Quiero decirte que al haber preparado este estudio me di cuenta que todo lo que compartí desde el principio de esta publicación era solo el preludio de lo que ahora voy a hablar. Por lo mismo si algo no entiendes, refiérete a las publicaciones anteriores, y no te impacientes si me lleva más tiempo del que yo quisiera, pues tengo mucho que compartirte.
Comenzaré con darte la clave para vivir victoriosamente. Si hiciste tu tarea, quizá ya la encontraste.
Los únicos dos pasajes en el Nuevo Testamento donde se nos habla de resistir al diablo, ambos ofrecen la misma solución.
Por tanto, sométanse a Dios. Resistan, pues, al diablo y huirá de ustedes. Santiago 4:7
Sean de espíritu sobrio, estén alerta. Su adversario, el diablo, anda al acecho como león rugiente, buscando a quien devorar. Pero resístanlo firmes en la fe, sabiendo que las mismas experiencias de sufrimiento se van cumpliendo en sus hermanos en todo el mundo. 1 Pedro 5:8-9
En el caso del primer verso, Santiago no sólo nos dice que resistamos al diablo y que él huirá, sino que también nos dice cómo resistirlo: “sométanse a Dios”.
¿Como nos sometemos a Dios? ¿Como dependemos de Él?
La respuesta está inmediatamente antes:
Pero la gracia que él nos da es mayor. Por eso dice: «Dios se opone a los soberbios, y da gracia a los humildes. Santiago 4:6
En el segundo de estos pasajes, nos habla de resistirlo firmes en la fe, pues todos los hermanos en la fe pasan por estos sufrimientos.
Esto ha hecho creer a algunos que resistir significa “soportar” y que ésta es la vida cristiana, pues todos los demás pasan por lo mismo. A lo largo de este estudio te voy a mostrar que el diablo te ha mentido una vez más.
Mira los versículos anteriores
… porque Dios resiste a los soberbios, pero da gracia a los humildes.
Humíllense, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que El los exalte a su debido tiempo, echando toda su ansiedad sobre El, porque Él tiene cuidado de ustedes. 1 Pedro 5:5-7
¿Cómo nos humillamos? ¡Echando nuestra ansiedad sobre El! ¿Que significa ésto? Que la manera de humillarse ante Dios no es usando harapos o caminando con la cabeza agachada. La manera de humillarnos es poniéndonos bajo Su Gracia, en un estado de total dependencia, independientemente de lo hábiles, inteligentes, fuertes o guapos que seamos; así es como recibimos su Gracia, y viviendo sometidos a Dios, humillados ante Dios, es la única manera de resistir al diablo y hacerlo huir.
Sabemos que la semilla de la mujer aplastaría la cabeza de Satanás con sus pies. (Gen 3:15) Esta semilla era Jesús y ésto sucedió en la Cruz.
Sin embargo en Romanos 16:20 leemos “ El Dios de paz pronto aplastará a Satanás bajo los pies de ustedes. “
Esto significa que Jesucristo ya compró el terreno, ahora tú entra en él, pisa en él, párate en él y para lograrlo vas a necesitar una aplicación personal de su victoria en tu propia vida. Es por ésto que Pablo te da la llave: Que la gracia de nuestro Señor Jesús sea con ustedes.
La Escritura nos muestra que La Gracia de Dios tiene todo que ver con nuestra victoria sobre al enemigo. De hecho, la Gracia de Dios es nuestra única arma para resistir al enemigo. Recuerda que resistir no significa permitir ni tolerar, significa combatir con poder. La Gracia de Dios causará que ganemos esta guerra espiritual una y otra vez, pues el diablo no tiene estrategia que prevalezca contra el Hijo de Dios que conoce la Gracia de Dios como su única fuerza sustentadora.
El solo puede prosperar contra ti si sabe que estás centrado y consciente de ti mismo, bajo la ley, enfocado en lo que haces para Dios: tu amor por Él, tu servicio a Él, tu esfuerzo para Él, centrado en tu desempeño, en tus debilidades, en cómo ser “mejor cristiano” en cómo mejorar tu vida con tu propio esfuerzo,
Al estar conscientes de lo que hemos hecho, o en lo que no hemos hecho bien o mal, aun si creemos que entendemos la Gracia o que estamos bajo la gracia, nuestro enfoque sigue siendo nosotros mismos.
Bajo su Gracia nuestro enfoque es Jesucristo, lo que El Es, lo que El hizo por ti, en lo que está haciendo en ti, en lo que hará por ti en el futuro.
Si se trata de nuestro desempeño, el diablo nos va a atrapar al primer descuido y al primer error con su voz de acusación y condenación. Si hacemos algo mal te dirá “y te dices Cristiano” si hacemos algo bien no será suficiente y te dirá “no es la gran cosa, el hermano hace más que tu”, la hermana lee más capítulos que tú, ella ora más que tú, da más que tú, ayuda más que tú.
Más si se trata de lo que Cristo es y lo que Cristo hace, él no tiene argumento contra ello, ni acusación, ni condenación. Ninguna arma forjada contra ti prosperara. Isaías 54:14-17
Shalom.