Como fue profetizado en Isaías 60:2, el mundo que enfrentamos en nuestros días es un mundo en tinieblas, de aguas contaminadas, comida adulterada, industrias controladas por la avaricia y la corrupción, mentes depravadas, maldad desenfrenada y una tierra enfurecida que clama por la manifestación de Los Hijos de Dios, los cuales pronto se encontrarán en todos los rincones de la tierra clamando y proclamando a una “ABBA, Padre”; solo bajo este nombre podremos atravesar sin daño alguno con su gloria sobre nosotros, aún si camináramos por valle de sombra de muerte (Salmo 23:4)
Por lo mismo es importante que sepamos ser guiados por el que vive su vida en nosotros para que podamos ser protegidos. Hemos hablado en lecciones pasadas acerca de aprender escuchar lo que Dios nos habla.
Recuerdo una persona que fue atacada por una mujer poseída por el diablo; antes de salir a hablar con ella, el Señor le dijo: “Deja que tu esposo la atienda”. Mas cuando ella fue a decirle a su esposo, él estaba relajándose en la tina después de un día de trabajo arduo y no quiso interrumpirlo, por lo mismo desobedeció la voz del Señor que ella claramente había escuchado y tuvo que afrontar las consecuencias ella sola, no sólo el shock de la confrontación, sino las marcas que la misma le dejaron en su cara y en su alma y su esposo no pudo ayudarla porque estaba sumergido en la tina y no escuchó.
Algunas personas que trabajaban en las Torres Gemelas durante el ataque de Sep. 11, 2001, sobrevivieron debido a que algo les impidió llegar a tiempo. De hecho, Rudy Gulliani compartió durante un desayuno que los terroristas habían subestimado la protección de nuestro Dios, pues no consideraron que Nueva York es una ciudad donde la gente llega tarde todo el tiempo y que el número de muertos habría sido 20 veces mayor si las cincuenta mil persoas que las torres albergarían unos minutos más tarde hubieran llegado a tiempo.
Una secretaria que trabajaba para Merril Lynch , en una de las Torres fue despedida el día anterior. Algunos sobrevivieron a pesar de que quedaron sepultados en los escombros y vieron caer 1000 a su lado mas a ellos no los tocó, como lo podrás oir en el testimonio que incluyo al final de este mensaje, el cual tiene subtítulos que pueden ser traducidos en español, o en muchos idiomas mas.
Yo misma recuerdo cuando un terremoto mató miles de personas en la ciudad de México en 1985, cuando yo debía haber estado con mi hijo en un hospital que estaba en una zona que se derrumbó. El Señor me impidió llegar a tiempo y me cubrió de tal manera que ni siquiera sentí que hubo un terremoto, pues me quedé dormida en el autobús, por lo mismo no podía comprender tal devastación cuando desperté de repente y me bajé del autobús con mi pequeño.
Muchos cristianos no sabemos entender la voluntad de Dios porque esperamos que Él siempre nos va a hablar, o a dar señales. ¿Con quién debemos casarnos? ¿Dónde debemos estudiar? ¿Qué debemos estudiar? ¿Este trabajo es de Dios? ¿Este(a) hombre/mujer me lo(a) envió Dios o el diablo? ¿Esta casa? ¿Este viaje?
Sin embargo, no siempre nuestro Padre nos protegerá desviando nuestro camino, o desviando los dardos del enemigo, o con una voz audible, o aun con esa suave voz en el interior de nosotros que a veces llegamos a escuchar. Aunque todo dependerá de nuestra relación con El, la manera de saber lo que su Espíritu nos habla sin fallar es por medio de Su gozo en nuestro corazón, junto con Su Paz.
Idealmente, cuando el deseo es ferviente y su Paz esta con nosotros, solo hay que esperar que la puerta se abra. En ocasiones tenemos el deseo, mas no la puerta abierta, o en otras la puerta se abre, mas el deseo ya no está ahi y existe cierta resistencia en nuestro interior.
2 Cor. 2:12 nos habla de una ocasión en que a Pablo se le abrió una puerta que él no tomó porque la paz de Dios no estuvo con El:
Cuando llegué a Troas para predicar el evangelio de Cristo, y se me abrió una puerta en el Señor, no tuve reposo en mi espíritu al no encontrar a Tito, mi hermano. Despidiéndome, pues, de ellos, salí para Macedonia.
Pablo prefirió obedecer la paz interior que una circunstancia externa. Quiere decir que aunque el Señor abra puertas, no todas las puertas son para que nosotros las crucemos. Más que seguir una puerta abierta Dios quiere que obedezcas el descanso en tu espíritu. Muchos cristianos se guían por circunstancias o señales, por voces, aun de profetas, en vez de preguntarle a El y obedecer el descanso en su espíritu.
Por otro lado, algunos esperan sentir la paz de Dios para estar seguros de no equivocarse, cuando esta paz debería ser la que gobierne nuestro interior como estilo de vida. por tanto, la ausencia de paz debe ser la luz de alarma.
Si por algun motivo el video no se ve en la parte inferior, aqui te dejo el link:
http://www.youtube.com/embed/bHrsDsuYxgI/
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Shalom