También ruego que arraigados y cimentados en amor, ustedes sean capaces de comprender con todos los santos cuál es la anchura, la longitud, la altura y la profundidad, y de conocer el amor de Cristo que sobrepasa el conocimiento, para que sean llenos hasta la medida de toda la plenitud de Dios. Ef. 3:17
La medida de la plenitud de Dios es infinita, de manera que nuestro límite solo será marcado por nosotros. Entre más conozcamos de Jesúcristo, entre más acertada sea nuestra percepción de Él, de su Amor incondicional, de su compasión, generosidad y su infinita Gracia, mas podremos recibir de Él.
Por el contrario, cada área de nuestra vida que se quede corta de la medida de su plenitud, equivale a algo que NO nos ha sido revelado acerca de Jesucristo, de su trabajo consumado, o algo que aún no hemos recibido de Él, por incredulidad.
- Si Jesús puso el gozo delante de El para ir a la cruz por nosotros, (Heb. 12:2) pero nosotros estamos deprimidos todo el tiempo, nos estamos quedando cortos de su medida.
- Si el pagó el precio de nuestra paz, de nuestro Shalom, y fue azotado para que por su llaga fuéramos todos curados, (Isaias 53:5) pero estamos estresados, inquietos o enfermos todo el tiempo, algo nos está privando de su plenitud
- Si siendo rico, por amor a nosotros se hizo pobre para que por medio de su pobreza nosotros llegáramos a ser ricos, (2 Cor. 8:9) pero estamos pobres y en aprietos económicos todo el tiempo, ahí necesitamos ver y comprender su Gloria para que por su Espíritu seamos transformados “De Gloria en Gloria”.
Por tanto, entre más le contemplemos en la Escritura, gradualmente las áreas en las que nos falta su Gracia serán llenadas, sin nosotros poder impedirlo. Nos costará trabajo no estar sanos, no ser prósperos y no ser bendecidos y de bendición.
Por lo mismo, en Efesios 3:16 Pablo trató de describir las inescrutables riquezas de la Gracia de Dios que Él le concedió llevar a los gentiles, tú y yo incluidos, por lo que El rogaba que Dios nos concediera conforme a las riquezas de su gloria, porque ahí se encuentra nuestra riqueza.
En Cristo no podemos quedarnos igual; en El hay provisión para cada día, mas no solo para tener más, para comprar más, o para lograr más, sino para glorificarlo más, para que seamos luz para los que están en obscuridad, para que la gente a nuestro alrededor lo conozca más cuando lo vean en nuestro rostro brillante y en nuestros frutos.
Recuerda que Jesús es el Árbol de la Vida y su vida es Vida en Abundancia, de manera que tu vida no será más un desierto, sino un hermoso jardín con Jesús en el centro, tal y como fue en el Edén. Mas muchos tenemos en medio al Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal, La Ley, la cual demanda todo de nosotros sin proveernos nada.
Por lo mismo nuestro enfoque no debe ser el conocimiento de la Biblia, sino el conocimiento de su autor. (2 Pedro 1:3).
El conocimiento de la Biblia sin el conocimiento acertado de su autor producirá fariseos. Fueron los fariseos los que mandaron matar a Jesús dos veces, su muerte en la Cruz no fue su primera participación, pues fueron los mismos fariseos quienes le informaron a Herodes que el Mesías nacería en Belén y por ello los bebes de Belén sufrieron la muerte.
Desde luego que estos fariseos no sabían lo que hacían, pues sus ojos estaban cubiertos por un velo, el velo de la ley. Pero ellos creyeron estar haciendo lo que le agrada a Dios. Por lo mismo Jesús oro a su Padre en la Cruz. “perdónalos porque no saben lo que hacen” y enseguida trozó el velo y su Gracia se derramó sobre nosotros.
El mundo hoy no sabe lo que hace, incluyendo la novia de Cristo, la iglesia, la cual está queriendo obtener su provisión de un árbol que produce la muerte, por lo mismo Pablo lo llama el “ministerio de muerte” 2 Cor. 3:7. Tristemente, este árbol es el que muchos pastores están plantando en sus congregaciones, por lo que la iglesia está enferma y sangrando, como la mujer con sangrado de 12 años. Pero ellos aun creen que están agradando a Dios.
Mas esta mujer logró tocar el borde del Talith de Jesús, donde se encontraba el Azul y dejó de sangrar. Mientras la mujer sangrara, no podía concebir, ni dar fruto. Ese azul representa la Gracia de Dios.
La Fórmula para ese azul se perdió cuando Jerusalén fue destruida en el año 77 DC. Más recientemente ha sido encontrada, como si fuera una señal profética de que la iglesia por fin está viendo y tocando el Azul de su Gracia y el Señor de la Gracia ha volteado su rostro a nosotros para reafirmarnos su amor y aceptación. La iglesia de Cristo está dejando de sangrar, si tú estás entre esta multitud, prepárate para dar fruto.
Este sitio existe para invitarte a que comas de este Árbol de la Vida, y a que toques el azul de su manto. Cuando lo hagas sin temor, entraras en su descanso y tu caminar con El será fácil, pues tu yugo será ligero y su carga no pesada.
He incluído la Página “Bástate mi Gracia” bajo el submenú “Quien es Jesús – La Gracia de Dios” para que te deleites durante tu día de descanso.
Sabath Shalom