos justificó, en otras palabras, “justificación por obras”, caidos de la Gracia de Dios entristecerá al Espíritu Santo, el Espíritu de Gracia. (Heb. 10:29)
Trabajar por nuestra rectitud entristece al Espíritu Santo, además de que todo lo que hagamos caídos de la Gracia de Dios será un vano esfuerzo, pues nadie puede quitarse la amargura, o controlar el enojo, la ira, o la malicia si no le es dado por Gracia, aun el dominio propio es un regalo de su Espíritu. Por lo mismo Pablo nos dice al final
Sean más bien amables unos con otros, misericordiosos, perdonándose unos a otros, así como también Dios los perdonó en Cristo.
Bajo la ley, si no perdonábamos no éramos perdonados, mas bajo la Gracia, perdonamos cuando entendemos cuan perdonados hemos sido; mientras no lo entendemos solo atentaremos perdonar, mas nunca será perdón genuino…yo sé lo que te digo.
En este último versículo la palabra “amables” es el griego “crestos”. Esta palabra es traducida generalmente como la bondad de Dios, su generosidad o benevolencia, así como “su gracia”. En el inglés esta palabra es “gracious”, que se traduciría como “gracioso” pero quizá porque en el español gracioso significa “chistoso”, este significado se perdió en la traducción, mas esta palabra es la misma usada en Mat. 11:30
Porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.
Y en 1 Pedro 2:3
si es que han probado ya la bondad del Señor.
La Gracia no es una enseñanza que te invita a pecar, la Gracia es el poder para no pecar, toda área que no esté sujeta a la Gracia de Dios la podemos traer bajo la Gracia de Dios. Nuestra manera de hablar, de relacionarnos con otros, de ver y tratar a los demás, o aún a nosotros mismos. Todo lo que hagas como resultado de creer en la Gracia de Dios, como fruto de su Espíritu, honrará a Dios y lo exaltará, y producirá más fruto que lo que hayas logrado en tu propio esfuerzo. Entones sin que te des cuenta, te hallaras caminando digno de tu llamado, con toda humildad y mansedumbre, con paciencia, soportándo – apoyando a otros en amor.
Shalom