- Que No Te Roben
- En Busca de la Salvación
- Hijos De Dios, ¿Verdad u Osadía?
- La Gran Osadía
- La Gran Victoria
- Persuadidos de la Verdad
- Pablo, ¿Apóstol o Impostor?
- ¿Gracia o Anarquía?
- La Victoria de Jesús
- Evangelio o Religión
- La Lógica Equivocada
- La Abominación Desoladora
- La Imagen de la Bestia
- La Justicia Salvadora de Dios
- El Fundamento del Amor
- Discerniendo los espíritus
- Sabiduría diabólica
- El Fin del Mundo
- Ardiendo en el Hades
- La Mente Abatida
- Doctrinas Que Matan.
- Escogiendo la Verdad
- Religión o Relación
- Intimidad o Fantasía
Habiendo examinado la función de la religión, cuya esencia es la Ley, quizá te preguntes lo que un religioso en cierta ocasión me preguntó:
“¿que sucedería si la religión se acabara, o si la gente abandonara su fe? ¡Cada persona que se ha refrenado de hacer el mal, no se detendría mas!”
Mientras que el temor a una eternidad en el infierno, en ocasiones nos refrena de cometer infracciones mayores, habiendo entendido los efectos que la Ley produce en el corazón del ser humano, así como habiendo comprendido el origen de la iniquidad – una alma “fría” (‘psychō’), desconectada del Amor de Dios, y descubriendo que la religión, lejos de conectarnos con Dios, nos desconecta, al dejar a Cristo sin efecto, por querer “ser justificados por las obras de la Ley” (ver Gal. 5), creéme que el mundo no sufrirá mas de lo que ya sufre, especialmente, si al dejar de ser influenciado por falsos evangelios, las personas abrieran los ojos a la Revelación de Jesucristo, “el autor y consumador de la fe”, persuadidas por “La Palabra hecha carne”, a través de Su Espíritu Santo.
Efectivamente, la “Nueva Criatura” no ha sido abandonada a si misma, ¡un consolador nos ha sido dado! – El Espíritu de Dios, quien “opera” en el corazón de los humanos, persuadiéndonos de la verdad, intentando reemplazar el corazón de piedra que la Ley produce por uno sensible a su voz, a través del cual la Vida y el Amor de Dios pueda nacer y fluir en la vida de Sus Hijos y derramarse sobre los demás.
Es importante recordar que el Espíritu Santo es principalmente: “Espíritu de Vida”, “Espíritu de Gracia”, “Espíritu de Verdad”… de Fe, … de Libertad, de compasión, de aceptación, y de todo aquello que Dios es, principalmente, “Espíritu de Amor”, el cual en el griego, tiene dos palabras principales:
‘Agapaō’, (de ‘ago’ – “conducir hacia” y ‘paō’- ‘descanso’) y
phileō’, el amor de la filiación o la ‘inclusión’ – el de la familia, de los hijos, de los hermanos, y los amigos.
Recordar éstos “ABCs” nos ayudará a discernir de que espíritu somos, principalmente a aquellos que dicen venir ‘en nombre de Dios’.
Contrario al Espíritu de Dios, el espíritu prevalente en el mundo y en “el Nomos”, mejor conocido como la “Ley”, (explicado en los blogs anteriores), y cuya esencia es el ‘esfuerzo’, es un espíritu ‘anti-Cristo’ (anti= contra); esto no necesariamente significa ‘anti-religión’, pues en ella habita, se mueve y existe; ésto realmente significa ‘anti-Evangelio’ es decir, “anti-“Cristo en Ti y por Ti”, puesto que el Evangelio anuncia la Nueva Criatura “en Cristo” y anuncia a Cristo habitando como Emanuel – “Dios con Nosotros”, en “vasijas de barro”, en “tabernáculos de piel”, lo cual simplifica y ejemplifica el significado original de la palabra “Gracia”. Por tal razón, este espíritu no tendrá objeción alguna contra ninguna religión o forma de fe, creencia o superstición, mientras que no sea el verdadero Evangelio de nuestro Señor Jesucristo – el único antídoto contra la picadura de la serpiente.
Puesto que su misión es contradecir todo lo que Dios cree acerca de ti, evitará que tu mismo(a) lo creas. Lejos de conducirte a descanso, te conducirá a trabajo y esfuerzo. A través de la consciencia de pecado, de culpa, de juicio o de desempeño, este espíritu buscará dejar a Cristo ‘sin efecto’ en tu vida, o dejar al ser humano sintiéndose excluido o ‘fuera de Cristo”; ésto explica por qué el religioso trabaja tanto por sentirse ‘incluido por Dios’, o para no sentirse ‘excluido’, o ‘abandonado’, lo cual sucede generalmente en cuanto la dificultad, la aflicción o la tribulación se dejan sentir, contradiciendo el Amor del Padre.
Es así como este espíritu toma ventaja de nosotros, y llegamos a escuchar su voz en pensamientos tales como: , “¿Dios, por qué me haces ésto?”… “¿Qué hice para merecerlo”… “¿Dónde estás cuando te necesito?”, “si me amaras…” o “Señor, Señor, por qué me has abandonado” y tantos similares.
Lamentablemente, este espíritu no sólo opera en la religión, pues es el “espíritu del mundo”, por lo que se mueve en cada círculo, en cada ámbito, en cada institución fundada por humanos, desde los gobiernos hasta muchos hogares en donde el amor se confunde o se substituye por el control, el cual generalmente se ejerce a base de temor al castigo o a la vergüenza, mediante ‘refuerzos negativos’ que varian entre la intimidación, la amenaza, hasta la violencia; por esta razón, entre mayor sea el control, mayor será la opresión y el daño para el ser humano, pues los Hijos de Dios, sin conocer el Amor de Dios como Padre, o sin saber quienes somos en Cristo y por causa de Cristo, fácilmente somos ‘despojados’ y ‘devorados’.
A continuación explicaré las maneras mas comunes en que éste espíritu niega y contradice todo lo que el Evangelio declara acerca de nosotros en Cristo Jesus:
1. Posición o Pertenencia / Inclusión vs. Exclusión.
Mientras que el Evangelio nos incluye a todos y busca unificarnos a través de Su Espíritu de Amor, el cual es “Espíritu de Hijos”, el espíritu del ‘nomos’, es un espíritu de ‘orfandad’, de ‘desigualdad’ y de ‘competencia’, por lo que lejos de fomentar la aceptación y la unión, es elitista, separatista, exclusivista y exclusionista de todo aquel que no cumpla sus requisitos o convencionalismos.
Quizá por esta razón, entre mas ‘exclusivo’ sea algo en el mundo, mayor será su precio asignado, y mayor será el esfuerzo por adquirirlo o ‘pertenecer’ a ello. Así mismo, ésto explica por qué mucha gente escoge afiliarse solo con aquellos grupos a los que cree ‘pertenecer’ y se desliga de aquellos que no considera ‘iguales’.
De igual manera, ésto nos ayuda a entender por qué cada religión excluye a las demás de poseer “la verdad” o potencialmente, “el reino”, o del grupo que escapará el “fin del mundo”. Incluso dentro de cada religión, denominación, culto o secta, al igual que en el mundo secular, existirá una pirámide babilónica de rangos, grados, jerarquías y subdivisiones, que a su vez excluirán a las “inferiores”, a los que no ‘hayan llegado’ o que no ‘pertenecen aún’, por no haber reunido sus requerimientos, por lo que nunca serán “un solo cuerpo”, ni podrán verse los unos a los otros en verdadera ‘equidad’ y unidad.
Contradictoriamente, la misma religion cristiana moderna, especialmente aquella que proviene de las doctrinas de Calvino, se opondrá a la verdad de que toda la humanidad ha sido ya incluida en Jesucristo.
2. Auto-Imagen e Identidad / Yo Soy vs. No Soy
El Evangelio te da a conocer tu verdadera identidad, tu inocencia y pureza redimidas, y tu valor inherente en Cristo, un valor mayor al oro y las piedras preciosas, asignado desde el momento en que Dios nos concibe en su imaginación y ‘vientre de compasión’.
Contrario a lo anterior, el espíritu en el sistema de este mundo, cuya misión es ‘robar, matar y destruir’, intentará despojar a los seres humanos, lo mas temprano posible, de su verdadera identidad de Hijos de Dios, negando nuestra semejanza a Él, nuestra “inclusión” en Él, nuestra inocencia, pureza y aceptación, y nuestro sentido de dignidad y de propósito, creando, por el contrario, la ilusión de ‘lejanía’, y la sensación de ’indignidad’, de culpa, de condenación, de deuda, de deformidad, lo cual sólo podrá ocurrir con nuestro consentimiento, cuando le creemos sus acusaciones contra Dios, contra nosotros y contra los demás, pues ante todo, es espíritu de juicio y acusación.
Por tal razón, este espíritu intentará hacerte sentir sin valor a la menor oportunidad, a través de ‘acusaciones’ o acciones contra ti que distorsionen o lastimen tu auto-imagen, o que destruyan tu personalidad e identidad auténtica; los métodos varian en forma e intensidad: palabras despectivas, anulatorias o de condenación habladas sobre tu vida – juicio, criticismo, burlas, apodos, ridículo, etc.; actos violentos, vejaciones, abuso físico, mental, sexual, etc.
Aun con una imagen, identidad y un valor acertado de ti mismo, de no conocer el Evangelio, este valor estará basado ‘en la carne’ y no en quien eres ‘en Cristo’; necesitarás esforzarte por tu validación delante de los demás; tendrás que hacer los méritos para reunir los requisitos o pagar ‘el precio’ con la moneda requerida para poder asegurar tu lugar en el mundo y todo aquello que creas merecer, de no tener la seguridad de que tienes un Padre que te ama y que conoce tus necesidades y anhela suplirlas, mas allá de lo que pidas o imagines, pues si no dudó en darte lo mas preciado – su Hijo Jesus, cuanto no te dará junto con Él todas las cosas – todo lo que necesites para la vida y la ‘piedad’.
Movidos por este espíritu mentiroso, muchos harán lo que tengan que hacer por escalar el escalafón y comprobar que valen y pertenecen, por encima de los demás, en base a su habilidad, méritos y mucho esfuerzo, aun con “sangre, sudor y lágrimas”; otros tomarán la ruta corta, como sucede a menudo, haciendo trampa, o a base de mucha maquinación, confabulación, tácticas sucias y estrategias de “la serpiente” para poder ‘ascender’, ‘pertenecer’ o por lo menos para sacar a otros de la competencia.
La serie ‘Unabomber’ en Netflix, explica excelentemente esta lógica ‘diabólica’, que ha sido tan explotada y utilizada deliberadamente contra la sociedad.
3. Judíos vs. Gentiles (todos vs. todos)
Por último, aunque el evangelio anuncia que no hay mas judío, ni mas gentil, sino una sola “Nueva Criatura” en Cristo, el espíritu anti-Cristo continua separándonos no solo en religiones, sino en ‘razas’ o grupos étnicos, a pesar de haberse ganado tantos movimientos de derechos civiles que lucharon por nuestra ‘equidad’ y ‘libertad’, queriendo proteger a futuras generaciones de las atrocidades que esta mentalidad ocasiona, desde los inicios de las civilizaciones, hasta los últimos 100 años, mismas que la eugenésica, a partir del siglo XX ha intentado justificar.
Sin embargo, éstas atrocidades no son exclusivas de los grupos blancos; cada grupo étnico ha tenido la oportunidad de ‘repudiar’ y aun ‘intentar erradicar’ a todo aquel al que teme, o que considera ‘indigno’ o ‘inferior’, en ocasiones justificando su causa por el bien de la humanidad, o aun en el mismo nombre de Dios.
Estas son solo unas faceta de este espíritu anti-“Cristo en nosotros’, mas existen muchas otras, pues cada dia se encuentran nuevas etiquetas y nuevos cajones en los que se intenta separar a los seres humanos, basado en nuestras diferencias o en el repudio de las mismas, con el simple uso de la política de ‘identidad’, o mediante una retórica diseñada para destruir, mediante acusaciones que fomentan division y desprecio entre nosotros, además de la etnicidad y la religión, puede ser la apariencia física, el estatus social; aun la ‘preferencia sexual’ ha dado lugar a nuevas ‘sub-clasificaciones’ de seres humanos, y los grupos que antes peleaban por su igualdad y derechos, estan ahora cayendo en el juego de la supremacía, al tiempo en que se distancian cada día mas de su imagen auténtica y verdadera ‘en Cristo’, que les otorgaba su justicia y equidad (semejanza) con Dios como una herencia.
Trágicamente, la manera de buscar la equidad en el mundo no es levantando a todos los seres humanos al nivel altísimo en el que nos levantó Jesucristo, sino rebajando a todo aquel que se cree ‘superior’ o que nos hace sentir ‘inferiores’, de la misma manera en que se intenta empobrecer a las naciones ricas para crear ‘igualdad’ con las pobres, mientras que la brecha se acentúa entre las familias a cargo de este ‘Nuevo Orden” y sus oprimidos.