La escritura nos mostró que el que permanece en Cristo no peca. Esto no quiere decir que al día siguiente de haber nacido de nuevo, nunca mas actuaremos bajo nuestro esfuerzo, sin ansiedad o sin incredulidad; mas una vez nacidos en El, permaneceremos en El, independientemente de nuestro desempeño, de la transformación que experimentemos o la velocidad con la que ésta se lleve a cabo; transformados o no transformados, nuestra Justicia seguirá viniendo de Dios.
Mientras esa transformación llega, existe la posibilidad de que no siempre actuaremos conforme a la Gracia. Si Jesús nos dijo “Por nada estés afanosos” es porque El sabe que llegaremos a estarlo; si El nos dijo “no temas” es porque El sabe que llegaremos a temer y a angustiarnos. Además, somos criaturas de hábito, el hábito nos hace comer lo que no necesitamos, y vivir como algo que ya no somos. Sin embargo, lo que creemos acerca de nosotros mismos se irá alineando a la verdad conforme nuestra revelación de lo que somos en Cristo aumente.
No obstante lo anterior, una señal de que nos hemos resbalado hacia la Ley es el sentimiento de culpa o condenación, pues ambas apuntan hacia el pecado, ya sea el propio, o el de los demás.
Alguna gente que se resiste a la Gracia, principalmente líderes religiosos, preguntan: ¿Cuanto tiempo es suficiente para que los creyentes dejen de vivir en pecado, o para que produzcan las obras de la fe? ¿Cuanta Gracia es suficiente?, refiriéndose a aquellos en su congregación que aún viven bajo lo que la Ley marca como pecado (concubinato, homosexualidad, drogadicción, y muchas otras cosas)
Realmente, Dios no le puso una fecha límite a Abraham para dar una muestra de su fe. Dios lo contó como “justo” desde el momento en el que Abraham le creyó, décadas antes de que entregara a su Hijo Isaac como señal de que había creído. Si el que pregunta es un líder religioso, la pregunta correcta debe ser: ¿Estoy alimentando a mis ovejas con el alimento correcto? ¿Con ell Pan de Vida? ¿Quien está criando a mis ovejas, Agar o Sarah? ¿Les estoy enseñando a recibir “abundancia de Gracia y el don de Justicia” o “abundancia de acusación y condenación”; ¿Como estoy edificando su identidad, sobre oro y plata o sobre papel y hojarasca? ¿Sobre el Espíritu o sobre la carne – la Ley? ¿Creo que si extiendo la Gracia a mis ovejas será suficiente para que dejen de pecar, o les sirvo una poca de Ley, la cual es la fuerza del pecado?
Desde luego, no todo el que se dice cristiano realmente lo es. Ya vimos como Judas permaneció al lado de Jesús viviendo como uno de ellos hasta que reveló ser “hijo de perdición”. Hugo Chávez dijo ser cristiano para ganar el voto protestante que podía dejarlo fuera de la competencia, sin embargo su odio hacia Israel lo mató, pues murió de cáncer visceral solo dos años después de maldecir a Israel “desde el fondo de sus vísceras”. Por sus frutos los conoceremos, mas los frutos pueden tardar varios años, por tanto, por sus frutos no los juzgamos, sino por la sangre que se derramó por ellos que los hizo justos; si ellos verdaderamente han creído, y si se están alimentando del alimento correcto, tarde o temprano la gente dará fruto de rectitud.
Lamentablemente, cuando la Ley es lo que se imparte en los creyentes, la esperanza de que puedan algún día ser libres, es remota. Pablo trató de hacerle ver ésto a los Romanos (Rom. 6:15-21) lo cual te traduciré de la Versión “The Message” (El Mensaje):
15-18 Por lo tanto, ya que salimos de debajo de la vieja tiranía (La Ley), ¿significa que podemos vivir de cualquier manera que queremos? Dado que somos libres en la libertad de Dios (en la Gracia), podemos hacer cualquier cosa que viene a la mente? No lo creo. Usted sabe lo suficientemente bien de su propia experiencia que hay algunos actos de la llamada libertad que destruyen la libertad. Ofrécete al pecado (a la Ley), por ejemplo, y ahí se acaba tu libertad. Pero ofrécete a los caminos de Dios (a la Gracia) y la libertad nunca se agota. Toda tu vida dejaste que el pecado te diga qué hacer (la Ley). Pero gracias a Dios que has comenzado a escuchar a un nuevo amo (La Gracia), uno cuyas órdenes te liberan para vivir abiertamente en Su libertad!
19 Estoy usando este lenguaje de libertad porque es fácil de imaginar. Puedes recordar fácilmente, o no, cómo en un momento entre mas hiciste lo que te daba la gana hacer – sin importarte los demás, sin importarte Dios – lo peor que tu vida se convertía, la menos libertad tenías? Y que diferente es ahora que vives en la libertad de Dios, tu vidas sanada y expandiéndose en santidad?
20-21 Mientras hicieras lo que te daba la gana hacer, ignorando a Dios, no tenias que molestarte en pensar o vivir rectamente, o nada que ver con la rectitud. Pero ¿llamas a eso “vida libre”? ¿Que sacaste de ello? Nada de lo que estés hoy orgulloso(a) ¿A dónde te condujo? A un callejón sin salida.
Elaboraré mas al respecto en el próximo mensaje.
Shalom