Vida Abundante de Alto Precio

Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. Juan 10:10

Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. Juan 10:10

Hemos pasado unas cuantas semanas escudriñando las escrituras  acerca de la  Santa Comunión,  con la cual hacemos nuestra la  Vida  Divina de nuestro Señor Jesucristo.    No quiero confundirte mi hermano(a),  si tú has creído en el trabajo consumado de nuestro Señor Jesucristo, Dios encarnado y lo has recibido como tu rescate, tú ya tienes la vida eterna por tu fe, no por tus obras o esfuerzos por agradarle a Dios,  de manera que el acto de tomar la Santa Cena no te da la vida eterna, sino que ya la tienes  y por eso participas.

Entonces Jesús les dijo: “En verdad les digo, que si no comen la carne del Hijo del Hombre y beben Su sangre, no tienen vida en ustedes.” (Juan 6:53).

Mas al tomar la Comunión de la manera en que hemos estado aprendiendo,  creyendo que todo lo que Jesús compró con sus sufrimientos es  nuestro, estamos cobrando tal  herencia que el Señor Jesús murió para darnos.    Todos los beneficios de la Cruz son para los que creyendo los reciben;  desafortunadamente, no son automáticos, requieren de nuestra fe,  mas no podemos recibir lo que no conocemos y al recibir  la noticia, podemos reclamarlo por la  fe a través de la Comunión,  nuestra  “chequera espiritual”.

Imagina a una persona que hereda una fortuna,  pero vive como pobre, porque alguien se ha encargado de ocultárselo; o alguien que toma un crucero, pero se la pasa mirando al mar y comiendo comida enlatada que llevó para el viaje, porque su agente de viajes no le dijo que en el boleto estaban incluidos tres bufetes al día, y todas las bebidas  y entretenimiento.  De la misma manera, alguien se ha encargado de ocultarle al hijo de Dios todo lo que Cristo nos compró, o  como cobrarlo.

La palabra griega usada en Juan 6:53 para “vida”  es “zōē”  La Vida Zoe

que significa además de vida y vitalidad,  absoluta llenura,  vida real y genuina, activa y vigorosa, bendecida y  que no se acaba, pues dura para siempre;  sin embargo,  existen muchos cristianos que reciben el regalo de salvación de Jesús y no viven la vida zōē que Jesús vino a darnos,  porque no lo saben,  porque no lo creen, porque han sido engañados por su religión, o porque no se sienten merecedores.

Algunos creemos que esa vida abundante será hasta que lleguemos al cielo; o alguien nos dijo que la vida cristiana es una vida llena de cardos y espinos, una vida de sufrimientos, y aún le ofrecemos nuestros sufrimientos a Dios, como si Cristo no hubiera sufrido lo suficiente para redimirnos de la maldición que nos causa todos los sufrimientos.

El comer la Santa Comunión es  una obra de la fe.   Recuerda que la fe sin obras es muerta. (Santiago 2:20).   No me refiero a alimentar a los pobres y necesitados,  o ver por los enfermos en los hospitales,  aunque estas obras de amor pueden ser puestas en tu corazón por Dios como resultado de que creíste. Mas las obras de la fe no siempre son tan obvias o notorias para los demás.

  • Si Cristo dice que Él es tu Sanador y tú sanas porque le creíste,  esa es una obra de la fe.
  • Si Cristo dice que Él te dio prosperidad en la Cruz y te vuelves próspero porque le creíste, esa es una obra de la fe.
  • Si ofrendas y diezmas y das a los pobres, no para ganarte el favor de Dios, o para que te bendiga en las finanzas, sino porque sabes sin lugar a dudas que El Señor es tu pastor y nada te faltará,  esa es una obra de la fe.
  • Si tú vives bajo la Gracia de Dios y no bajo tu propio esfuerzo,  todo lo que hagas al ser guiado por su Espíritu será una obra de la fe.
  • Si tomas la Santa Cena porque creíste en el trabajo consumado de Jesús y sabes que al tomarla estás recordando todo lo que Él logró con su muerte y anunciándolo a las tinieblas,  ¡tu fe no es muerta!

Lahaina, MauiAl creer cada cosa que Dios te diga en su Palabra, tú vivirás diferente,  pues el vivir rectamente no debe ser fruto de nuestro esfuerzo, sino de haber creído bien.   Una vez que creas bien, las cosas que hagas como resultado, sea que tu amor o tu dinero se desborden por los demás,   o sea que recibas bendición tras bendición que no puedas evitar,  todo será por la Gracia de Dios,  sin esfuerzo  de tu parte y del completo agrado de Dios, además de que  será para su Gloria.

El mundo tiene sus sistemas de distribución para las naciones que perecen en pobreza y enfermedad, mas el sistema de distribución de Dios no falla y éste es la Santa Comunión, el cual es  como una moneda, envestida con el poder y autoridad para distribuir los bienes.  Esta moneda  no depende de nuestros méritos para obtenerla, sino de cuanto creemos en su valor para distribuir lo que se nos otorgó.  La plata que se pagó por la preciosa Sangre de Jesús nos cubrió de oro.  ¿Estas recibiendo lo que te  ha sido otorgado?

Porque a cualquiera que tiene, se le dará más, y tendrá en abundancia; pero a cualquiera que no tiene, aun lo que tiene se le quitará.  Mat. 13:12

Shalom.