Pues todos los que han entrado en el descanso de Dios han descansado de su trabajo,.. Heb 4:10
Mi amigo(a), hoy por fin entenderás el por qué enfaticé tanto sobre los temas anteriores. Si no pudiste leer esos mensajes, lo que leas esta semana quizá te haga querer leerlos, y esa es mi oración.
En mi opinión, la humanidad que Cristo redimió con su sangre ha sido saboteada por la religión, cual quiera que sea su nombre. La religión, a través de su enseñanza distorsionada, le ha cambiado a la humanidad su oro y su plata por monedas falsas, y su vestidura de lino fino por trapos de inmundicia. De ahí proviene todo lo torcido que acontece en el mundo material.
Mi objetivo es que la gente con un corazón tras el corazón de Dios, un corazón por su Hijo Jesucristo, pueda llegar a la raíz de aquellos problemas y aflicciones que se originan por no conocer lo que les fue dado en la Cruz gratuitamente. Mi deseo es que la humanidad entera – La Novia de Cristo – sea libre, que le sea devuelto lo que le ha sido despojado: salud, finanzas, relaciones restauradas, y que goce del “Shalom” que Cristo nos devolvió con su sangre.
Cuando pasamos por el día malo, inmediatamente nos culpamos y decimos: “¿Por qué a mí?”, “¿Que estoy haciendo mal?”, o “¿Qué pecado cometí?” Ciertamente, Jesús nos advirtió que en el mundo tendríamos aflicción, más no olvidemos que él venció al mundo. Mucho de lo malo que nos ocurre no es por lo que hicimos mal, sino por la mentira que creímos de nosotros mismos, y también, por la verdad que no sabemos o que no creemos. Con tristeza he visto morir parientes y amigos muy queridos que se han ido engañados creyendo que su sufrimiento era la voluntad de Dios.
Tristemente, el Evangelio de Gracia ha sido tan encubierto por la religión, que la gente se espanta cuando oye la verdad. Recuerda que fueron el gobierno y los religiosos del tiempo de Jesús los que sirvieron como manos para darle tal muerte. Este espíritu anticristo no es simplemente aquel que no puede decir “Cristo”, sino aquel que desprecia a la humanidad por ser portadora de la imagen y la semejanza de Dios, por lo que siempre impedirá que encontremos nuestra verdadera identidad en Cristo, quien vino a mostrarnos al Padre.
El Señor dijo que en los últimos días, esta bestia agotaría a sus santos (Dan. 7:25). Algo me dice que estos últimos días ya comenzaron, pues el Pueblo de Dios está atrapado en la carrera de ratas del mundo, cada día con menos tiempo para sentarse a contemplar a Jesucristo, no solamente en la escritura, sino en todos los seres humanos, donde ahora vive. Entrar en su reposo, era la única labor que quedaba por hacer, y el único temor, el no poder hacerlo.
Todavía sigue vigente la promesa que hizo Dios de entrar en su descanso; por lo tanto, debemos temblar de miedo ante la idea de que alguno de ustedes no llegue a alcanzarlo. (Hebreos 4:1)
A pesar de que estamos rodeados de tecnología, diseñada para simplificar nuestra vida, las distracciones son cada día mayores. Hay que actualizar el teléfono, las aplicaciones, hay que pagar la suscripción para no quedarse atrás. Ya nadie tiene tiempo para el televisor. Las redes sociales ahora nos requieren y compiten por la atención, sin mencionar las demandas que llueven sobre nosotros, las cuales son satisfechas de nuestro propio esfuerzo, aún para producir nuestra propia fe, por lo que el amor de muchos se está enfriando.
Recuerda que el 666 en la “mano derecha” o en la”frente”, sea una marca física o virtual, una persona o un sistema de gobierno, representa al hombre glorificado viviendo totalmente de su confianza en si mismo y en su habilidad física o intelectual, con un total rechazo de la Gracia de Dios y de la identidad que esta nos otorga.
Este espíritu va en aumento no solo en las instituciones religiosas y de gobierno del mundo entero, que ahora gobierna también la salud, la educación y la comunicación, sino en la misma iglesia cristiana y en sus enseñanzas. Aun para tomar un café con una persona, el tiempo asignado por su agenda se ve interrumpido por una nueva notificación del celular que no podemos perder. ¿Cómo contemplar a Cristo en una persona frente a frente, si podemos disfrutar más de muchos desconocidos que nos dan su aprobación digital?
Aun las mismas redes sociales se han llenado de lo que creemos que es él Evangelio’, sin aceptar que no hay efectividad en el mismo. Mientras tanto, el verdadero Evangelio no está obteniendo suficientes ‘Likes’, mientras que el pueblo de Cristo muere prematuramente sin recibir su herencia, padeciendo enfermedades y plagas que eran para el incrédulo.
Mas a los que Dios nos dio la Gracia de quitarnos las escamas de los ojos, sabemos que el verdadero evangelio es algo tan grande, tan bueno y maravilloso que el diablo necesita cegar los ojos de la gente para que no lo vean o lo crean.
Esta carrera de ratas ha incrementado el nivel de estrés, en el cual se originan mas del 70% de todas las enfermedades, según la Clínica Mayo. Este estrés también afecta nuestras relaciones personales, nuestras actividades y habilidades.
Aunado a ello, se nos ha comenzado a aislar con la amenaza de enfermedades de origen dudoso, algunas, imaginarias, que han creado una brecha más entre los seres humanos.
El temor de todos los tipos es la raíz del estrés. Hoy en día existen demasiados temores para poder contarse: temor al cambio, a la muerte, al futuro, a los virus, a lo desconocido, a la obscuridad, a ciertos animales, a las alturas, al agua, a volar, a hablar en público, a ser rechazados, entre muchos otros.
El mundo lucha por controlar estos temores con métodos científicos y seculares, mas no las puede erradicar porque no saben que estos tienen su raíz en otra de origen espiritual – esta es la condenación.
A través de la condenación el diablo nos predispone a la destrucción, acusándonos con nuestros pecados, nuestras faltas e inhabilidades, o las de los demás para crear nuevas diferencias entre los seres humanos; de esta manera nadie pueda entrar a nuestro rescate en el momento en que dirige sus dardos de fuego hacia nosotros.
En resumen, cuando hay condenación habrá temor, cuando hay temor habrá estrés y cuando hay estrés habrán manifestaciones de la maldición en forma de problemas, pobreza, o todo tipo de enfermedad.
Regresa mañana para poder confirmarte con la escritura como estas raíces aparecen y como pueden ser extirpadas de nuestra vida.
Shalom.
Revisión: Marzo, 2024