Habiendo conocido la vestidura del Sacerdote, y entendido que todo apuntaba a tu rectitud en Cristo, que es tu descanso, entre mas conozcas y entiendas tu verdad y realidad, que eres “Sacerdote Real”, no tardarás en descubrir que tus nuevos pensamientos producen nuevos sueños, nuevas emociones, nuevos sentimientos, deseos y acciones, y que tus viejos pensamientos pierden fuerza en ti, pues te das cuenta de que no eres mas tu, ser adámico, sino sabrás lo que significa verdaderamente ‘ser cristiano’ – Él en ti y tú en Él – una nueva Criatura en Cristo. Dejarás de luchar y de perder energía, tiempo, dinero, salud y aun la vida por las cosas de Adán – “las cosas viejas” y buscarás lo que hoy te pertenece, todo “lo Nuevo”, “El reino de Dios” – rectitud, paz y gozo en el Espíritu, y “Su Justicia” que es su Gracia.
Si pudiéramos investigar cómo se originó cada crimen, o cada asesino en serie, o cada violencia, abuso o violación que existe en esta tierra, descubriríamos que comenzaron por un pensamiento o un nuevo conocimiento o descubrimiento a través de los cinco sentidos – y asi conocieron el placer o conocieron el dolor, conocieron la verguenza, la culpa, el miedo, el rechazo… y la lista es infinita, por ello se llamaba “el árbol del conocimiento del bien y del mal”.
Si viste la película “Origen” con Leonardo DiCaprio, la trama se basa en cómo un equipo de “Arquitectos de Sueños” logran producir un pensamiento en una persona, mediante la fabricación manipulada de un sueño que logra remover la culpa de una persona. Esta historia ficticia no se aparta mucho de la realidad, pues no solo las grandes invenciones e ideas comienzan con un deseo, sueño, o necesidad; todo acto o maquinación de destrucción o maldad tambien pueden surgir de ahí.
El diablo se encarga de que lo anterior suceda y usa “nuestra carne”, es decir, nuestra mentalidad bajo el sistema de la Ley, el árbol del conocimiento del bien y el mal”, esta es nuestra mentalidad bajo los criterios humanos basados en los cinco sentidos, y de este sistema tambien surgen sueños y deseos, pasiones y necesidades, de manera que la gente llega a hacer lo que tenga que hacer para lograrlos o satisfacerlos, asi tengan que trabajar como esclavos, o mentir, engañar, traicionar, robar y aun matar, para obtener aquello que comenzó por un pensamiento o deseo, y él diablo tiene todo un mundo diseñado para lograrlo.
Y no solo el pecado y la maldad, sino la enfermedad también puede entrar por un pensamiento. Las campañas para crear consciencia de cáncer y de muchas otras enfermedades siguen recaudando dinero para su investigación sin lograr descubrir una cura, o tan solo saber qué es lo que las origina, mientras el número de gente que adquiere estas enfermedades sigue creciendo exponencialmente.
Nuestra mente está sujeta a esta “carne” – este sistema en el que nacemos que es el del mundo. Siendo este sistema enemistad con Dios, solo por el Espíritu de Dios podemos hacer morir las obras de nuestra carne (Gal. 5:19-21). Él es el que realiza la transformación mientras tú tengas compañerismo con Él , y Él comenzará por renovar tu mente y todo lo que salga de ella – pensamientos, emociones, sentimientos, deseos, sueños, etc. (ver 2 Cor 3:18). Es así como conforta nuesta alma y nos lleva por sendas de justicia (ver Salmo 23).
Más aun mientras produzcamos nuestros viejos pensamientos solo recuerda, ¡Dios solo escucha la verdad acerca de ti, y esta verdad es la que su Hijo cree y piensa de ti! Expiación significa cobertura – sus pensamientos cubren tus pensamientos, todo lo que Él es se te atribuye a ti y todo lo que tú eras le fue atribuido a Él en la Cruz, por lo tanto no dejes de venir a Él cuando tus viejos pensamientos quieran descalificarte. Él dijo que Él escribiría “sus leyes” en nuestro corazón – su ley del Espíritu, su Ley del Amor, Su Ley de Justicia, que es su Gracia; para ello necesitamos seguir viniendo a Él con todo lo que creemos ser, o todo lo que pensamos o sentimos, hasta que lo que creíamos ser ya no sea más, sino solo la verdad de lo que somos realmente en Él. Esto sucede inevitablemente cuando nuestro foco es quitado del viejo “yo no soy”, y puesto en el “Yo Soy” que habita en nosotros.
Darle atención a la carne es una pérdida de tiempo, puesto que no hay bien en ella.
Yo sé que en mí, —a saber, en mi carne— no mora el bien. Porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo.
Rom 7:18, RVA 2015
Porque yo sé que en mí, es decir, en mi naturaleza débil, no reside el bien; pues aunque tengo el deseo de hacer lo bueno, no soy capaz de hacerlo.
Rom 7:18, DHH
El ocuparnos de nuestro “viejo Adán” y estar tan enfocados en cómo nos sentimos en él, es una trampa en la que el cristiano ha caído y el hombre del púlpito tiene mucho que ver en ello. Aquellos predicadores que sólo usan el púlpito para hacernos mirar a nuestro interior como si Cristo no estuviera ahí, se les olvida que Dios no examinaba al ofrendador, El examinaba a la ofrenda. Nuestra ofrenda ya fue aceptada.
El continuamente estar mirando al interior del “hombre muerto” buscando soluciones del viejo árbol nos hará sentirnos miserables cuando fallamos y orgullosos cuando triunfamos. Ambos son producto de la mentalidad de la ley, pero recuerda que bajo la ley del Viejo Pacto no podemos agradar al Dios del Nuevo Pacto. Bajo la Ley, solo pueden suceder dos cosas: El pecado cobrará fuerza en ti, (1 Cor. 15:56) y Cristo se volverá sin efecto en tu vida (Gal. 5:4). ¿De verdad quieres vivir bajo este convenio obsoleto que Cristo ya dejó colgado en el madero y del cual te separó haciéndote morir en su cuerpo?
Recuerda que tu ya has sido resucitado en Cristo, el viejo hombre ha sido vuelto a la tierra, y uno nuevo ha sido levantado y Cubierto de Oro, ya no estamos mas arraigados a la tierra, ahora estamos parados en cimientos de plata muy valiosa, que es la obra redentora de nuestro Salvador Jesucristo. por medio de esta obra, su paz y gozo son tuyos y serán excedentemente grandes, esta es tu herencia.
Dios hará que esto suceda, porque aquél que los llama es fiel. 1 Tes. 5:24
Para mayor entendimiento de los pensamientos de Dios hacia ti, ampliamente recomiendo “El Espejo de la Palabra” de Francois Du Toit.
Shalom y Gracia en Abundancia.