Continuamos hoy con Romanos 15, y hablare un poco acerca de la obra de Pablo – el comisionado de Dios para darnos el Evangelio de Gracia a nosotros los gentiles:
Personalmente, estoy completamente satisfecho con ustedes, con lo que son y con lo que hacen. Ustedes parecen estar bien motivados y bien instruidos, totalmente capaces de guiar y de aconsejar el uno al otro. Así que, mis queridos amigos, no tomen mi lenguaje más audaz y contundente como criticismo. No es criticismo, simplemente estoy sobre-enfatizando lo mucho que necesito su ayuda en la realización de esta tan altamente centrada comisión que Dios me dio, este ministerio de buenas noticias para servir a las necesidades espirituales de los de afuera, no judíos, para que puedan ser presentados como una ofrenda agradable a Dios, sanados y santificados por el Espíritu Santo de Dios. Rom. 15:14-16
La versión hispanoamericana traduce esto último así:
… ministrando el evangelio de Dios, para que los gentiles le sean como ofrenda agradable, santificada por el Espíritu Santo. Rom. 15:16
Mi énfasis se encuentra en lo que el Evangelio logra a través de la labor del que ministra con las buenas noticias, habilitado desde luego por el Espíritu Santo. Nota que Pablo no menciona sus sacrificios o todo lo que dejó atrás: su posición, sus riquezas, su prestigio; él simplemente nos hace notar el trabajo del que ministra el evangelio como el más sublime de todos los ministerios de la tierra, pues ni el ministro de educación, ni el ministro de salud, ni el ministerio de Justicia de tu ciudad o de tu país te prepararán jamás para ser una ofrenda agradable ante Dios.
Tiempo atrás, mi sobrino me preguntaba por qué creía yo que el Evangelio es lo único que puede resolver los problemas de hoy. Mi opinión es que el Evangelio ofrece la cura para las enfermedades que ninguna institución de Salud puede solucionar, no sólo físicas y mentales, sino también del alma.
Ciertamente, el Ministerio de Psiquiatría jamás ha curado al enfermo mental; quizá lo ha controlado, quizá lo ha adormecido para contenerlo, mas sólo el Evangelio puede arrancar la raíz que hizo que la persona perdiera su salud física o mental. Esta raíz tiene todo que ver con la administración del Ministerio de muerte grabado en piedra -la Ley (2 Cor. 3:7), pues al estar basado en esfuerzo propio, la condenación y la culpa detrás de muchas enfermedades son inevitables.
Además de lo anterior, la Ley es la vitamina del pecado y al fortalecerse el pecado, las enfermedades causadas por el mismo se fortalecen también, sea por una vida desordenada, por adicciones o compulsiones que roban la salud o la vida, por hábitos peligrosos, o simplemente porque causa un “corto circuito” en nuestra conexión con la fe de Jesús, necesaria para recibir sanidad, pues “la Ley no es de fe”. (Gal. 3:12)
El evangelio te dará acceso al conocimiento transformador de Dios, junto con sabiduría y discernimiento que el ministerio de Educación nunca podrá darte; por el contrario, la ciencia y la educación se han levantado en contra de Dios, tratando de erradicarlo de la vida de las personas, erradicando con ello su fortaleza y en casos extremos su vida eterna.
El Ministerio de Justicia podrá demostrar quienes son culpables y castigarlos, más con el castigo nunca podrá hacerlos inocentes, lo cual sólo el Ministerio de la Justicia de Cristo puede hacer a través de Su castigo. El Evangelio ofrece además Paz y prosperidad – bienestar completo que ningún otro ministerio jamás podrá ofrecer y mucho menos garantizar.
La fe (en Dios) viene por el oír la Palabra de Cristo – o sea, el Evangelio de Gracia, pues todo evangelio que no es de Gracia no es el Evangelio. Es a través de escuchar y creer el Evangelio de Gracia como las obras del diablo son deshechadas de nuestra vida; es así como somos transformados, sanados y restaurados, habilitados para buenas obras, no solo obras de caridad, sino para tomar decisiones acertadas o acciones que pueden ser trascendentes para ti, tu familia o aun para tu sociedad: sabiduría y creatividad para hacer dinero honradamente sin defraudar a nadie; favor en el trabajo o en los negocios, aun para hacer amigos; sabiduría y habilidad para formar familias de influencia, para criar hijos sanos y bendecidos, para ser de bendición y para tantas cosas, que por algo Pablo nos dice:
Mirando hacia atrás sobre lo que se ha logrado y lo que he observado, debo decir que estoy de lo más contento e incluso diría orgulloso, en el contexto de Jesús y solamente en El. No tengo ningún interés en darte una cuenta minuciosa de mis aventuras, sólo de las presentes palabras y obras maravillosamente poderosas y transformadoras de Cristo en mí que desencadenaron una respuesta de fe entre los gentiles. Rom. 15:14-19
La versión latina (NBLH) lo enfatiza así:
porque no osaría hablar sino de lo que Cristo ha hecho por medio de mí, para conducir a los gentiles a la obediencia. Y lo he hecho de palabra y de obra, 19 con potencia de señales y prodigios, en el poder del Espíritu de Dios;
Te pido que compares estas dos versiones, incluso tu propia versión, para que magnifiques el poder de la Gracia. Quiere decir que estas palabras y obras poderosas y maravillosas de Cristo en Pablo que desencadenan la respuesta de fe, o dicho de otra forma, que provocan a la gente a creer, es lo que Pablo definió como “la obediencia de los gentiles”
A mi sobrino debo aclararle que realmente no es El Evangelio lo que tiene la solución a todos los problemas y sufrimientos del mundo, sino EL CREER ESTE EVANGELIO es lo que traerá soluciones a las vidas de la gente. ¿No acaso fue eso lo que Pablo nos dijo desde el principio de esta Epístola?
No me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación DE TODO AQUEL QUE CREE, del judío primeramente y también del griego, pues en el evangelio, la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: «Mas el justo por la fe vivirá». Rom. 1:16-17
¡A Cristo Jesús la Gloria!
Shalom