- Que No Te Roben
- En Busca de la Salvación
- Hijos De Dios, ¿Verdad u Osadía?
- La Gran Osadía
- La Gran Victoria
- Persuadidos de la Verdad
- Pablo, ¿Apóstol o Impostor?
- ¿Gracia o Anarquía?
- La Victoria de Jesús
- Evangelio o Religión
- La Lógica Equivocada
- La Abominación Desoladora
- La Imagen de la Bestia
- La Justicia Salvadora de Dios
- El Fundamento del Amor
- Discerniendo los espíritus
- Sabiduría diabólica
- El Fin del Mundo
- Ardiendo en el Hades
- La Mente Abatida
- Doctrinas Que Matan.
- Escogiendo la Verdad
- Religión o Relación
- Intimidad o Fantasía
Explorando el tema de la salvación, como habrás leído en la página anterior, para poder entender por qué el afirmar ‘Ser el Hijo de Dios’ merecía una muerte como la de Jesús, exploremos el significado de este concepto, para lo cual te compartiré un fragmento de mi próximo libro “El Lente de la Gracia”, que sólo por la Gracia de Dios podré publicar pronto:
Hijos de Dios, ¿Verdad u Osadía?
“Afirmar lo anterior podrá parecer una osadía ante la mente religiosa; así lo fue para los fariseos que odiaban a Jesús y que finalmente lograron que le crucificaran, ya que en la mentalidad de los pueblos del medio oriente, aún en nuestros días, escuchar que Dios es tu Padre es considerado una blasfemia, no sólo entre judíos, sino también entre musulmanes, pues para ellos, el ser Hijo de Dios es equivalente a ‘hacerse como Dios’ o ‘igualarse a Dios’. Esta ideología se encuentra documentada en el contexto de Juan 10:30-39; 5:18 y 19:7 y de Fil. 2:7, por mencionar algunas citas. Lamentablemente hasta el día de hoy, ellos no han entendido que así fue como Dios nos creó: como “Hijos de Dios”.
Desgraciadamente, la religión sólo nos permite ver a Dios como alguien distante e inalcanzable, cuyo nombre es intocable y aun impronunciable, con quien no podemos compararnos y mucho menos igualarnos; mas realmente, el ‘ser como Dios’ sería blasfemo, si ilusamente creyéramos que ésto es algo alcanzable por nosotros mismos, a base de mérito propio, por nuestra propia habilidad, labor o fuerza; o si pudiéramos ser engendrados de alguien a voluntad propia.
Sin embargo, lo anterior no es difícil entenderse si aceptamos que Dios así nos diseñó – “Como Él” – en Su imagen y semejanza -no estaríamos tratando de exaltarnos a nosotros mismos; por el contrario, estaríamos simple y humildemente admitiendo nuestros orígenes, pues de la manera mas pura, fuimos creados a imagen y semejanza de Dios y por consiguiente, ¡el hijo es como su padre! (Ver 1 Juan 4:17); eso era lo que éramos originalmente, antes de que el fruto del ‘árbol de la muerte’ nos dijera que no lo éramos. De hecho, aun cuando el hombre ya había ‘pecado’, Dios afirmó en Gen. 3:22: “El hombre es como uno de nosotros….”.
Jesús mismo, en Juan 10:34, estuvo a punto de ser linchado por citar el salmo 82:6,
“Yo les dije: ‘Ustedes son dioses;….”
ellos airados lo detuvieron antes de que pudiera terminar el versículo: “todos ustedes son hijos del Altísimo’.”
Este salmo, por cierto, habla de “Justicia y Equidad”, palabras que en el hebreo son el significado de la palabra hebrea ‘Tsĕdaqah’ o “Tzedek”. Así es, Dios nos creó ‘en equidad’ con Él. Esta fue Su Justicia para el hombre. Al igual que Adán no pudo hallar ‘ayuda idónea’ entre las muchas especies de animales, Dios no podría relacionarse con nadie que no estuviera ‘en equidad’ con Él, es decir, con alguien que no fuera de su misma ‘imagen y semejanza’.
Dios no buscaría una relación con nosotros si no fuéramos de su ‘especie’, de Su Familia – Sus Hijos. Jesús tampoco habría podido redimirnos, si no fuéramos de su ‘familia’, pues el principal requisito, según la “Ley del pariente mas cercano” requería un consanguíneo.
En cuanto al idioma griego, éste es el significado implícito en la palabra “dikaiosynē”, traducido como “Justicia o Rectitud”.
He aquí unos comentarios acerca de esta palabra, tomados de la introducción a Romanos y de otras referencias en la Biblia de Estudio “El Espejo”,
“La esencia etimológica de la palabra, “justicia” en su raíz, diké, implica la idea de dos partes encontrando semejanza entre sí, sin interferencia de ningún sentimiento de culpa, falla o inferioridad. … La palabra hebrea para justicia es la palabra tzedek, que se refiere a la viga de madera en una balanza. Cuando Adán perdió la Gloria de Dios (hebreo, דבכ kabod = peso) – su conciencia de su semejanza a imagen de Dios, la Ley demostró que ninguna cantidad de buenas obras podría equilibrar la balanza nuevamente. La Gracia revela cómo Dios redimió su imagen y semejanza nuevamente en forma humana; ¡Ahora la balanza está perfectamente equilibrada! No es de extrañarnos que Jesús exclamara en la cruz: ‘¡Consumado Es!’”
“…..También es interesante notar que la diosa griega de la justicia es Dike [pronunciado, dikey] a la que siempre se le ve sosteniendo una balanza en su mano.] En Colosenses 2: 9-10, “¡Es en Cristo en quien Dios encuentra una expresión precisa y completa de sí mismo, en un cuerpo humano! Él refleja nuestra integridad y esa es la máxima autoridad de nuestra verdadera identidad”
“La rectitud apunta hacia la armonía en la relación. Ver 2 Corintios 6:14. La justicia por la fe no tiene nada en común con las filosofías paganas del karma y la aprobación basado en el desempeño; nunca podrían equilibrar las balanzas o estar unidas uniformemente en ningún contexto….” ç
Du Toit, Francois. Mirror Study Bible.
Otra instancia de nuestra semejanza a imagen de Dios es, el hebreo ‘chasad’, raíz de la palabra hebrea ‘hased’, traducida también como ‘misericordia’ o ‘fidelidad’, según el Léxico de Gesenio, significa lo siguiente:
“inclinarse (quizá solo el cuello) en cortesía ante un ‘igual’….”.
Esta definición no dice: “inclinarse ante un inferior”, ni ante un ‘superior’; ésto es simplemente reconocer a alguien con el mismo valor que uno mismo posee. Por tanto, si Dios tiene misericordia de nosotros, lejos de conmiserarnos como algo lejano y diminuto, nos está reconociendo y tratando como alguien muy cercano – alguien de su mismo clan.
Asimismo, existe otra palabra en la escritura traducida comúnmente como ‘misericordia’, la palabra hebrea ”Racham”, cuyo significado es realmente ‘compasión, que en su término ‘plural’, su significado principal es nada más y nada menos que… ¡Vientre!:
“…por extensión, el útero (como atesorando al feto)”;… las entrañas … como el asiento de las emociones de la mente (ver su raíz)… por tanto, tierno afecto, especialmente amor, afecto natural hacia los familiares…“
Al mirar la raíz de esta palabra de similar escritura -‘racham’, descubrí que su significado es doblemente maravilloso, pues exhibe la manera en que Dios siempre ha sentido por la humanidad:
”Su idea principal parece ser la de atesorar, calmar y en una suave emoción de la mente, contemplar con el más tierno afecto… usado para describir el amor de los padres hacia sus hijos… y la compasión de Dios hacia los hombres“.
(Léxico Hebreo-Caldeo de Gesenio- traducción mía al español).
Mi último ejemplo se encuentra en las Palabras de Jesús a Pedro, cuando éste tuvo la Revelación de que Jesús era “El Cristo, el Hijo del Dios Viviente”:
“Y Yo te digo que tu eres Pedro (Petros) y sobre esta roca (petra) edificaré a mi iglesia”.
Aunque estas palabras se han usado para dar origen, poder e impunidad a toda una institución, Jesús no estaba asignando a Pedro como el primer ‘Papa’; simplemente le estaba diciendo a Pedro:
“Tu has visto que Cristo es el Hijo del Dios Viviente, (La Roca) ahora ve también que tu eres roca” …(Paráfrasis mía).
Pedro mismo finalmente reconocería esta verdad, como posteriormente afirmó en su epístola:
“Acercándose a él, la Piedra Viva —que fue ciertamente rechazada por los hombres, pero delante de Dios es elegida y preciosa—, también ustedes sean edificados como piedras vivas” 1 Pedro 2:4-5 (RVA-2015)
“…Igualmente, ustedes son piedras vivas (vivificadas en su resurrección; v.1:3) y están edificados con Él, e inseparablemente unidos en una casa espiritual…. Él (Jesucristo) revela toda la verdad; el templo, el orden sacerdotal y los hijos, son todos uno en Él.
1 Pedro 2:5. Du Toit Francois, “El Espejo de la Palabra,”
Ciertamente, Jesús no sólo se hizo llamar “El Hijo de Dios”, también fue llamado “El Hijo del Hombre”. En Él hemos quedado fundados y fundidos, Dios y el Hombre uno sólo para siempre. El ser humano no tiene que tratar mas de ser como Dios por si mismo, gracias a que Jesús siendo Dios, se hizo igual que hombre. (ver Fil. 2:6-8)”
‘Kealili’, “El Lente de la Gracia”
¿Podrá ser que en nuestra identidad de “hijos legítimos”, encontráramos nuestra ‘Justicia o ‘rectitud’? ¿Podrá ser que al descubrir nuestra Justicia, encontráramos nuestra salvación ?
Seguiremos explorando.
Gracia en Abundancia