Como te mostré en mi blog anterior, Babilonia fue la precursora de la mayoría de los sistemas de nuestro mundo moderno; muchos de los gobiernos y religiones de hoy, comenzaron ahí, no solamente las creencias idólatras y falsas, sino toda creencia basada en la Ley proviene de esta cultura primitiva, siendo todas estas contrarias al Evangelio de Gracia, el cual lejos de traernos religión, nos trae libertad de la opresión y la esclavitud de estos sistemas babilónicos.
Dios invitaba a su pueblo a salir de Babilonia (Jer. 51:45), y en el libro de Revelación reitera su invitación a todas las generaciones por venir. Pero ¿cómo lo hacemos? Para entender cómo Dios revertiría los efectos de Babilonia en la humanidad, es necesario comenzar con el principio, con Abram, a quien Dios sacó justamente de Babilonia, que en aquel tiempo era ‘Sumeria’.
Muy pocos se han dado cuenta que Abram no era ‘cristiano’, ni tampoco hay mención de que él fuera un hombre ‘justo’ originalmente, como de Job se menciona; él vivía la vida común de su tiempo, la única diferencia fue que él escuchaba y le creía a Dios; asimismo, muy pocos son los que han observado que Dios se relacionó con Abram sin importarle su cultura y mentalidad ‘pagana’; mas lejos de imponerle una Ley, lejos de castigarlo o de matarlo por lo que creía, le mostró su Gracia y lo corrigió con tanto Amor que lo convirtió en “Abraham” – “Padre de muchas naciones”, aun cuando esto ya no era posible en el cuerpo de Abraham.
La manera en que Dios corrigió a Abram fue sencilla y no muy diferente de la manera en que lo hace con nosotros: primero le anunció el Evangelio de Gracia, y cuando Abram creyó, Dios lo contó como ‘Justo’, y como era la mentalidad de los pueblos, hizo un pacto perpetuo con Abram, mientras dormía, sin que Abram hubiera hecho nada, solo creer y descansar.
Te preguntarás: ¿Cuál evangelio, si Jesús aún no nacía? Leámoslo en Gen. 15
Primero leerás que Dios le dijo a Abraham que mirara al cielo y contara las estrellas (15:5). Esta palabra “contar” es ‘caphar’ o “sä·far’, la cual se usa tanto para contar números, como para contar relatos o ‘declarar’, como en “Los Cielos cuentan (declaran) la Gloria de Dios”. Salmo 19:1
Dios le mostró el cielo a Abram para revelarle lo que los cielos declaraban en aquel entonces: la “La Gloria de Dios”,
1) quien nacería de su misma simiente, en forma 100% humana, de una virgen humana (Virgo);
2) quien viviría entre nosotros como nuestro Buen Pastor (en aquel tiempo, la constelación de Orión, mencionada en el libro de Job, cuyo significado en sumerio era “el Verdadero Pastor del Cielo”);
3) quien llevaría nuestras cargas, haciéndonos descansar de la obra de nuestras manos – de nuestra ardua labor (Tauro, ‘el Toro del Cielo’, en sumerio, que en aquel tiempo incluía a “Las Pleiades”, mencionadas también en el libro de Job);
4) quien se convertiría en nuestro Cordero de Dios (Aries);
5) quien nos libraría de la mano del cazador para siempre (Sagitario);
6) quien pondría a morir al Viejo hombre – el hombre hacedor, (la constelación de Perseo – que en sumerio significa ‘Hombre viejo’);
7) quien enderezaría lo torcido (la constelación Gam),
8) y separaría de nosotros la imagen distorsionada (la definición de ‘hamartanos’, traducida como ‘pecado’) que nos hizo perder de vista nuestra imagen a semejanza de Dios (Capricornio);
9) quien nos haría salir de la arena en la que nos escondíamos en donde edificamos nuestra vida, caminando desorientados, de lado, como cangrejos (Cáncer), llenos de labores, dificultades y disgustos, llena de estrés e incertidumbre, que también puede producir cáncer.
10) ¡Al levantarse de la tumba como el León de Judah! (Leo)
10) levantaría a las humanidad entera de todas las naciones junto con él (Piscis)!
11) y restauraría así nuestra inocencia, identidad e imagen a semejanza de Dios – el significado de Su Justicia (Libra)
12) reparando así la obra de su hermano Adán, y viviendo como ‘Dios con nosotros’ – el significado de Emmanuel. en unión ininterrumpible e irrompible con el ser humano para siempre (Géminis),
13) Y al morir la muerte del hombre esclavo y levantar uno nuevo en unión con él, le quitaría para siempre su aguijón a la muerte (Escorpio)!
Asi fue como Dios hizo salir a Abram del sistema babilónico, muchos años antes de que Dios lograra hacer salir a este sistema de Abraham. De hecho, la práctica de procrear un hijo con la esclava de su esposa cuando ella no pudiera tener hijos, surgió de su tradición; el mismo diezmo que Abram pagó a Melquisedec, como lo mencioné anteriormente, era según lo establecido por el sistema de sus días; el sistema piramidal de clases y jerarquías; incluso, Abram reconoció a Melquisedec como este sistema lo establecía, aunque el no sabía que estaba profetizando a Jesucristo. La justicia desigual entre las castas, y aun la práctica de entregar a los mismos hijos en sacrificio, surgió de ahí, siendo el primogénito la base de este sistema y el ofrecimiento de los hijos una práctica común entre los pueblos que surgirían de Babilonia. De hecho, la muerte de los primogénitos de Egipto simbolizaba que este sistema perdería su relevancia, gracias a la muerte del unigénito de Dios! que reemplazaría al primogénito Adán. Por algo la serpiente siempre trató de impedir que la “simiente” le aplastara la cabeza al tratar de deshacerse de José; más adelante, del bebé Moisés; y del bebé Jesus mismo.
Hoy no necesitamos consultar más a las estrellas para conocer la perfecta voluntad de Dios para nuestra vida; Ya no importa lo que las estrellas digan, pues ¡nuestra estrella de la mañana nos ha alumbrado! Su voluntad ya nos ha sido revelada, esta voluntad fue “quitar lo primero para traer lo segundo” (Hebreos 10:9), esa es la historia que el verdadero Evangelio pregona, el cual comunica todas estas cosas que Abraham experimentó al creer, y que a nosotros nos han sido heredadas, por Gracia (¡pues por la Ley no heredamos! ) una fe como la de nuestro padre terrenal, Abraham (Gal. 3:14-29), quien creyó en la fe de Dios, nuestro Padre Celestial . Por esta fe, Dios ha levantado Hijos de Dios, ya no de Abram y nadie necesita mas comprobar su lineaje y genealogía para sentirse puro, legítimo y valioso.
Lamentablemente, la mente babilónica logró que los hijos de Israel olvidaran quienes eran después de 400 años de esclavitud en Egipto, mismo que era otra extensión del sistema babilónico, tanto en su sistema de gobierno, estilo de vida, así como en sus creencias religiosas. Este sistema llegó a afectar tanto el alma de los israelitas, que aunque Dios los hizo salir de Egipto con señales y prodigios, ellos se llevaron a Egipto con ellos.
Fue ésta la razón por la que provocaron a Dios a darles “La Ley”, cuando lo retaron: “todo lo que nos digas lo haremos” (Éxodo 19), fue por ello también que demandaron “Reyes” y “jueces”, como las naciones babilónicas de Canaán (1 Sam.8:6), y Dios trató con ellos usando lo que ellos pedían – les dio la ley y a sus reyes y jueces para hacerles sentirse “en casa” y para que ellos les hicieran anhelar la llegada de un Rey justo, Jesús, quien los libertaría de ese sistema de esclavitud y muerte.
Mientras tanto, su distorsión, desorientamiento y ceguera (su Cáncer, quedó registrados en sus libros de los Reyes, de de sus Crónicas y en los libros de los Profetas. Esta ‘pérdida de identidad’ llegó a ser tanta, que después de haber sido libertados de su esclavitud en Egipto y haber llegado a su Tierra Prometida, terminaron de regreso en la misma Babilonia de la que su Padre Abraham escapó, bajo el Rey Nabucodonosor, quien al final creyó en el Dios de ellos (Dan. 4:37) poco antes de que aquella ciudad fuera destruida (Daniel 5)..
Este final fue profetizado repetidamente (Jer. 51, Is. 13, etc). cumpliéndose al pie de la letra, lo cual es la prueba de que Dios mismo habló (Deut. 18;22); ésta fue la intervención de Dios en favor de su raza humana, como lo volverá a hacer en el Capítulo 17 de Apocalipsis, el cual también se ha cumplido al pie de la letra. De ello aprenderemos en el siguiente blog .
Gracia y Paz en Abundancia
Rev. Mar, 2020