Llamados a Vivir

Vida Abundante Por GRACIA somos salvos por medio de la fe. No por obras para que nadie se gloríe. Ef. 2:8-9

 Aprendimos que si queremos heredar, debemos madurar  y no podremos hacerlo mientras estemos bajo el poder de La Ley.  Esto sólo podremos hacerlo al  creer el Evangelio de Gracia y vivir bajo su influencia  sin la ayuda de la Ley, pues fue la Gracia de Dios y no la Ley la que nos ha justificado por la fe en Jesucristo. 

Al fortalecernos en esa verdad y en el conocimiento del Hijo de Dios y de su Gracia,  sabremos en nuestro corazón quienes somos en Cristo, pues ” como es El,  somos también nosotros en este mundo” (1 Juan 4:17).

Al verte en tal  plenitud, serás transformado y ya no tendrás que trabajar por merecer el favor de Dios o su aprobación,  por agradarle, por justificarte delante de Él. En El tendrás el amor y aceptación que te falte sin ser perfecto.  Entonces ya no serás llevado por cualquier viento de doctrina, porque en ese momento habrás dejado de tener comezón de oír, de buscar;   de “gastar tu dinero en lo que no es pan y de trabajar en lo que no satisface”  (Isaías 55:2); habrás dejado de tener sed y hambre, porque estarás comiendo del Pan de Vida y Ríos de Agua Viva saldrán de ti para que no tengas sed jamás.

La Gracia nos ha traído a la madurez,  y nos ha habilitado para fortalecernos con la Palabra de Justicia, aun a los cristianos recientemente “Nacidos de Nuevo”,  y no necesitaremos más “leche”, la cual aprendimos que es “la Ley”.  La Gracia de Dios logrará en nosotros lo que la ley nunca pudo, porque la ley  depende de la fuerza y la obediencia del hombre caído, del hombre reprobado,  pero la Gracia vino a levantar al hombre caído y a hacerlo “perfecto” y aprobado.   

Más la novia de Cristo ha permitido que “Agar” regrese a criar a Isaac, porque no tienen ninguna confianza en Sarah.  Los creyentes no están confiando en la salvación por Gracia, aun cuando lo confiesen; no creen que al recibir el regalo de justicia y rectitud de Jesucristo,  nacemos de nuevo justos y perfectos ante los ojos de Dios y quieren continuar lo que  Jesús dijo que ya fue “Consumado”.  

La carne siempre tratará de esforzarse en obtener su propia aprobación – su propia rectitud o justificación y de ayudarse a sí mismo:  “No tengo lo suficiente,  o no soy lo suficiente porque no hago lo suficiente”  y siempre tratará de hacer más, bueno o malo.  No confían que al ser Hijos de Sarah ya son herederos,  quieren a Agar.  Esto es un insulto para aquel que sufrió tanto en la Cruz para darnos su rectitud y hacernos Hijos y herederos con Cristo. Rom. 8:17

La ley de Moisés es llamada por el Apostol Pablo como “El Ministerio de Muerte escrito en piedra” (2 Cor. 3:7-18). Muchos creen que al hablar de “La Ley”,Pablo se refería solamente al sacrificio de animales, o a las tradiciones judías, más la única parte de la ley que fue escrita en piedra fueron Los Diez Mandamientos, cuya esencia es el esfuerzo propio.

 

La tentación de Jesús 

Cuando Jesús fue tentado en el desierto,  el diablo lo invitaba a convertir las piedras en pan. Lo invitaba a ayudarse a sí mismo para sobrevivir en el desierto,  esto es,  a alimentarse de la ley,  de su esfuerzo,  de “la piedra”, en lugar de depender de  la Gracia de Dios. 

Cuando Jesús enseñó a orar a sus discípulos,  les dijo:

O supongan que a uno de ustedes que es padre, su hijo le pide pan, ¿acaso le dará una piedra? O si le pide un pescado, ¿acaso le dará una serpiente en lugar del pescado? O si le pide un huevo, ¿acaso le dará un escorpión? Pues si ustedes siendo malos, saben dar buenas dádivas a sus hijos, ¿cuánto más su Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?

Jesus es el dador de Vida,  no de mandamientos.  El no vino a convertir gente mala en buena,  El vino a convertir gente muerta en viva, al darnos a comer de su “Pan de Vida” y al darnos su  Espíritu Santo para que podamos recibir provisión en abundancia, jubileo,   vida eterna  y desde luego,  “para buenas obras que EL  preparó por adelantado,” (Ef. 2:10)  y que resultará como Fruto de su Espíritu.  

Antes de que Jesús levantara a Lázaro de los muertos, ordenó que removieran  la piedra.   La

Remueve la Piedra 

ley es  como una piedra que nos impedirá la vida de resurrección de nuestro Señor Jesucristo, más en el momento de quitarla, su vida “Zoe” fluye a través de todo aquel que dependa de su Gracia.  

La gente que no ha recibido  la Gracia de Dios, la Biblia dice que está muerta, (Ef. 2:5, Col. 2:13);  ellos necesitan la piedra, pues si alguien la remueve, apesta.   Mas la gente que ha sido vivificada por el Espíritu de Dios  la piedra impedirá que la vida de la resurrección  se manifieste y fluya.

 Reconozcamos esto: que la ley no ha sido instituida para el justo, sino para los transgresores y rebeldes, para los impíos y pecadores, para los irreverentes y profanos, para los que matan a sus padres o a sus madres, para los asesinos.  1 Tim. 1:9

Mucha gente muerta cree que cumple bien la ley, pero solo parcial y  externamente,  más en su interior ellos saben que son culpables y dignos de juicio.  Conocen sacrificio, pero no misericordia. La Gracia de Dios es lo único que los hará despojarse del peso de esa piedra. 

Cristo llevó nuestra culpa en la Cruz, y su resurrección removió la piedra.  Recibe su GraciaLee las secciones de la Ley y de la Gracia si necesitas aclarar algo. 

Shalom.