Las Obras de la Fe – Abraham el Justo

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Para terminar con el tema de la aflicción, veamos dos vidas que ejemplifican cómo la revelación que se tenga de nuestro Señor Jesucristo  determinará  el tipo de fe que tengamos, y por consiguiente nuestra manera de actuar, así como nuestro fracaso o nuestra victoria en la guerra espiritual.  Estas vidas son las de Abraham y la de su sobrino Lot.

En cuanto a sus similitudes,  ambos fueron justificados por la fe, ambos  vivieron bajo la Gracia, pues la Ley no había sido dada; ambos salieron del mismo lugar,  de la misma familia y ambos llegaron a ser  extremadamente ricos,  mas sus caminos tomaron rumbos distintos y terminaron en mundos diferentes, Abraham viviendo grandemente bendecido y alcanzando su máximo potencial y Shalom; lo contrario de  Lot, quien vivía frustrado y en un ambiente de pecado y derrota, sin poder, ni querer alcanzar tal potencial y tal Shalom.

Génesis 12 narra como Dios llamó a Abraham a salir de entre su tierra y su parentela,  y “Lot se fue con él”   (12:4), aparentemente sin que Dios se lo dijera.

Vemos en la vida de Abraham solo había un anhelo y éste era la presencia de Dios;   al lugar que llegara lugar donde edificaba un altar para invocar esa  presencia, en Canaán, en Betel, en Mamre (Gen. 12:7-8,   13:18) y entre altar y altar Dios multiplicaba su riqueza y aún la de Lot, quien la Biblia no indica que tuviera alguna relación personal con Dios.

Llegó el momento en que  Lot y Abraham tuvieron que separarse, (13:8-9)  pues sus Quarrelsposesiones llegaron a ser tantas que no cabían en la misma tierra, creando discordia entre los siervos de ambos. Los Cananeos y Ferezeos que vivían junto a ellos debieron presenciar tales discordias (13:7)  y a Abraham le importaba que su testimonio glorificara Dios.  Abraham escogió las alturas de Canaán  y Lot las llanuras del Valle del Jordán, tierra vasta y bien regada, “como el Huerto del Señor”, muy hermosa a los ojos, mas  llena de maldad (13:10-13)

Curiosamente, no fue hasta  que Lot se separó, cuando El Señor le mostró a Abraham su heredad y le dio su promesa de que su descendencia sería  incontable  (13:14-16)

Años después, durante una guerra contra los reyes de Sodoma y Gomorra y sus aliados,  4 reyes se apoderaron de todos los bienes de esas ciudades,  y Lot y su familia fueron llevados cautivos, junto con todas sus posesiones, mas su tío Abraham y sus siervos los rescataron.  Al regresar de la batalla, Melquisedec,  Rey de “Salem”, que significa Paz, (hoy Jerusalén),  sacerdote del Dios Altísimo, le sale al encuentro con  pan y vino y  lo bendice:

 “Bendito sea Abram del Dios Altísimo,
Creador (Dueño) del cielo y de la tierra;

 Y bendito sea el Dios Altísimo
Que entregó a tus enemigos en tu mano.”
Y Abram le dio el diezmo de todo Gen. 14:18-20

Justo cuando Abraham acababa de obtener una gran victoria y se encontraba agotado, con su tanque vacío, cuando muchos de nosotros somos más susceptibles a la frustración, o a la tentación, fue cuando este personaje, que tipifica a Jesucristo, le recuerda a Abraham que Dios es el  Dueño de todas las cosas en el cielo y en la tierra  y con los mismos elementos que Jesús nos dejó para anunciar su muerte y ganar nuestras batallas, con ellos Abraham recuperó sus fuerzas y no pudo ser tentado a tomar nada del Rey de Sodoma,  pues su buena opinión del Dios que proveé todas las riquezas fue confirmada con las palabras de este Rey y basado en esta fe, le entregó el diezmo de todo lo que tenía. El Diezmo es el símbolo del todo.  Una vez este “todo” en manos del Rey de “Salem”, el Rey de Paz,  el diablo no podría tocarlo.

Estos eran los bienes de Lot,  mas no fue Lot el que le entregó el diezmo de todo,  tampoco fue con Lot con quien Melquisedec quiso partir el pan y el vino, fue con Abraham;  sin embargo Lot después de haber sido rescatado se regresa a Sodoma, donde se  convirtió en persona de influencia, por lo mismo se sentaba en la entrada de la ciudad, donde se juzgaban todos los asuntos.  (Gen. 19:1)

Muchos años pasaron y el Señor se apareció de nuevo delante de Abraham,  junto con dos ángeles,  para traerle buenas y malas noticias  y nota la hospitalidad de Abraham:

HospitalityAl verlos corrió de la puerta de la tienda a recibirlos, y se postró en tierra, y dijo: “Señor mío, si ahora he hallado gracia ante sus ojos, le ruego que no pase de largo junto a su siervo. Que se traiga ahora un poco de agua y lávense ustedes los pies y reposen bajo el árbol. Yo traeré un pedazo de pan para que se alimenten y después sigan adelante, puesto que han visitadoa su siervo.” “Haz así como has dicho,” dijeron ellos.  Gen. 18:2-5

Durante su convivencia, El Señor le da a Abraham las buenas noticias de  que en un año tendría un hijo de su esposa Sarah,  y enseguida le anuncia la destrucción de Sodoma y Gomorra, diciendo: “¿Ocultaré a Abraham lo que voy a hacer? (Gen 18:17),

Mientras sus ángeles se dirigían hacia Sodoma, El Señor se detuvo para escuchar a Abraham interceder por la ciudad donde vivía su sobrino Lot.   Por cierto que el nombre de Lot en el hebreo significa “cubierta”  o “velo”.  El próximo lunes entenderás por qué.

Shalom.