Mi mensaje anterior te mostró cómo la Ley no sólo nos roba nuestra identidad de hijos de Dios, sino también nos roba ese sentido de bendición que obtenemos cuando creemos el Evangelio de Gracia de nuestro Señor Jesucristo, “sin adulterar”.
Sin embargo, al haber aclarado que este sentido de bendición se refiere a la vida de Cristo floreciendo en nosotros en forma de fruto y no a lo mucho que tengamos, o a lo bien que nos vaya, no intento hacerte creer que la vida de Cristo es una vida de “cardos y espinos” (como a mi me enseñaron), ni de renunciación o de despojo de todo lo material.
Mientras que es verdad que en el mundo tendremos aflicción, ni ésta ni la pobreza provienen de Dios -ambas provienen del mundo y del sistema de la Ley, y no determinan nuestro valor ni nuestra calificación como Hijos de Dios, amados, perdonados, aceptos y aprobados. Mas será tu revelación por el Espíritu Santo de lo que significa “El ha vencido al mundo”, lo que te haga salir victorioso de tus situaciones.
Desafortunadamente, el sistema de la Ley – “el sistema Babilónico” ha empobrecido al mundo, precisamente porque es “el ladrón” y la fuerza de toda corrupción. El dinero de hoy continua perdiendo su valor y el mundo entero ha sido despojado y secuestrado por unos cuantos que buscan lo suyo propio. Nuestra única alternativa para el tiempo que vivimos es descansar en la verdad del Evangelio.
Para tu tranquilidad, la prosperidad del “justo” es parte del significado de las palabras: bendición, rectitud/justicia o justificación, así como de la palabra Paz (Shalom), mas la prosperidad no es la bendición misma, sino el resultado de las anteriores operando en nuestra vida – es una de las cosas que vienen como añadiduras, “serendipiamente”, al vivir bajo el Espíritu Santo.
No obstante, cuando la voz de lo material, de lo externo y temporal es mas fuerte que la voz del Espíritu diciéndonos, “tu eres mi hijo amado, en quien estoy bien complacido”, estaremos dejando que eso que nos hace falta para sentirnos completos, amados o aceptos sea lo que nos defina y esta es justamente la tentación a resistir – la de volver a la Ley,
Al dejar que lo terrenal determine tu valor o que sea un indicador de tu obediencia, de tu estatus ante Dios, de cuánto Él te ama, cuánto su Palabra acerca de ti es la verdad, etc., solo garantizarás una vida de inestabilidad emocional, y aun cuando poseyeras el oro y la plata, serás muy pobre, si consideras las palabras de Jesús al pueblo de Laodicea (Ap. 3:14-22)
Por el contrario,
“La bendición del Señor enriquece y no añade tristeza con ello” Salmo 10:22
¿Cual es esa bendición que enriquece? ¿La riqueza misma? ¿La fama y la fortuna? ¿La ausencia de problemas y de dolor? ¿Qué precio, o qué etiqueta le ponemos a nuestro valor como Hijos de Dios, o a su palabra acerca de nosotros?
Jesús mismo es la bendición de Dios en tu vida – Él habitando en ti a través de su Espíritu y nada de lo que te suceda en esta vida puede robártelo . Cuando leemos acerca de Job, o de Jabez, debemos recordar que ellos no habían recibido esta bendición, ni siquiera David, ni siquiera Elías, ni aun Eliseo con todo y su doble porción recibieron la bendición que Dios puso a tu disposición – “Cristo en ti, esperanza en Gloria”. Al haber recibido este regalo, podrás decir con todo derecho “estoy muy bendecido” porque así lo será, independientemente de como te veas o como te sientas.
Tu valor no está evaluado en moneda perecedera; imagina qué tan valioso Dios te estimó que sólo dándose a si mismo pudo llegarte al precio – El Rey de Reyes, El Creador del Universo te considera “invaluable”. Él es el dueño del oro y la plata, mas no pagó oro ni plata para redimirte, sino que se encarnó como tu mismo(a) tan solo para poder entregarse como el precio de tu rescate y poder hacerte su morada, para que donde El está puedas tu estar – sentado en las alturas, a la diestra de Dios, no en el futuro sino desde el día que lo logró (ver Ef. 2:6).
Igualmente, ustedes son piedras vivas (vivificadas en su resurrección; v.1:3) y están edificados con Él, y inseparablemente unidos en una casa espiritual; son un sacerdocio santo para ofrecer sacrificios espirituales, reflejando la total aprobación de Jesucristo. Todo lo que estaba reflejado proféticamente en la figura del tabernáculo de Israel, ha encontrado finalmente su reflejo en Cristo; Él revela toda la verdad; el templo, el orden sacerdotal y los hijos, son todos uno en Él. 1 Pe.2:5
Toit, by Francois du . The Mirror / El Espejo de la Palabra: Traducción en Español
Mi deseo que este estudio de Gálatas te ayude a entrar en el capullo del Espíritu Santo, para que Él se encargue de cambiar tu vida y tus circunstancias en algo glorioso, a través de la revelación de tu identidad como Hijo de Dios, pues ésta es la única porción que no nos traerá “aflicción de espíritu” durante el tiempo que vivimos. Como lo diría Salomon (bajo el Nuevo Pacto):
“No hay, pues, mejor cosa para el hombre que comer(del Pan de Vida) y beber (de Su Espíritu), y hacer que su alma vea lo bueno de su labor (para entrar en su descanso) Yo he visto que esto también proviene de la mano de Dios”. (ver Ec. 2:24)
“ Esto es lo que yo he visto que es bueno y conveniente: comer , beber y gozarse uno de toda nuestra labor “para entrar en su reposo” por la que descansamos bajo el Sol (de rectitud – Jesucristo) en los contados días de la vida que Dios te ha dado; porque ésta es tu recompensa” (ver Ecl. 5:18)
Shalom y Gracia en abundancia.
