Mas si por la transgresión de un hombre, por éste reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por medio de un Hombre, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia. Rom. 5:17
Este versículo es clave para la felicidad del hombre, y es el fundamento del ministerio de Lino Fino, el dar a conocer esta abundancia de Gracia y este regalo de justicia, justificación y rectitud que te ha sido puesto a tu disposición para que seas tu quien reines en tu vida, y no la muerte.
Leímos en Gen 3 que el efecto de comer del Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal, fue la muerte. Todas éstas manifestaciones de muerte de las que hablamos: la debilidad, el envejecimiento, las enfermedades del cuerpo, de la mente, del alma, la maldición y muchas cosas adversas que dominan al que vive bajo la obra del primer Adán, dejarán de reinar en tu vida conforme recibas esa abundancia de Gracia y regalo de rectitud o justicia, a través de la fe en Jesucristo y en su trabajo consumado en la Cruz, a través del cual venció a la muerte y seguirá venciendo en tu vida dando nueva vida a todo aquello que estuviera muerto o dañado en ella: relaciones, finanzas, sueños, esperanzas, etc.
La muerte es el postrer enemigo de Dios y el muerto espiritualmente aun la adora y le rinde culto, pues realmente ella es la que señorea en su vida. Muchos aun la llaman la “santa muerte” y creen que se ríen de ella. Después ella se presenta a robarles su salud, sus finanzas y sus vidas y entonces culpan a Dios, mientras ella se ríe de ellos.
Mas esta no es la voluntad de Dios para sus Hijos. Cuando Dios hizo al hombre, lo coronó con su gloria y honor (Heb. 2:7; Salmo 8:5)
La palabra “coronar” en el hebreo significa “rodear con un círculo glorioso”, por tanto la gloria de Dios no era una simple “corona”, era toda una esfera radiante alrededor de él, esta gloria era su vestimenta; el hombre era un ser radiante y glorioso, mas cuando el murió en su espíritu, perdió la gloria con la que estaba cubierto – se cayó de la Gloria de Dios (Rom. 3:23), hayándose en su desnudez; esta fue la primera señal de que el hombre había muerto.
Cuando Jesús nació, la gloria de Dios regresó de nuevo al hombre
Y un ángel del Señor se les presentó, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor, y tuvieron gran temor (Luc. 2:9);
treinta y tres años después Jesús le dijo a su Padre,
“La gloria que tu me diste les he dado, para que sean uno, así como Nosotros somos uno” Juan 17:22
Como te darás cuenta, creer en Jesucristo no solo nos vivifica y nos cubre con su manto de rectitud, sino que nos recubre con su Gloria, honra y belleza, como Sacerdotes Reales.
Además de gloria y honra, un rey necesita autoridad sobre su reino, mas cuando el hombre murió, no solo le fue robada su gloria, sino su autoridad de señorear sobre la tierra, (Salmo 5:6; Heb. 2:8) y todo lo que estaba sujeto bajo los pies del hombre quedo bajo los pies del maligno
La parábola del hijo prodigo nos hizo ver como el Padre reaccionó cuando su Hijo considerado “muerto” volvió a su casa: primero, se rebajó corriendo hacia él; enseguida lo abrazó, ordenó que se le cubriera con el mejor vestuario, y que se le pusiera calzado,lo que lo re-establecía como “hijo de familia”, pues los sirvientes andaban descalzos y en ropas de servidumbre; además de lo anterior, su padre le puso un anillo en su mano, el cual en aquel entonces era emblema de la autoridad de su Padre.
Dios se rebajó a semejanza de hombre para correr hacia nosotros; nos recibió con los brazos abiertos en la Cruz del Calvario, nos ha puesto ya su mejor vestuario, cubriéndonos con Cristo mismo (Gal. 3:27); nos ha calzado con las sandalias del Evangelio de Gracia que nos hace Hijos de Dios y no siervos asalariados, para que corramos esta carrera de fe por caminos de paz; por último, nos ha envestido con Su Autoridad, al darnos el Nombre que es sobre todo nombre, el Nombre de Jesús, para que podamos decirle a la montaña que se mueva, para reprender las tormentas de nuestra vida y para enviar su palabra a hacer lo que El dijo que haría, para tener dominio sobre el pecado y sobre las autoridades de las tinieblas que se levantan contra nosotros.
La muerte será erradicada de la tierra cuando Jesús regrese por segunda vez, mas mientras eso sucede, tu has sido llamado para que a través de esta abundancia de Gracia y rectitud de Cristo hagas morir estos efectos de la muerte en tu vida y reines como Hijo de Dios, con su rectitud, gloria, honra y autoridad .Esta es la diferencia de vivir de la redención a vivir de la religión, pues solo el Ultimo Adán puede deshacer los efectos de la caída del primero.
Y en ningún otro (fuera de Jesús) hay salvación, porque no hay otro nombre bajo el cielo dado a los hombres, en el cual podamos ser salvos. Hechos 4:12