Todos hemos oído la famosa frase de Job: “¡El Señor da, El Señor quita!” (Job 1:21); la escuchamos en los funerales, en los servicios memoriales, aun alguien incluyó estas palabras en una hermosa canción en inglés, cantada por la banda de David Crowder llamada “Blessed Be Your Name” (Bendito sea tu Nombre), la cual suena muy dulce hasta el momento que dice:
“Bendito sea tu nombre en la tierra marcada con sufrimiento, aunque existe dolor en la ofrenda, bendito sea tu nombre….. Dios da y Dios quita, Dios da y Dios quita, pero aun así escogeré decir Bendito sea tu nombre.”
Dime, amigo(a), honestamente, ¿si alguien te da y te quita, te alegrarías de recibir algo de esa persona en el futuro, o te daría desconfianza? ¿Si dieras con dolor, te atreverías a dar mucho? ¿Lo harías gozosamente? ¿Podrías invitar a otros a dar abiertamente?
El compositor de esta canción definitivamente necesita conocer a nuestro Dios de Gracia, pues él no sabe que Job se tuvo que disculpar con Dios por esas palabras.
El libro de Job es el ejemplo mas claro de como nuestra mala opinión de Dios y de nosotros mismos nos lo puede robar todo. Aunque el entender este fascinante libro nos llevaría el resto del año, por el momento simplemente entenderemos un poquito por que este buen hombre, el más rico del oriente, sufrió tanto. Leyendo de tu Biblia, sígueme:
Tenemos a Job, un hombre que Dios consideró:
“ intachable (íntegro) y recto, temeroso de Dios y apartado del mal.” (Job 1:8)
Sin embargo, a pesar de la buena opinión que Dios tenía de Job, Job no tenía tan buena opinión de Dios, pues constantemente temía el mal de parte de Él, a pesar de que había sido colmado de abundancia y bendiciones (Job 1:1). Este temor, según lo que leemos en el versículo 5, estaba basado en una gran “consciencia de pecado”, no de si mismo, sino de sus hijos, pues aquí lo vemos ofreciendo sacrificios por el número de sus hijos mas no por si mismo.
Satan ante Dios, Giaquinto 1750
Enseguida vemos al diablo, quien anda de un lado a otro como león rugiente buscando a quien devorar, (1 Pedro 5:8) y al presentarse ante el Señor junto con los otros ángeles, (como lo podía hacer antes de que Jesús derramara su sangre por nosotros), Dios lo confrontó acerca del plan que el diablo (y no Dios) estaba ideando contra Job.
La aflicción de Job no fue idea de Dios, como algunos hemos sido enseñados, mas en la traducción, las palabras “Te has fijado en mi siervo Job” (Job 1:8) han sido usadas para hacernos pensar que Dios estaba incitando a Satanás a tocar a Job, cuando era lo contrario. El incitador era Satanás (Job 2:3), mas Dios lo estaba confrontando al ver que ya había fijado sus ojos en Job para destruirlo.
Por lo anterior, cuando Satanás retó a Dios “extiende tu mano y toca todo lo que tiene” (1:11) o “toca su hueso y su carne” (2:5) Dios le dijo “YAD”, que significa “mano”. Nuestras múltiples traducciones lo presentan como si Dios le hubiera dado permiso de poner su mano sobre todo lo que tenía incluyendo su hueso y su carne, mas la traducción Young’s, la cual es una traducción literal del hebreo al inglés dice: “LO (NO), todo lo que él tiene ya está en tu mano”. La Nueva Biblia Latinoamericana lo traduce como “está en tu poder” (1:12).
Quizá tu creas que el diablo le estaba pidiendo permiso a Dios de traer destrucción a Job, mas por el contrario, Satanás estaba queriendo atribuirle a Dios la destrucción que el planeaba llevar a cabo; sin embargo, Dios al decirle YAD, le estaba diciendo “tu mano ya está sobre de él”, pues Job con su continua confesión que declaraba desconfianza de Dios y temor – expectación del mal (una fe negativa, contraria a la esperanza), derribó la muralla de protección que Dios tenía alrededor de Job, (1:10) o le abrió una puerta al destructor, quedando a su merced, quien había estado estudiando cómo devorarlo. Al saberlo todo de antemano, Dios logró impedirle que acabara con Job por completo.
Cuando todo sucede, Job mismo nos da una clave a meditar:
Porque el temor que me espantaba me ha venido, Y hame acontecido lo que temía.
No he tenido paz, no me aseguré, ni me estuve reposado; Vínome no obstante turbación. Job 3:25-26 RVA
En otras palabras: “a pesar de que no tuve paz, de que me aseguré y no descansé, me vino lo que temía y trataba de evitar”. Aquí Job nos confirma lo que hemos estado aprendiendo: que no es posible ganar la batalla espiritual sin haber descansado en la Gracia de Dios, lo cual es imposible cuando se tiene un concepto equivocado de ÉL o cuando no se le ve en el contexto de su Gracia salvadora. Job se sintió protegido por su temor y sus medidas de seguridad “¡contra Dios!”; obviamente que no halló descanso, pues cómo descansar en un Dios que “a veces da y a veces quita”, por tanto aunque bendecía y alababa el Nombre de Dios, lo consideraba más malo que si mismo al acusarlo de quitarle todo, cuando nosotros sabemos quien es el que mata, roba y destruye. Mas Job no sabía lo que nosotros sabemos: que Dios solo da (Juan 3:16), y da (Juan 10:10) y da! (Juan 10:11) y
El que no negó ni a Su propio Hijo, sino que Lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también junto con El todas las cosas? Rom. 8:32
Aunque nuestro Dios de amor no se lo contó como pecado -puesto que en el tiempo de Job, el pecado ni siquiera había sido puntualizado por la ley. Ver Rom 3:20 y 4:15, no pudo impedirle su desolación, puesto que, además de su idea equivocada de Dios, tenia una idea equivocada de si; El no sentía la necesidad de ofrecer sacrificio por si mismo, solo por los de sus hijos. El tenía muchas riquezas, lo cual el atribuía a que no practicaba el mal, por lo que él no sentía la necesidad de un mediador.
Por otro lado, tenemos a sus 3 amigos (y el significado de sus nombres) Elifaz (mi Dios es oro fino), Zofar ( Confundiendo el amor (al mezclarlo)) y Bildad ( Confundiendo el amor (al mezclarlo)) , los cuales lo acusaban de haber pecado.
“Recuerda ahora, ¿quién siendo inocente ha perecido jamás? ¿O dónde han sido destruidos los rectos? Por lo que yo he visto, los que aran iniquidad Y los que siembran aflicción, eso siegan.” Job 4:7-8
¿Te ha sucedido a ti?
Detengámonos un. momento a investigar el significado de los nombres de sus amigos: Elifaz significa ‘mi Dios es oro fino), y Bildad, ‘Confundiendo el amor al mezclarlo’: sin embargo, el nombre de Zofar significa ‘gorrión’, quizá por su manera de saltar de repente, pues su raíz ṣāp̄ar significa ‘saltar’ o ‘partir temprano’, en el sentido de sospecha, duda o escepticismo. El diccionario de Gesenio lo define como ‘insolente’. Quizá entre estos tres amigos haya un mensaje escondido, no lo se, podría ser ‘Dios es oro fino pero no confundas su amor mezclándolo con la acusación, o la sospecha, porque te hará escéptico… o quizá ‘insolente???. Continuemos
Durante los siguientes capítulos de este libro vemos a Job defendiéndose de sus 3 amigos, quienes haciendo el trabajo del “acusador“, lo mortificaban y aunque Job tiene idea de quien es Dios, es una mala idea:
Deja ya de castigarme, y no sigas infundiéndome terror. Job 13:21
¿Cuál es mi maldad? ¿Cuál es mi pecado? ¡Dime en qué te he ofendido! Job 13:23
y cansado de las acusaciones de Satanás, a través de sus amigos finalmente se da cuenta que necesita un mediador, y clama:
“Necesito un mediador entre Dios y yo, como una persona que intercede entre amigos.” Job 16:21
Los amigos por el contrario lo consideraban básicamente un hipócrita, “algo hiciste, o Dios no te castigaría así”. ¿Quién estaba en lo cierto? La respuesta nos la da Eliú (Job 32:2)
Lee mi amigo Job 33, y la próxima semana concluiremos este estudio. Si has seguido este blog desde el principio vas a entender quien es Eliú y vas a descifrar la respuesta.
Shalom
Revisión: Enero, 2024