Algo a aclarar acerca de la existencia, preservación y prosperidad de Israel, es que éstas no se deben a que ellos sean una raza superior, o a que hayan sufrido mucho; simplemente es por La Gracia de Dios – Su Favor Inmerecido y por su fidelidad a su pacto con Abraham que Israel sigue siendo la Niña de sus Ojos.
No sólo esto, sino que la benignidad de Dios, no sus azotes, nos llevan al arrepentimiento (Rom. 2:4). Dios quiere que el mundo entero vea que ésta es la bendición que El tiene para toda la humanidad. Cuando tú ves la majestad de Israel, su belleza y riqueza, nunca creerías que hace menos de 80 años era tierra infértil. El amor de su Espíritu está tan presente, su existencia es innegable.
Sin embargo, no era el plan de Dios que ellos sufrieran; si ellos han sufrido es por la dureza de su corazón, por su incredulidad causada por su religiosidad, pues bajo la Ley, el esfuerzo humano es exaltado y aunque la habilidad e inteligencia vienen de Dios, la ilusión de que vienen de nuestro esfuerzo nos hace “independientes de Dios; ésta es la ceguera espiritual en la que caen los religiosos. Pablo escribió toda una epístola al respecto, la epístola a los Gálatas.
Se cree que fue el mismo Pablo quien en el año 70 D.C., escribió su propia epístola a los hebreos para llamarlos al arrepentimiento, ésto es, a salir de la Ley, a volverse de sus obras muertas, “de su religión”, de su propio esfuerzo, a la Vida de descanso del Espíritu. Dios aún les dio 7 años más, antes de remover su protección de ellos. Jerusalén fue sitiada en el año 77 D.C. y de su templo hoy sólo se encuentra una mezquita árabe.
Me dirás entonces: “¿Por qué, pues, todavía reprocha Dios? Porque ¿quién resiste a Su voluntad?” Al contrario, ¿quién eres tú, oh hombre, que le contestas a Dios? ¿Dirá acaso el objeto modelado al que lo modela: “Por qué me hiciste así?” ¿O no tiene el alfarero derecho sobre el barro de hacer de la misma masa un vaso para uso honorable y otro para uso ordinario? ¿Y qué, si Dios, aunque dispuesto a demostrar Su ira y hacer notorio Su poder, soportó con mucha paciencia a los vasos de ira preparados para destrucción?
Lo hizo para dar a conocer las riquezas de Su gloria sobre los vasos de misericordia, que de antemano El preparó para gloria, es decir, nosotros, a quienes también llamó, no sólo de entre los Judíos, sino también de entre los Gentiles. Como también dice en Oseas:
“A los que no eran Mi pueblo, llamare: ‘pueblo Mio,’
y a la que no era amada: ‘amada Mia.’
Y sucederá que en el lugar donde se les dijo: ‘Ustedes no son Mi pueblo,’
allí serán llamados hijos del Dios viviente.”
Isaías también exclama en cuanto a Israel: “Aunque el número de los hijos de Israel sea como la arena del mar, sólo el remanente será salvo; porque el Señor ejecutara Su palabra sobre la tierra cabalmente y con brevedad.” Y como Isaías predijo:
“Si el Señor de los ejércitos no nos hubiera dejado descendencia,
hubiéramos llegado a ser como Sodoma, y hechos semejantes a Gomorra.”
Rom. 9:19-29
La versión “El Mensaje nos pone estas últimas líneas de manera muy simple:
Yo llamo a los que son don nadie y los hago alguien; yo amo a los que no son amados y los hago amados. En el lugar donde gritaron “Tu eres un don nadie” te están llamando “Niños vivientes de Dios”.
Isaías mantuvo el mismo énfasis:
Si cada grano de arena en la playa fuera enumerado y la suma de ellos estuviera etiquetada “escogidos de Dios”, ellos aun serian números y no nombres; la salvación viene por selección personal. Dios no nos cuenta; Él nos llama por nombre. La aritmética no es su enfoque.
Rom: 9:25-29 The Mesage
No es requisito ser un “Don Nadie” para venir a Dios, mucha gente que ha alcanzado gran éxito en la vida, se está dando cuenta de la falacia de lo que el mundo ofrece y están viniendo a Cristo agotados de ese éxito que hace que algunos se estén suicidando.
Felizmente, muchos de los gentiles que hemos sido encontrados, éramos “Don Nadie”, y aun cuando siguiéramos siéndolo ante el mundo, Dios ya nos conoce y nos ha escogido para ser Vasijas de Honra que llevan su nombre, dándonos sentido de pertenencia, de existencia, de identidad. ¡Somos Hijos de Dios por su Gracia, por su buen placer!
El nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino conforme a su misericordia, por medio del lavamiento de la regeneración y la renovación por el Espíritu Santo, que El derramó sobre nosotros abundantemente por medio de Jesucristo nuestro Salvador,…
Tito 3:5-6
Y tu amado de Dios, ya respondiste a su llamado?
Shalom