- El Despertar de los Gálatas
- La Inutilidad de la Ley
- Hechos en el Cielo
- Corriendo la Carrera
- La Fe por el Amor
- El Dios que Suple la Fe por el Amor
- Purificados por la Fe
- Mutilando el Legalismo
- Libertad para no Pecar
- La Influencia Dominante
- El Fruto de la Ley
- El Fruto del Esfuerzo
- Casos de la Vida Real
- El Fruto de Creer
- El Fruto de Su Amor
- El Traje Nuevo del Rey
- La Imagen del Espejo
- Gracia para Amar
- La Vida Abundante
- El Reino Sobrenatural de Dios
Confío que al dia de hoy ya no tendrás ningún problema en interpretar lo que Pablo quiere comunicar en todas sus epístolas cuando se refiere al pecado, a la carne, la Ley y el legalismo, pues de no entenderlo no podrás creer de donde vienen “las obras de la carne”.
Si esta fuera tu primera visita, preferiría que visitaras las secciones de Gálatas 1, 2, 3 y 4, en ellos entenderás que La Ley es el sistema nacido de la mentira que Adán creyó de que podría ser como Dios por su propia labor o su propio mérito y fuerza de voluntad; a esta mentalidad es a lo que Pablo se refería como “vivir bajo la Ley”, que usaba como un sinónimo de “vivir bajo la carne” y que no se limitaba a los judíos, sino a toda forma de rectitud propia. Durante el estudio de los pactos lo expliqué a detalle, al igual que en el estudio de los Romanos, el de la Ley y el de muchos otros que encontrarás en el mapa del sitio.
Las demandas de la Ley requieren tu desempeño de acuerdo a la percepción de justicia de los hombres y de sus culturas, produciendo que lo que quieres hacer no lo puedas hacer y lo que no quieres hacer lo hagas. De aquí que las obras de la carne son todas aquellas cosas que nosotros llamamos pecados, pero que realmente son solo los “frutos” del verdadero pecado – el de subestimar, menospreciar o rechazar el Evangelio de Gracia, ya que éste no solo anuncia lo que Cristo ha hecho para trasladarnos de muerte a vida, de Adan a Cristo, sino que nos transforma en la verdad que anuncia, no a base de fuerza de voluntad, sino ¡por Su Espíritu! (2 Cor. 3:18), evitando que el pecado se apodere de nosotros (ver Rom. 6:14), ya que la Ley pierde su fuerza cuando la verdad del Evangelio nos es revelada, de lo contrario, sus efectos serán indeseables.
Puesto que fuimos diseñados para vivir por la fe, es decir, a convertimos en lo que creemos ser, el evangelio nos fue cambiado por otra forma de ley que es la religión, cuyas mezclas o antídotos han hecho que el hombre se convierta en lo que no fue diseñado a ser.
Como resultado 2000 años despues nos damos cuenta que el mundo está lleno de este fruto indeseable, y aunque la gente se esfuerza por dar lo mejor de si mismos, solo puede hacerlo por un tiempo, pues sin recibir la revelación del Evangelio de Gracia, no podremos descansar de nuestras muchas inquietudes y labores, que es el significado de “maldad”
Cada religión catalogará estas obras de la carne de acuerdo a su propia interpretación de “justicia”. Mas el proverbio nos dice
“hay camino que al hombre le parece perfecto, pero su fin es camino de muerte”,
Por lo anterior, aunque la religión haya clasificado las obras de la carne en mortales y leves o no tan graves (el significado de “venial”), todas provienen del árbol que causó la muerte de Adán, el Árbol del desempeño y la voluntad propia, y por muy ligeras, solo son la evidencia de que tal árbol está alcanzando su objetivo en aquellos que vivan bajo su poder, lo cual será el verdadero “pecado“, pues tal árbol te privará de comer del Árbol de la Vida, que es la vida de Cristo – la Ley vigente -la del Amor, la de la Fe y la del Espíritu de Vida.
Estas obras están detalladas en Gálatas 5:19-22 y varían de acuerdo a la versión que tú escojas; compára tal lista con las paráfrasis siguientes:
¿Por qué no eligen ser guiados por el Espíritu y así escapar de las compulsiones erráticas de una existencia dominada por la Ley? Es obvio qué tipo de vida se desarrolla al intentar de salirse con la suya todo el tiempo: el sexo repetitivo, sin amor, sexo barato; Una apestosa acumulación de basura mental y emocional; tristes intentos frenéticos por arrebatar la felicidad; dioses de baratija; religión mágica; soledad paranóica; competencia despiadada; apetitos obsesivos que nunca satisfacen; temperamento brutal; inhabilidad para amar o ser amado; hogares divididos y vidas divididas; búsquedas mezquinas y desequilibradas; el perverso hábito de desacreditar a todos como un rival, adicciones incontroladas e incontrolables, feas representaciones burlescas de la comunidad. Podría seguir y seguir…Esta no es la primera vez que les he advertido: si usan su libertad de esta manera, no heredarán el reino de Dios.
Gal. 19-21 The Message
Aclaro que Pablo no está condicionando nuestra herencia a nuestro comportamiento, como podríamos interpretarlo literalmente de esta traducción; él se refiere a que éstas serán las manifestaciones de que estamos usando nuestra libertad para volver al legalismo, y que con ello estaremos “renunciando” a la vida bajo el Espíritu o bajo la Gracia, que es la vida de Cristo y que es contraria a la Ley, tan contraria que Cristo la dejó clavada en la Cruz (Col. 2:14); recordemos que sólo por la Gracia heredamos (Rom 4:13-15).
Vayamos ahora al Espejo para mayor claridad:
¡La influencia de la carne es obvia: dondequiera que prevalezca una actitud legalista, los pecados sexuales son rampantes! Cualquier cosa pasa: adulterio, inmundicia, libertinaje grotesco; (Ese estilo de vida ‘hágalo Ud. mismo’ tiene su génesis en el ego y el esfuerzo propio. Una mentalidad legalista, la carne, auspicia comportamientos típicos que se expresan en síntomas visibles:) Tales como la idolatría, que es el adorar una imagen distorsionada de uno mismo, drogas, odios, conflicto constante, sospecha de celos, ataques de ira, cada cual velando por el interés propio en un mundo traicionero y competitivo, que pisotea a otros para subir, disensión, herejías y manipulación de las mentes con falsas enseñanzas. (La carne no es tu “naturaleza inferior”; es la mentalidad del hombre caído tratando de seguir la vida de nuestro diseño como es atestiguado en cada conciencia, por la voluntad propia, independientemente de Dios.) 5:21 Consumido con autocompasión, asesinato, embriaguez, intoxicado con libertinaje y lujuria, y todo tipo de pleitos y celos que esto trae. Como he dicho antes: aquellos que practican ese estilo de vida nada tienen en común con el Reino de Dios. (La autoridad de la vida en Cristo se opone y derrota el dominio de la carne.)
Gal. 5:19-21 El Espejo de la Palabra de Francois Du Toit.
En esta escritura nos damos cuenta que las obras de la carne no se limitan a lo que es grave, escandaloso y grotesco sino aun lo que consideramos “leve o ligero” que también es muestra de que la muerte ha comenzado. Todos los humanos nacemos inocentes, el problema del pecado ya lo resolvió Jesús; se requiere solo poquita religión y total ignorancia o aun rechazo del Evangelio de Gracia para que la Ley haga en nosotros lo que promete hacer.
Shalom y Gracia en Abundancia.