Llegamos al meollo del asunto y hoy Pablo nos mostrará que cuando habla de ‘sembrar’ se refiere a la enseñanza que se crea o se imparta, y será la cosecha la que tarde o temprano revelará la semilla que se sembró, en otras palabras, lo que salga del creyente como resultado de lo que creyó y recibió sera la única evidencia de lo que se sembró.
Si ‘sembramos del Espíritu‘, es decir, del Evangelio de Gracia y Verdad que vino por Jesucristo, dejando que el Espíritu se encargue de dar el fruto (Gal. 5:22-23), este fruto hablará por nosotros; por el contrario, si nuestro alimento es el evangelio de Moisés u ‘otros evangelios’ que lejos de no tener buena noticia en ellos, nos impiden participar de la vida de Dios, cosecharemos la corrupción de la carne (Gal. 5:19-21).
A esto mismo se refiere Pablo cuando habla de ‘no engañarnos’ creyendo que podemos engañar a Dios – ¿Cómo podríamos querer engañar a Dios? Adivina,… adivina….la misma cosa que dijo en Gálatas 5:4…. Acertaste: ¡Con nuestras obras de la Ley!
No se engañen; Dios no puede ser burlado. Todo lo que el hombre siembre, eso mismo cosechará. 8 Porque el que siembra para su carne, de la carne cosechará corrupción; pero el que siembra para el Espíritu, del Espíritu cosechará vida eterna.
No nos cansemos, pues, de hacer el bien porque a su tiempo cosecharemos, si no desmayamos. Gal. 6:7-8
Leámoslo de nuevo del Espejo de Francois Du Toit.
¡El fingir no engaña a Dios! (No seas desviado de tu propósito desafiando a Dios, como si fuese Dios quien te defraudó. La cosecha siempre revela la semilla. 6:8 La carne no puede competir con el espíritu….; Gal. 6:7-8a
La versión The Mirror en inglés llama a este fingir “Mundo del Espectáculo” (show busines). La Ley puede impresionar a muchos con su apariencia de santidad, espiritualidad y aun manifestaciones y milagros, no olvidemos que los hebreos en el desierto, después de haber visto el mar abrirse delante de ellos y cerrarse detrás de ellos, tragándose a quien los perseguía, comieron pan del cielo 40 años, tiempo durante el cual no se enfermaron, ni sus ropas se desgastaron; bebieron agua de la roca, sanaron al mirar a la serpiente, vieron la Gloria de Dios en el tabernáculo de día y de noche, fueron librados de sus enemigos repetidamente…. pero NO entraron a la tierra prometida, ¡murieron en el desierto por su incredulidad! (Heb. 4). Recordemos que bajo la Ley ¡no heredamos! pues la Ley no puede darnos vida, por consiguiente no puede producir el fruto del Espíritu, que es ‘fruto de Vida’, ya nos lo mostró Pablo en Gálatas, sólo puede producir las obras de la carne, que son “fruto de muerte”.
Así como con Adán, el fruto del árbol del bien y el mal produce muerte, mientras que la fe produce el fruto espiritual de vida eterna, en el tipo de vida de Dios. Toda buena obra tiene su cosecha predecible. No te desanimes en los tiempos intermedios. (Asegúrate que tus buenas obras sean motivadas por el amor y no por obligación. La fe trabaja por amor, y la obligación por esfuerzo propio.) Aprovechemos cada oportunidad para ser una bendición a todas las personas que conozcamos, sin ignorar a los que son la familia de la fe de Cristo.
Gal. 6:8(b)-10. The Mirror
Si no te hubiera convencido todavía de que Pablo está exhortando a los Gálatas a dar oídos sordos a los maestros de la Ley, dejaré que el final de este capítulo te convenza:
Miren con cuán grandes letras les escribo con mi propia mano. Aquellos que quieren tener el visto bueno en la carne les obligan a ser circuncidados solamente para no ser perseguidos a causa de la cruz de Cristo. Pues ni los que son circuncidados guardan la ley; sin embargo, quieren que ustedes sean circuncidados para gloriarse en su carne.
Gal. 6:11-13 RVA 2015
En el lenguaje del Espejo:
Para enfatizar lo que digo, escribiré lo siguiente con mi propia mano y letras grandes: Aquellos que los instan a circuncidarse sólo están tratando de evitar la persecución por la cruz de Cristo. Ellos prefieren quedar bien con sus colegas Judíos y así comprometer el mensaje de la cruz. Para ellos es sólo el signo exterior el que importa. Ni siquiera por la ley están preocupados, ellos quieren jactarse en su carne, como señal que ellos exitosamente los reclutaron para su causa.
Gal. 6:11-13 The Mirror.
Cualquier semejanza con la actualidad, no es coincidencia. Hoy ya no podríamos basarnos en la circuncisión para saber si el hombre es ‘convertido’, hoy tenemos muchas formas mas de aparentar que pertenecemos al club. Mas si tu amado(a) de Jesús, solamente puedes creer el evangelio que sale de la boca del hombre que viste con el atuendo o el color de tu club, asegúrate que sea el verdadero Evangelio. Por su fruto lo conocerás.
Concluiremos esta Epístola el próximo viernes.
Shalom y Gracia en Abundancia.