Fuera de las palabras a la Iglesia de Filadelfia que vimos ayer , las exhortaciones a las otras 6 iglesias en Apocalipsis 2:1-3:22 nos dan una idea de las diferentes maneras en que la Gente trata o percibe la Gracia de Dios y representa a aquellos que no la han conocido, o recibido, o entendido; aquellos que la han olvidado, o que la han diluido al mezclarla con la Ley, lo cual es aún más letal que no entenderla u olvidarla, pues es considerado “adulterio”. Mas ésto aún no es tan grave como el rechazarla, pues ésta es la Ofensa al Espíritu Santo, la cual es la única que Dios no perdona.
Comencemos con la iglesia de Éfeso (Ap. 2:1-7), a quien Cristo primero elogia (2:2-3) y enseguida corrige:
Pero tengo esto contra ti: que has dejado tu primer amor. Recuerda, por tanto, de dónde has caído y arrepiéntete, y haz las obras que hiciste al principio
Bajo el lente de la Gracia de Dios, ¿quién es aquel que se ha caído?
De Cristo se han separado, ustedes que procuran ser justificados por la ley; de la gracia han caído. Gal. 5:4
¿Cuáles son las obras que hacemos al principio cuando venimos a Cristo?
Entonces Le preguntaron: “¿Qué debemos hacer para poner en práctica las obras de Dios?” Jesús les respondió: “Esta es la obra de Dios: que crean en el que Él ha enviado.” Juan 6:28-29
En el momento de creer, en el momento en que recibimos su Amor, en ese momento nos encontramos en nuestro Primer Amor. Esta iglesia representa al creyente que recibe a Cristo por su Gracia, y después quiere agradarle por las obras de la Ley.
La iglesia de Esmirna (Ap. 2:8-11) necesitaría esta Gracia para pasar por cierta prueba, o sufrimiento.
Las iglesias de Pérgamo, (Ap. 2:12-17) así como la de Tiatira (Ap. 2:18-29), nos indican claramente que el Evangelio de Gracia es contrario a la acusación que se hacía contra Pablo “¿pecaremos para que su Gracia sobreabunde?” (Rom. 6:1) pues toleraban el pecado sin corrección o discriminación, en perjuicio de todo el cuerpo, lo cual nos indica que la Gracia estaba siendo diluida de tal manera que el pecado se estaba apoderando de sus congregaciones.
Porque el pecado no tendrá dominio sobre ustedes, pues no están bajo la ley sino bajo la gracia. Rom. 6:14
Puesto que su suficiencia no debió haber sido la Gracia de Dios, ellos buscaban su llenura y fortaleza en otras doctrinas o en otros dioses o ídolos, por lo que ante Dios estaban en adulterio.
Cuando dejamos de llenarnos de su Gracia, comenzaremos a buscar otros “consoladores” fuera del Espíritu Santo, sea comida, o una copa (o muchas), u otras fuentes de fortaleza, de gozo y satisfacción que no llenan, sino al contrario, nos vacían. No necesariamente estas cosas tienen que ser ofensivas, más si son las hojas de una raíz de Ley, de culpa, condenación, incredulidad, legalismo, el pecado está a la puerta.
La buena noticia es que Jesús nos da el antídoto
“Arrepiéntete” Ap. 2:16- cambia de parecer, vuélvete de tus obras a la Gracia de Dios…
“No obstante, lo que tienen, (la Rectitud de Cristo, su fe en El y en Su sangre purificadora, su Espíritu Santo, La Gracia de Dios), reténganlo hasta que Yo venga. Ap. 2:24
La exhortación a la iglesia de Sardis, en Ap. 3:1-6, es un poco más severa:
“...que tienes nombre de que vives, pero estás muerto. Ponte en vela y afirma las cosas que quedan, que estaban a punto de morir, porque no he hallado completas tus obras delante de Mi Dios.”
Alguien que tiene nombre de que vive, pero está muerto no parece ser alguien que haya recibido la Gracia de Dios todavía. Esta iglesia debió estar compuesta por gente que no había nacido de nuevo, más trataban de vivir bajo la Ley, bajo sus obras y esfuerzos, esto lo sabemos porque está hablando de gente que se está aferrando a las cosas que están a punto de morir, y no a “las que quedan” – las Nuevas, por tanto sus obras han sido halladas “incompletas”, “imperfectas”, pues solo la obra de Jesucristo ha sido hallada perfecta ante Dios. Dejemos que la escritura nos lo muestre:
Cuando Dios dijo: “Un nuevo pacto,” hizo anticuado al primero; y lo que se hace anticuado y envejece, está próximo a desaparecer. Hebreos 8:13
El antídoto es “lo que queda”, el Evangelio de Gracia:
Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; guárdalo y arrepiéntete (vuélvete a la Gracia).
Pero tienes unos pocos en Sardis que no han manchado sus vestiduras, y andarán conmigo vestidos de blanco. (Ap. 3:4)
¿Quien es el que anda vestido de Blanco?, aquel que ha sido vestido con la Rectitud de Cristo; aquel que vive con consciencia de Su Sangre purificadora; aquel que recibe abundancia de Gracia y su Regalo de Rectitud. (Rom. 5:17)
Al final de cada exhortación, habrá galardones para los que vencieren:
Al vencedor:
-
Le daré a comer del árbol de la vida, que está en el paraíso de Dios (2:7)
- No sufrirá daño de la muerte segunda (2:11)
- Le daré del maná escondido ….. (2:17)
- Al que guarda Mis obras hasta el fin, le daré autoridad sobre las naciones; … como Yo también he recibido autoridad de Mi Padre. Y le daré el lucero de la mañana. (2:27-28)
- Será vestido de vestiduras blancas y no borraré su nombre del Libro de la Vida, y reconoceré su nombre delante de Mi Padre y delante de Sus ángeles. (3:5)
- Le haré una columna en el templo de Mi Dios, y nunca más saldrá de allí. Escribiré sobre él el nombre de Mi Dios y el nombre de la ciudad de Mi Dios, la nueva Jerusalén, que desciende del cielo de Mi Dios, y Mi nombre nuevo.(3:12)
¿Quién es el vencedor? “El que guarda sus obras hasta el fin” (2:27) y ¿cuáles son las obras de Dios? el que ha creído en Jesucristo y su Gracia. (Juan 6:28-29)
La buena noticia es que no tendremos que esperar hasta morir y llegar al Cielo para recibirlos, pues si tú has creído, estos galardones ya te fueron entregados; disfrútalos y vive de ellos.
Shalom