Si has observado volar a los gansos, te darás cuenta que se deslizan por el aire en forma de V. El del centro, por lo general el más fuerte, rompe el viento y así los de los lados encuentran menos resistencia del mismo, de manera que los del final, los más jóvenes o más débiles, son llevados sin tanto esfuerzo.
De igual manera, los sufrimientos del Apóstol Pablo, así como los de todos los apóstoles y mártires, tenían el propósito de abrir el camino para muchos otros. Gracias a ellos los más pequeños podemos ser llevados por el viento que los llevó a ellos, el viento fuerte del Espíritu Santo, quien los usó para dejarnos cartas con todo lo que deberíamos aprender.
De las aflicciones de Pablo aprendemos que ninguna de ellas tuvo lugar por vivir bajo la ley; El de hecho murió por querer sacar a sus hermanos de la Ley, ejecutado por aquellos que trataban de impedirlo.
Pablo tuvo una total revelación de la Gracia de Dios, de tal manera que el perdón que recibió lo libertó de toda culpa por haber mandado ejecutar a tantos cristianos, Esteban entre ellos. Su transformación fue la prueba de que experimentó el arrepentimiento 180 grados, aún sin confesar sus pecados, pues él nunca nos habló al respecto.
Por lo anterior, él no sufrió los efectos de la maldición por vivir bajo condenación, puesto
que sus sufrimientos nunca fueron por pobreza o enfermedad, contrario a lo que se dice. Pablo era rico, pues era “fariseo de fariseos”, más todo lo que él era, todo lo que él tenía lo tomó por basura (Fil. 3:8-9) para poder depender completamente de la Gracia de Dios.
Así mismo, él era lleno de salud y vida,
de tal manera que incluso llevaban pañuelos o delantales de su cuerpo a los enfermos, y las enfermedades los dejaban y los malos espíritus se iban de ellos. Hechos 19:11-12
Más debido a que Pablo usó el término “espina en la carne”, (2 Cor. 12:7) algunos le han atribuido toda clase de enfermedades que él nunca padeció. Esta frase, al igual que “temor y temblor” era otro modismo hebreo, que significaba simplemente una “dificultad o irritación continua y persistente”.
Esta frase fue usada también en el viejo testamento, más fue traducida con otros términos: “espina en el costado” (Num. 33:55; Jueces 2:3), “espina en los ojos” (Josué 23:13) simplemente “espinos” (2 Samuel 23:6), refiriéndose siempre a gente tan difícil de tratar, o tolerar, tal y como una espina en los ojos, pueblos que vivirían al lado de los hebreos adorando otros dioses, robándoles su bendición si no los arrojaban de la tierra que Dios les había dado y poniendo en peligro su misma existencia y la de todo el mundo, considerando que de ellos vendría el Salvador del Mundo.
Pablo mismo explicó quien era su “espina en la carne”: “un mensajero de Satanás” una persona o personas que el diablo siempre llevaba a donde Pablo predicaba para alborotar a todos en contra de Él y tratar de impedirle que el Evangelio prosperara.
Más fue aquí cuando Pablo nos comparte la solución que le fue dada:
“Bástate mi Gracia, porque mi poder se perfecciona en la debilidad” 2 Cor. 12:9.
A eso se refiere Pablo cuando dice que así Dios lo mantenía humilde – pues así era como Pablo recordaba depender de Dios y de su Gracia. En nuestra debilidad, en la tentación, en donde algo nos falta, sea paciencia con los demás, o dominio propio, en los problemas mas fuertes y en la hora mas obscura, su Gracia siempre sobreabunda, especialmente cuando no sabemos qué hacer.
Él tenía prisa por regresar a ese lugar al que fue arrebatado donde escuchó cosas inexpresables y vio cosas indescriptibles (2 Cor. 12:2-4). Mas él tuvo que escoger entre el dilema de vivir por Cristo, o morir, lo cual el llamó “ganancia”. El mismo tuvo que tomar esa decisión:
Estoy dividido entre dos deseos: quisiera partir y estar con Cristo, lo cual sería mucho mejor para mí; 24 pero por el bien de ustedes, es mejor que siga viviendo. Fil 1:21-25
Esto nos muestra que al igual que Jesús, Pablo decidió el momento de dar su vida. A Jesús le era necesario morir por nosotros, más para Pablo, así como para todos aquellos que mueren por Cristo, es una opción y no un mandato. Pablo no se fue hasta que el mismo dijo:
He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, he guardado la fe…2 Tim. 4:7
Esto no quiere decir que éste sea el destino del cristiano, para Pablo, al igual que para muchos otros cristianos éste fue un privilegio y a ellos también les fue dado a escoger. Pudiendo haber escogido su liberación escogieron la muerte, de innumerables tortuosas maneras como se describe en Hebreos 11:32-40, mas nota que algunos aún recibieron de regreso a sus muertos (11:35). Me atrevo a pensar que si alguno hubiera escogido su vida, no hay condenación para aquel que está en Cristo Jesús.
Sé que para algunos la muerte suena más noble y se ve más fácil que tener que afrontar ciertas situaciones que se ven sin esperanza, o tener que esperar a que la aflicción pase, a que nuestros sueños se realicen, a que nuestra vida cambie; tener que sufrir a cierta gente que son como “espinas en los ojos” con paciencia, bondad y templanza.
Mas recuerda cuantos no conocerían la Gracia de Dios si El nos concediera a todos morir a nuestro antojo. Por lo mismo si Dios no te ha dado esa Gracia mi hermano(a) no temas que Dios te va a pedir que mueras por El. Tu muerte no es necesaria, la de Cristo fue suficiente y Él te necesita en vida para que al bendecir tu vida muevas a otros a envidia y a recibirlo a El. Esto es el significado de bendición.
Pablo fue ejecutado por causa del Evangelio, más su Evangelio aún no ha podido ser extinguido y si tu lees este blog, su Evangelio vive en tu casa y no podrás escaparte de su bendición, para que con ella animes a los que van al frente rompiendo el viento por ti, así como los gansos del final de la fila animan con su grasnido a los del frente.
Shalom