- Estableciendo la Verdad
- Gracia Merecida
- El No Evangelio
- El Tema de la Anatema
- Gracia por La Fe
- Identidad de Hijos
- La Identidad Original
Gracia y Paz para ti, ésta era la introducción favorita de Pablo, pues éstas son las Palabras de Jesús para todos los hombres descalificados por el sistema de la Ley, el cual tenía cautiva a la humanidad. !Gracia para ti, tus pecados han sido perdonados, tus deudas han sido pagadas! Dios, por su fidelidad, vino como el Segundo Adán – Jesús, para volver a la tierra las obras de este infiel Adán y poder levantarte de muerte a vida eterna juntamente con Él, restaurándote como originalmente te hizo, a su imagen y semejanza, unido de nuevo a Él por Su Espíritu, para que no sea mas tu infidelidad la que te condene y te aparte de Él, sino para que sea su fidelidad la que te salve del presente “siglo malo”. (Ver Gal. 1:1-4)
Recordemos que malo es la palabra griega “poneros”, que significa “lleno de labores”; ese era el sistema de la Ley, por el cual el judío intentaba ser aprobado por Dios, mas Dios dejó bien claro que por las obras de la Ley, ningún hombre sería justificado (Rom.3:20), y por ello nos dio a su Hijo Jesús, quien se entregó por nosotros para que por lo que Él hizo pudiéramos tener la Paz, al haber quitado toda condenación y descalificación de nosotros que aquel sistema nos había heredado. ¡Esta es la Buena Noticia! ¡Esta es Su Gracia!. Esta Gracia abundará en tu vida al conocer a Dios como tu Padre a través de Jesucristo, quien revela la vida de nuestro diseño.
Por ello Pablo se alarmó tanto cuando vio que este viejo sistema se había infiltrado entre los Gálatas, pues aunque parezca bueno, como lo parecía el Arbol del Conocimiento del Bien y del Mal, produce la muerte al cancelar la obra perfecta de Jesús.
Si el hombre hubiera podido hacer todo lo que el Libro de la Ley marcaba (Josue 1:8) habría podido hacer prosperar su camino y todo le habría salido bien, y habría hecho innecesaria la muerte de Jesús, mas cuando Jesús vivió entre nosotros, encontró un pueblo enfermo, empobrecido y oprimido por el mismo sistema en el que ellos creían, y por ello dijo: “yo he venido a librar a los cautivos y a los oprimidos por el diablo” Luc.4:18.
No es exagerada la advertencia de “auto-destrucción” (anathema) que Pablo hace a aquellos que intentaban re-introducir la Ley.
Hemos visto en este capitulo cómo Pablo recibió directamente del Cristo – el Jesús Resucitado, el mismo Evangelio que salvajemente intentaba destruir (Gal. 1:23); tal revelación de “la integridad de su identidad original rescatada en Cristo” (Gal. 1:6 El Espejo) lo dejó tan persuadido que no quiso recurrir a ningún otro hombre, ni siquiera aquellos que caminaron con Jesús, sino que esperó 3 años antes de subir a Jerusalén
La paráfrasis “El Espejo” lo narra de esta manera:
Esto es radical! Yo deliberadamente me distancié de Jerusalén y de los discípulos de Jesús y llegué a Arabia antes de regresar a Damasco. (El peso de tal revelación me dejó sin alternativa; en lugar de indagar mas acerca de Cristo en la historia, deseo descubrir mas de Él en mi!) Ver también 2 Cor. 5:-16
Entonces 3 años después me aventuré hacia Jerusalén, específicamente para conocer a Cefas. Acabé por quedarme con él dos semanas. Durante este tiempo no vi a ningún otro de los apóstoles, excepto a Santiago, el hermano menor de Jesús. Gal. 1:18-19
No es coincidencia que Pablo fuera al encuentro de estos dos personajes, quienes al igual que él, recibieron esta revelación durante un encuentro privado con Jesús, después de su resurrección (1 Cor. 15:5 y 7): Cefas (Pedro, en arameo) y Jacobo, el hermano de Jesús (Mat. 13:55, Mar. 6:3, Mar. 16:1), que en nuestra Biblia conocemos como Santiago y que en el hebreo significa “reemplazador” o “substituto”.
Curiosamente, estos dos nombres juntos nos recuerdan la verdad que Pablo declaraba: la piedra – el Sistema de la Ley ha sido reemplazado.
En cuanto a Jacobo, durante la vida de Jesús, ni él ni sus hermanos creyeron que él fuera el Mesías (Juan 7:5), sin embargo, Jacobo también tuvo el privilegio de recibir la revelación de su identidad directamente de Jesucristo; lo leemos en su propia epístola, que te traduzco de la versión “El Mensaje”
Cada regalo deseable y beneficioso viene del cielo. Sus regalos son ríos de luz en cascada que desciende del Padre de la Luz. No hay nada engañoso en Dios, nada de dos caras, nada voluble. Él nos trajo a la vida usando la Palabra verdadera (Jesús, énfasis mío), quien hace alarde de nosotros como la corona de todas sus criaturas. Sant. 1:17-18
El comentario de El Espejo de la Palabra respecto a este verso es el siguiente:
“De repente Santiago se dio cuenta que el Padre de las Luces había dado a luz a la humanidad por la Palabra de verdad eterna, la palabra que se convirtió en carne y que murió la muerte de la humanidad y la levantó en “novedad de vida” en su resurrección !Si tan solo el hombre escucha esta palabra y ve el rostro de su nacimiento en este espejo! (Sant.1: 23 y 24)
Como Pedro lo admitió: “Fuimos nacidos de nuevo cuando Jesus resucitó de entre los muertos (1 Pedro 1:3).
La Palabra que existía antes del tiempo es nuestro génesis.”
…
Pablo, Pedro y Santiago compartían una revelación vital; los tres descubrieron su identidad original mas allá de su nacimiento natural.
Pablo usa el nombre Cefas que en el hebreo enfatiza su significado – Roca -esta roca fundamental es la revelación de la verdadera identidad del hombre y de su origen (Mat. 16:17 y 18) ekklesia significa literalmente “identidad original” (“ek”= preposición que denota origen y “kaleo” que significa “llamados”).
“En boca de dos o tres testigos sea toda verdad confirmada“. (Deut. 19:15)
Estas tres personas recibieron la misma verdad directo de Jesucristo. La Piedra de la Ley ha sido reemplazada. En Cristo la humanidad ha nacido de Nuevo. El es tu espejo. La Ley impedirá que te veas en su imagen. Esta es la verdad que establece el primer Capitulo de Gálatas y la autoridad de Pablo para entregar el Evangelio a los gentiles.
Te invito a regresar la próxima semana para comenzar el Capítulo 2.
Shalom.
